En 2023, el Consejo aprobó la Resolución 2719, un marco para el uso de fondos de la ONU para cubrir hasta el 75 % de los costos de las misiones bajo mandato de la UA, una prioridad desde hace tiempo para los Estados africanos. En diciembre pasado, el Consejo de Seguridad acordó que este mecanismo podría utilizarse para cubrir la mayor parte de los costos de la AUSSOM, pero solo si aprobaba otra resolución que autorizara el acuerdo antes del 15 de mayo. En abril, Estados Unidos indicó que no apoyaría la medida, y otros miembros del Consejo evitaron insistir en el tema. El futuro de la AUSSOM, que comenzó a operar a principios de 2025, está ahora en duda.
La falta de financiación ha desestabilizado las operaciones de la AUSSOM y ha perjudicado a quienes aportan tropas, lo que perpetúa la dinámica que paralizó a sus misiones predecesoras, la AMISOM y el ATMIS. La UA solo puede cubrir un pequeño porcentaje del presupuesto anual de 166 millones de dólares de la AUSSOM , incluyendo 10 millones de dólares del Fondo de Paz de la UA. Ya adeuda 96 millones de dólares a los Estados miembros de la UA que desplegaron fuerzas en Somalia. Los países europeos que financiaron despliegues anteriores de la UA ya no están dispuestos a asumir la totalidad de la factura. Si bien Japón, la República de Corea y los países de Oriente Medio han mostrado interés en la nueva misión, ninguno parece dispuesto a cubrir un déficit financiero tan cuantioso.
Funcionarios de la UA, la ONU y la Unión Europea señalan la Resolución 2719 como la solución. Sin embargo, tanto en la administración Biden como en la de Trump, Estados Unidos se ha mostrado reticente a ofrecer financiación a la ONU. Algunos funcionarios se muestran preocupados por el incumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos y responsabilidad financiera por parte de la misión, mientras que otros la consideran una mala inversión. Miembros clave del Congreso también se muestran escépticos. La administración Biden no descartó la financiación de la ONU el pasado diciembre —en parte para evitar generar malestar en sus últimas semanas de mandato—, pero dejó en manos del equipo de Trump la decisión final antes de la fecha límite de ayer. Gran parte de la oposición actual en Washington se debe al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cuyo presidente redactó recientemente una ley que prohibiría al gobierno estadounidense apoyar la aplicación de la Resolución 2719 en Somalia.
Ante la improbable reversión de la postura de Estados Unidos, es hora de centrarse en soluciones de financiación alternativas. Ni la UA ni sus socios han articulado planes detallados más allá del uso del mecanismo 2719. La UE ha aportado 60 millones de euros en nuevos fondos, pero estos se repartirían entre la AUSSOM y la cooperación bilateral en materia de seguridad. Los funcionarios de la UA, que han alentado a los cinco países africanos que aportan tropas a permanecer en Somalia independientemente de la nueva financiación, están impulsando una conferencia de donantes en Doha o Londres para reforzar las arcas de la misión. Si estos esfuerzos prosperan, la AUSSOM podría obtener una breve prórroga financiera.
Pero, a falta de una solución de financiación más permanente, la UA podría verse obligada a reducir las operaciones de la AUSSOM mucho antes de que Somalia esté lista. Los países podrían lamentar los costos a largo plazo de su decisión, incluso si les supone un ahorro económico hoy.
*Daniel Forti, Analista sénior, Promoción e Investigación de las Naciones Unidas
Artículo publicado originalmente en CRISIS GROUP