África Subsahariana

Los tribunales consuetudinarios en África Oriental: algo más que un medio para aliviar la carga de trabajo

Por Tadesse Simie Metekia*-
La relevancia de la justicia tradicional debería evaluarse en función de otros factores además de su potencial para reducir los atrasos en los tribunales formales.

En los últimos años, varios países africanos han comenzado a reconocer mecanismos de justicia tradicional que funcionan junto con el sistema de justicia formal. En algunos contextos, se han establecido formalmente tribunales consuetudinarios; en otros, se los reconoce sin que se los haya institucionalizado como tribunales.

Este reconocimiento se considera con frecuencia como una medida estratégica para diversificar las vías de resolución de disputas y así aliviar la carga de trabajo de los tribunales formales. Esta es la razón que tanto los actores estatales como los expertos legales dan para justificar la importancia de los foros alternativos de resolución de disputas.

Por ejemplo, la Política Marco de Sistemas de Justicia Alternativa de Kenia subraya la importancia de los mecanismos consuetudinarios, en parte porque pueden reducir los atrasos judiciales. El ambicioso objetivo del plan Nakuru 2022 es aliviar la presión sobre los tribunales formales reduciendo los atrasos en un 50% mediante la política de sistemas de justicia alternativos.

En Uganda, se considera que los tribunales consuetudinarios desempeñan un papel decisivo en la limitación del volumen de casos que manejan las instituciones de justicia formal. El Plan Trienal de Transformación del Sector Judicial de Etiopía y las investigaciones sobre los tribunales consuetudinarios en la región de Oromia destacan el papel de estos mecanismos alternativos para aliviar la carga de trabajo de los tribunales formales.

Se afirma que la justicia consuetudinaria ha contribuido significativamente a descongestionar los tribunales ordinarios. En Etiopía, los encuestados en una evaluación de impacto en curso de los tribunales consuetudinarios de Oromia afirman que se ha producido una notable disminución de la carga de trabajo de los tribunales formales tras la introducción de los tribunales consuetudinarios. Asimismo, el poder judicial de Kenia informa de que la puesta en marcha de planes de acción de justicia alternativa en los condados de Kajiado y Nakuru ha ayudado a reducir los retrasos en los tribunales formales.

Sin embargo, estas afirmaciones exigen un análisis más detallado. En primer lugar, la evidencia empírica no respalda el vínculo causal entre la formalización de los tribunales consuetudinarios y la reducción de la carga de trabajo en los tribunales ordinarios. La reducción de la carga de trabajo en los tribunales formales puede estar impulsada por diversos factores políticos, sociales y económicos.

En Uganda, el aumento de la resolución de casos en 2022/23 en comparación con años anteriores se puede atribuir a una mayor dotación de personal, la automatización de los procesos judiciales y la puesta en marcha de circuitos judiciales y mecanismos alternativos de resolución de disputas. En Kenia, se ha pedido que se documente exhaustivamente la labor de los sistemas de justicia alternativa para comprender mejor su impacto en la carga de trabajo de los tribunales formales.

En segundo lugar, los datos disponibles no corroboran una gran reducción de la carga de trabajo en los tribunales formales debido a los tribunales consuetudinarios. En Etiopía, por ejemplo, el Tribunal Supremo de Oromia informó de una reducción del 8,24% en la carga de trabajo en 2022/23, pero esta se redujo a apenas el 1,7% en 2023/24, a pesar de que los tribunales consuetudinarios tramitaron una cantidad significativamente mayor de casos (107.681) en ese período.

La relación entre los tribunales consuetudinarios y los tribunales formales es más compleja que una simple reducción de la carga de trabajo y puede depender del mandato que se conceda a los tribunales consuetudinarios. En algunas jurisdicciones, se alienta a los mecanismos consuetudinarios a abstenerse de tratar delitos graves como el asesinato y la violación, lo que podría aumentar la carga de trabajo de los tribunales formales.

En Somalia, los ancianos acordaron en 2006 remitir los casos penales graves, como asesinatos y violaciones, al sistema judicial formal. Los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo correspondientes al período 2006-2008 revelaron que el número de casos en los tribunales formales del país aumentó de manera constante, a pesar de las reducciones generales en las tasas de delincuencia.

Por el contrario, tras el genocidio de 1994 en Ruanda, los tribunales gacaca se encargaron de resolver casos graves que de otro modo habrían desbordado el sistema judicial formal. Se cree que estos tribunales tradicionales evitaron que más de 100.000 sospechosos pasaran una detención preventiva prolongada en condiciones inhumanas.

Incluso cuando los tribunales consuetudinarios están destinados principalmente a resolver disputas menores y delitos menores, como en Etiopía, pueden ayudar a reducir la carga de trabajo de los tribunales ordinarios. Sin embargo, el alcance de su impacto depende de la relación entre los dos sistemas. Si los tribunales formales remiten activamente los casos a los tribunales consuetudinarios y alientan a los litigantes a utilizarlos, se podría aliviar la carga del sistema de justicia formal.

También es importante reconocer que el establecimiento de tribunales consuetudinarios no necesariamente crea nuevas vías para la justicia, sino que formaliza mecanismos tradicionales que han existido durante siglos.

En Etiopía, las instituciones consuetudinarias se ocupan de unos tres millones de casos al año, incluso sin reconocimiento formal. En la vecina Kenia, una encuesta de 2017 reveló que el 67% de los kenianos preferían la justicia consuetudinaria a los tribunales formales. Esto sugiere que los sistemas tradicionales ya están resolviendo millones de disputas, lo que podría aliviar en parte la presión sobre los tribunales ordinarios.

Esto significa que la elevada carga de trabajo actual en los tribunales formales puede deberse a ineficiencias en la gestión del flujo de casos más que a una falta de mecanismos alternativos de resolución de disputas.

Lo más importante es que la pertinencia de la justicia consuetudinaria debe evaluarse en función de otros factores además de su potencial para reducir los atrasos en los tribunales ordinarios. Es necesaria una justificación más fundamentada para reconocerla y formalizarla.

Una de las razones es que la falta de reconocimiento fue una injusticia histórica, resultado del legado colonial de África, que llevó a que las leyes fueran redactadas por expertos extranjeros que no estaban familiarizados con los sistemas consuetudinarios profundamente arraigados o que buscaban reemplazar los mecanismos tradicionales con estructuras jurídicas extranjeras.

La formalización de los tribunales consuetudinarios también sería de interés público, como lo demuestran los numerosos casos que ya manejan sin reconocimiento formal y las encuestas de percepción pública (por ejemplo, en Kenia y Etiopía).

El reconocimiento de estos tribunales también permite a los gobiernos mejorar el respeto de los derechos humanos. Al regular y apoyar los procesos de justicia tradicional, el Estado puede promover y proteger los valores culturales y, al mismo tiempo, ofrecer mecanismos accesibles y pertinentes para la resolución de disputas.

El reconocimiento no debe verse únicamente como una estrategia para aliviar la carga de trabajo en los tribunales formales, sino como un paso crucial hacia la integración de las tradiciones jurídicas indígenas en el marco jurídico más amplio. Esto puede enriquecer la jurisprudencia legal, alinearse con las aspiraciones de la gente y ofrecer un enfoque de la justicia más holístico y culturalmente adaptado.

*Tadesse Simie Metekia, Investigadora principal, Estado de derecho, ISS Addis Abeba

Artículo publicado originalmente en ISS Africa

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