Colaboraciones Nuestra América

Bolivia, golpe militar y autogolpe en el MAS

Por Marcelo Caruso Azcárate*. Especial para PIA Global de Argentina, La Epoca de Bolivia y El Espectador de Colombia . – El golpe de Estado clásico lo intentaron militares promovidos desde afuera y desde adentro. El autogolpe es el que genera la división interna del MAS, debilita al gobierno progresista y de izquierda y permite que sus diferencias sean aprovechadas por los sectores de ultraderecha.

Un golpe largamente preparado por exmilitares y civiles que contaba con el apoyo de quienes, como la generala Richardson del Comando Sur de Estados Unidos, consideran un problema de seguridad nacional el control del mayor yacimiento de Litio y tierras raras en el mundo, dada su importancia en la disputa por la hegemonía del nuevo orden mundial.

Conspiración que se aceleró por varios detonantes: en lo inmediato, por la decisión del presidente Arce de anunciar a los 3 comandantes de las fuerzas armadas su inminente cese de funciones. Esto implicó que, si bien se cumplió el acuartelamiento general, no llegaran a tiempo los carros blindados esperados para rodear la casa de gobierno; unos por la premura y las distancias y otros por no estar de acuerdo con la aventura. Y en esto influyó mucho el rápido y espontaneo apoyo popular, algo que no había sucedido con el golpe de 2019.

Si bien fracasó el intento de derrocar al gobierno, su intención política de dividir definitivamente al partido de gobierno -MAS, al parecer logró su objetivo, pues los mayores impulsores de la absurda campaña mediática que hablan de un posible autogolpe fueron parlamentarios del bloque de Evo Morales, quien hoy se burla de un golpe sin muertos ni heridos. Muchos han sido los esfuerzos de presidentes y expresidentes progresistas y de izquierda por detener esa división, y cuando se esperaba se concretará el acuerdo en un congreso unitario que definiera la futura candidatura presidencial, lanzan este golpe para abortarla.

Creían que la crisis económica, agudizada desde el Congreso, y la división política del movimiento social, paralizarían la respuesta popular en La Paz; pero, otra vez, los pueblos demostraron más sabiduría que sus dirigentes, y el llamado de la Central Obrera a la Huelga General y el bloqueo de carreteras y cuarteles por las comunidades campesinas e indígenas, hicieron dudar a muchos de los mandos intermedios. Priorizar a quienes se la jugaron por defender el proceso democrático deberá ser parte de la contraofensiva política y social.

Existen otros antecedentes recientes que marcan posibles causas ocultas. En primer lugar, el viaje del presidente Arce a Moscú, donde se acuerda el apoyo decidido de Rusia por medio de la venta barata de combustibles -escasos- que, de seguir el modelo acordado recientemente con Cuba, implicaría operaciones por fuera del sistema Swift basado en el dólar, también escaso en Bolivia. A esto se agrega un llamado a reunión por la cancillería a la representante del gobierno de EEUU, en el que, según trascendidos, se le presentaron sustentadas quejas por sus injerencias en los asuntos internos de Bolivia.

Y como cierre del fracaso, la audacia de Arce y su gabinete de enfrentar al que se hacía llamar “el general del pueblo” y poner a dudar a los otros dos altos mandos que lo acompañaban. Con el resultado que, sin buscarlo, sale fortalecido en el imaginario popular, lo cual deberán aprovechar para moverse en los territorios promoviendo el fortalecimiento de las comunidades, en un escenario incierto donde el golpismo no ha acabado y las conspiraciones para adelantar elecciones también continúan. Será importante la decisión de llamar a la unidad desde las bases de los sectores que hoy todavía conforman el MAS y su agrupamiento en un gran Parlamento Social que, a semejanza del que funcionó durante el gobierno de J. J. Torres, realice un contrapeso popular frente a las hostilidades de un Congreso regresivo. La urgencia es abrir un proceso unitario de reflexiones críticas y autocríticas, liderado por quienes han creído y apoyado todas las experiencias de gobierno del MAS. Cualquier similitud con Colombia es pura casualidad.

Marcelo Caruso Azcárate* Investigador social colombo-argentino

Foto de portada:El presidente Luis Arce ondea una bandera de Bolivia en el balcón del Palacio de Gobierno en La Paz el 26 de junio de 2024, tras un intento de golpe de Estado. (Foto de AIZAR RALDES / AFP).

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