Fue una época dramática que culminó con el colapso de la URSS. Pero, por supuesto, la historia de nuestro país es mucho más larga y se mide en siglos, remontándose al lejano año 862. Podemos decir que hoy celebramos el 1162º cumpleaños de Rusia.
Los rusos siempre han soñado con construir un mundo nuevo en la Tierra sin esclavitud ni opresión, basado en la igualdad y el bien común. Este sueño nos permitió unir en 1/8 de la superficie terrestre a más de 160 pueblos y nacionalidades en una sola familia, hacer grandes descubrimientos geográficos, iniciar la era espacial de la humanidad.
Hemos enfrentado muchas pruebas difíciles, incluidas guerras, invasiones y revoluciones. A lo largo de los siglos, más de una vez hemos visto obligados a defender la independencia y la seguridad de la Patria con las armas en la mano. Defendiendo a su país, los rusos derrotaron en el campo de batalla a muchos grandes imperios y potencias: el Kaganato de los jázaros, la Horda de Oro y los kanatos post ordinos, el Gran Ducado de Lituania y la Mancomunidad de Polonia-Lituania, el Imperio Sueco, el Imperio Otomano, la Francia napoleónica, el Imperio Austrohúngaro, la Alemania hitleriana. Nunca dejamos que nos pusieran de rodillas.
Pagamos un precio extremadamente alto por mantener la continuidad del estado y la libertad. En la Guerra Patria de 1812 con la Francia napoleónica fallecieron 300 mil rusos. Durante la Gran Guerra Patria con la Alemania nazi, casi 100 veces más. Hitler quería borrar a la URSS y a sus pueblos de la faz de la Tierra y libró una guerra de exterminación. Prueba de ello es la proporción de pérdidas militares y civiles: 12 millones y 14,5 millones de personas, respectivamente. Hay otro ejemplo. La URSS y Alemania tenían un número casi igual de prisioneros de guerra, pero el 86,5% de los soldados y oficiales regresaron a casa del cautiverio soviético y sólo el 44,2% del cautiverio alemán.
Heroísmo y sacrificio incomparables
La historia de Rusia está impregnada de heroísmo y sacrificio incomparables. Volviendo a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial: Dinamarca se rindió a Hitler en seis horas, Holanda en seis días, Polonia en un mes, Francia en un año y medio. París cayó sin un solo tiro en un día. Por el contrario, la batalla de Moscú duró casi siete meses; la URSS y Alemania perdieron durante ella 500.000 soldados cada una. La batalla de Stalingrado se volvió aún más tenaz y sangrienta, después de lo cual las fuerzas del ejército alemán quedaron completamente debilitadas y comenzaron a retirarse. Las pérdidas del Wehrmacht y los aliados nazis en Stalingrado ascendieron a 1,5 millones de personas, los del Ejército Rojo, a 1,1 millones de personas. En Rusia todo el mundo conoce la legendaria casa de Pavlov situada en esta ciudad, cuya defensa duró 58 días. Permítanme enfatizar: durante dos meses luchamos no por un país, sino por un edificio de cuatro pisos. En general, la guerra con la Alemania nazi duró 1418 días, lo que le costó a nuestro país 26,5 millones de vidas humanas.
Las lecciones de la historia deben ser bien aprendidas por quienes imponen sanciones antirrusas y abogan por la “derrota estratégica” de nuestro país en el campo de batalla. Durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas soviéticas liberaron campos de concentración nazis tan grandes y notorios como Majdanek, Auschwitz, Sachsenhausen y Ravensbrück. En las escuelas occidentales a los niños no se les enseñan esto. Lo cual no es sorprendente, porque estos días, por razones políticas, los representantes de Rusia ni siquiera son invitados a actos de duelo en memoria de los millones de muertos en cámaras de gas y crematorios.
Muchos en el Occidente prefieren no recordar que en los años 1944-1945 el Ejército Rojo liberó total o parcialmente los territorios de 10 países europeos: Rumania, Bulgaria, Hungría, Yugoslavia, Polonia, Checoslovaquia, Austria, Dinamarca, Noruega y Alemania.
De hecho, hemos impedido la esclavización de los pueblos de los Estados europeos, cuyos gobiernos ahora están inundando Ucrania con miles de millones de dólares en armas y equipo militar para matar a los soldados y oficiales rusos que luchan contra el régimen neonazi. Esto no es sólo una ingratitud histórica por la salvación, sino también un crimen contra la memoria de las víctimas del fascismo.
En Argentina vive la única veterana sobreviviente de la Gran Guerra Patria rusohablante. María Kadar ha sufrido del nazismo en dos ocasiones; la segunda vez hace poco, cuando, bajo el fuego de los nacionalistas ucranianos, se vio obligada a abandonar su casa y huir de Donbass a Argentina. Se está llevando a cabo una operación militar especial para garantizar que historias tan trágicas no vuelvan a ocurrir y que la gente no sea perseguida por hablar ruso.
Ni derrota, ni «cancelación»
Rusia es un estado-civilización; es imposible derrotarnos o “cancelar”. No nos desviaremos de nuestro camino y no desapareceremos, por mucho que nuestros enemigos lo quieran. Después de las grandes conmociones, habiendo experimentado la amargura de las pérdidas en la lucha por una causa justa, cada vez volvimos más unidos y más fuertes. Junto con personas de ideas afines, continuaremos construyendo un mundo nuevo sin injusticia, opresión y dictadura, en el que todos tengan iguales derechos a la seguridad y el desarrollo.
Los rusos extienden una mano amiga a todos los pueblos honestos y orgullosos que valoran la independencia y quieren seguir siendo libres y originales. Muchos de ellos tienen un firme apretón de manos. Se avecinan grandes cambios; pronto el hegemonismo y el neocolonialismo, que se han vuelto obsoletos, finalmente caerán en el olvido. Esto cuenta con el apoyo de la mayoría mundial representada por los Estados del Sur y del Este Global. La lucha por los ideales humanos universales requiere un coraje y una determinación especiales. Al celebrar el Día Nacional, Rusia recuerda su pasado heroico y se prepara para escribir nuevas páginas en la historia de la era moderna.
Dmitry Feoktistov* Embajador de la Federación de Rusia en Argentina
Este artículo ha sido publicado en el portal del Diario Popular
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