África

La acción de la UA para impulsar las elecciones debería comenzar desde arriba

Por Enoch Randy Aikins* y Maram Mahdi*
Los presidentes anteriores de la Unión Africana no han dado un buen ejemplo en materia de elecciones y democracia.

Se espera que veintiún países africanos celebren elecciones en 2024, según el calendario de la Unión Africana (UA). Las dos primeras elecciones programadas en Comoras y Senegal –que ocuparon cada una de las dos últimas presidencias de la UA– ya se han visto empañadas por irregularidades.

La apatía de los votantes caracterizó las elecciones presidenciales y de las asambleas insulares en Comoras, donde la victoria del presidente Azali Assoumani –basada en una insignificante participación electoral del 16,3%– fue cuestionada por la oposición, que alegó fraude electoral.

En Senegal, el dominio del proceso electoral por parte del Presidente Macky Sall y el aplazamiento de las elecciones inicialmente previstas para febrero fueron recibidos con protestas generalizadas en un estado tradicionalmente estable. Aunque el Consejo Constitucional anuló el aplazamiento y las elecciones están fijadas ahora para el 24 de marzo, la manipulación del proceso por parte de Sall puso en peligro la credibilidad de las encuestas y aumentó la probabilidad de violencia electoral.

Ambos casos sugieren que los estados miembros de la UA no respetan los principios y normas de la organización de la que son miembros y, en los casos de Comoras y Senegal, han liderado recientemente. Como expresidentes inmediatos de la UA, los países que están al mando de la unión deberían dar un mejor ejemplo electoral.

Aparte de la rotación entre las regiones de África, no existen criterios de selección para elegir al presidente de la UA. Aun así, una regla no escrita es que el presidente debe cumplir y fomentar las normas y principios de la organización. Cuando los presidentes de la UA realizan malas elecciones en sus propios países, ¿se propaga esta mala gobernanza en la cima?

El panorama electoral africano se caracteriza ahora por la apatía de los votantes, la desconfianza en los órganos de gestión electoral y la destructiva disputa por el poder entre las elites políticas. Las elecciones de 2023 pusieron de relieve una reversión de los avances democráticos logrados en países como Liberia y Sierra Leona.

Los principales ejemplos fueron las elecciones en la República Democrática del Congo y Zimbabwe, que presenciaron una sostenida supresión de votantes en medio de una persistente pérdida de confianza en el proceso electoral. Desde 2011, el apoyo de los ciudadanos africanos a las urnas ha disminuido en un promedio de ocho puntos porcentuales en 29 países africanos.

Aunque la realización de elecciones libres y justas es responsabilidad de los estados miembros, la UA y las comunidades económicas regionales pueden influir en la calidad de las elecciones a nivel supranacional. Existe una relación tripartita entre la Comisión de la UA, el presidente de la UA y los estados miembros, que requiere que todas las partes respeten y hagan cumplir instrumentos como la Carta Africana sobre Democracia, Elecciones y Gobernanza. ¿Las tres ramas han fallado en la aplicación de las normas electorales y, de ser así, cómo se puede solucionar esto?

La elección del presidente de la UA probablemente influya en cómo los Estados miembros y los titulares que se postulan para la reelección perciben el papel y la influencia de la UA en las encuestas y la buena gobernanza en general. Hasta ahora, el historial electoral de varios gobiernos africanos que presiden la UA es cuestionable.

Aparte de los recientes casos de Senegal y Comoras, Egipto, mientras presidía la UA en 2019-20, implementó reformas electorales contrarias al espíritu de las normas y valores de la UA. La Constitución de Egipto fue enmendada para permitir terceros mandatos y el límite del mandato presidencial se amplió de cuatro a seis años. Las reformas permitieron al presidente Abdel Fattah al-Sisi presentarse a un tercer mandato en las elecciones de diciembre de 2023 y extender su permanencia en el poder hasta 2030.

Mauritania, presidente de la UA para 2024-25, celebrará elecciones presidenciales y de Senado en junio de este año. El país tiene un historial de golpes militares y no experimentó su primera transferencia pacífica de poder hasta 2019. Ahora se enfrenta a una prueba de fuego para determinar si puede mantener su camino hacia la consolidación democrática. El proceso electoral de Mauritania debe ser observado de cerca, ya que podría tener implicaciones tanto a nivel interno como en toda África.

Aunque la UA se enorgullece del principio de no indiferencia, existe un abismo entre las normas de la UA y la práctica de sus estados miembros, y la brecha se está ampliando en lo que respecta a la celebración de elecciones.

Las irregularidades durante las elecciones de Comoras –mientras su presidente presidía la UA– fueron un reflejo fundamental de cuántos países africanos y la Comisión de la UA realiza, observan e informan sobre las elecciones. La comisión felicitó a Assoumani por su reelección, aprobó los resultados y el proceso electoral y pidió un diálogo para aliviar las divisiones políticas. Esto a pesar de la escasa participación electoral y del rechazo local generalizado al resultado.

Los países deben mejorar sus informes sobre el progreso en la implementación de instrumentos de la UA como la Carta Africana sobre Democracia, Elecciones y Gobernanza. Hasta ahora sólo Ruanda y Togo han presentado informes. Este proceso es una herramienta clave que permite al Departamento de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la UA y a los estados miembros evaluar el desempeño electoral y de gobernanza.

También se necesitan evaluaciones más sobrias por parte de las misiones de observación electoral de la UA. El informe electoral de la Comisión de la UA al Consejo de Paz y Seguridad del 24 de enero destacó los desafíos y describió un panorama preocupante para las elecciones de 2024. Esto se produce en medio de crecientes críticas de la sociedad civil y los partidos de oposición de que la UA aprueba las elecciones.

El informe de la Comisión de la UA es un paso positivo, pero se necesitan mecanismos de aplicación más estrictos para garantizar el cumplimiento de sus recomendaciones. Una medida podría ser utilizar la tasa de implementación de las recomendaciones de misiones de observación anteriores para determinar si se envían misiones futuras.

La selección del presidente de la UA también debe guiarse por el grado en que el estado miembro designado cumple con los instrumentos de la organización sobre gobernanza, paz y seguridad. Al seleccionar al presidente de la UA se deben considerar la historia y el patrón de gobernanza de un país.

*Maram Mahdi, investigador, Gobernanza de paz y seguridad en África

*Enoch Randy Aikins, investigador, Futuros africanos e innovación

Artículo publicado originalmente en ISS Africa