La República Democrática del Congo (RDC), proveedora -y saqueada- de todo tipo de recursos minerales fundamentales para que nuestra sociedad funcione, es ahora uno de esos objetivos de explotación de yacimientos de petróleo y gas. Las autoridades congoleñas, con un largo historial de opacidad y corrupción en la concesión de minas, han sacado a subasta 27 bloques de petróleo y 3 de gas. Además del gravísimo riesgo de catástrofe medioambiental y climática -ésta última con repercusiones mundiales- y graves daños para las poblaciones que ocupan las zonas de explotación, se plantea también un riesgo literalmente «explosivo» en la concesión de uno de los bloques de gas, situado en el peligrosísimo lago Kivu, que la RDC comparte con Ruanda. Veamos el porqué.
Alfajiri Energy, unos recién llegados sin complejos
Los tres bloques de gas subastados se encuentran en el lago Kivu, del que luego hablaremos. Dos de ellos fueron concedidos a empresas de EE.UU y el tercero, el de Lwandjofu, lo ganó la empresa canadiense Alfajiri Energy Corporation. La primera «curiosidad» que rodea esta concesión es que el resultado de la subasta fue anunciado el 15 de enero de 2023 y Alfajiri Energy había sido creada poco más de un año antes, el 10 de enero de 2022, sólo tres semanas después de que se anunciara la intención de subastar estos yacimientos de gas. Si hemos empezado a sospechar de todo este proceso, aumentarán las sospechas saber que sólo tras recibir el «premio» de la concesión del bloque de gas, Alfajiri Energy editó su página web.
Pero hay mucho más para pensar mal. El artículo 76 del reglamento que desarrolla el Código de Hidrocarburos congoleño fija que para realizar la adjudicación de una explotación se valorará, entre otras cosas, la capacidad financiera de la empresa concursante, para lo que se revisarán los estados financieros de «los tres últimos años». Esto, evidentemente, es imposible en el caso de Alfajiri Energy, con sólo unos meses de vida en el momento de presentarse a concurso. Otros dos artículos, el 66 y el 67, remarcan lo obvio, que las ofertas que no cumplan las condiciones serán rechazadas.
No obstante, la de Alfajiri Energy siguió adelante, enfrentándose, y ganando, a otras empresas que sí podían aportar los estados financieros de los tres últimos años. Más aún, existen evidencias de que esta empresa obtuvo las peores calificaciones en la valoración de las ofertas.
Alfajiri no demostró que empleaba personal cualificado, no había presentado un estudio de viabilidad ni un cronograma para el proyecto y «no había tenido en cuenta las cuestiones de seguridad pública» citaba el informe en cuestión al que tuvo acceso Reuters. Un informe posterior corregido eliminaba todas estas carencias.
La voz de alarma no tardó en darse en la propia RDC sobre esta empresa que preside un congoleño residente en Canadá, Christian Hamuli. El director científico de CONGO Pétrole News CPN declaró:
ALFAJIRI ENERGY CORPORATION es una empresa circunstancial que nunca ha evolucionado en el sector de los hidrocarburos
No cabe duda de que estamos ante graves irregularidades dentro de un proceso -el de la concesión de los 30 yacimientos de hidrocarburos- que está dejando mucho que desear en general. Pero más allá de esto, la concesión ilegal del bloque Lwandjofu en el lago Kivu podría tener consecuencias catastróficas para la población.
¿Por qué puede ser tan peligrosa la incorrecta explotación de gas en el Lago Kivu?
El lago Kivu, está situado entre la RDC y Ruanda y tiene su lecho sobre el Gran Valle del Rift, una «grieta» que llega hasta Oriente Próximo y está en continua expansión. Guarda descomunales cantidades de metano y CO2 y es uno de los tres lagos africanos con alto riesgo de sufrir una erupción límnica, que produciría la liberación de enormes cantidades de dióxido de carbono con consecuencias letales para la población de la zona. En 1986 otro de esos lagos, mucho más pequeño que el Kivu, el Nyos en Camerún, sufrió una erupción de este tipo que mató a más del 10% de la población aledaña. En las cercanías del lago Kivu viven, al menos, dos millones de personas.
Este tipo de erupciones las pueden producir la actividad volcánica, el deslizamiento de tierras o cualquier otro evento -explosiones, inyección de agua o gases- que altere las distintas capas del subsuelo que encierran los gases.
De esta manera causa pavor pensar que una empresa sin ninguna experiencia en la explotación de yacimientos gasísticos, que no ha demostrado disponer de personal cualificado y cuya capacidad financiera, con la que debería cubrir la correcta y segura extracción del gas, es completamente desconocida, pueda «urgar» libremente sobre depósitos de gases que podrían matar a decenas de miles de personas.
Y además, el responsable de dar la concesión no es de fiar
El «responsable final» de dar la concesión no es otro que el ministro congoleño de Hidrocarburos, Didier Budimbu, lo que debería ser garantía de honestidad y fiabilidad… Pues no. Su carrera política se ha basado en buena parte en la amistad con el matrimonio Tshisekedi, Félix Antoine -presidente de la República- y Denise.
En abril de2022 salieron a la luz informaciones sobre un pasado nada ejemplar entre los años 2014 y 2016, cuando vivía en Bélgica. Allí habría sido condenado en tres ocasiones por fraude, recepción de bienes robados y blanqueo de dinero. La publicación de esta noticia llevó a la sorprendente situación de que el ministro fuera detenido por la ANR, los servicios de inteligencia congoleños, e interrogado sin que, tras su liberación 24 horas después, se pudiera asegurar el motivo de este interrogatorio.
Pero la clave de todo podría ser otra, no menos peligrosa
¿Y si el verdadero interés de Alfajari Energy no estuviera en explotar el gas del lago Kivu? Es una posibilidad nada descabellada -si nos fijamos en la Historia de este país-, que apuntaba CONGO Pétrole News:
¿Cuál es la verdadera intención del genio blanco (Didier Budimbu)? Según varias opiniones, este es un mal comienzo para el sector congoleño, ya que los derechos que se otorgarán a ALFAJIRI en el marco del CPP, sin duda serán revendidos por sumas colosales como siempre fue el caso del empresario Gertler
Esta posibilidad, que implicaría al propio ministro de Hidrocarburos, parece creíble tras el relato que hemos hecho de una empresa surgida de la nada pocos meses antes de presentarse a una subasta, sin capacidad financiera ni técnica demostrada y favorecida irregularmente por el propio ministro para una explotación gasística sumamente arriesgada.
De ser así, tampoco puede tranquilizar respecto al riesgo de catástrofe en la explotación del lago Kivu porque vistos los antecedentes y el papel principal que tiene el beneficio económico en esta operación, cualquier empresa que pague bien puede acabar siendo responsable de un proyecto minero peligrosísimo para los habitantes de los alrededores del lago Kivu.
Como viene ocurriendo desde la aparición de los europeos en la desembocadura del río Congo, la RDC es víctima de su propia riqueza y desalmados de dentro y fuera del país ponen en riesgo de todas las formas posibles la vida del pueblo congoleño, cambiando siempre grandes beneficios económicos por sufrimiento entre los congoleños y congoleñas.
Artículo publicado originalmente en El Congo en Español Blogspot