«Confesión de un terrorista»
Ocuparon mi país,
expulsaron a mi pueblo,
anularon mi identidad.
Y me llamaron terrorista.
Confiscaron mi propiedad,
arrancaron mis cosechas,
demolieron mi casa.
Y me llamaron terrorista.
Legislaron leyes fascistas,
instauraron el apartheid.
Destruyeron, dividieron, humillaron.
Y me llamaron terrorista.
Asesinaron mis alegrías,
secuestraron mis esperanzas,
esposaron mis sueños.
Y cuando rechacé todas las barbaries,
y decidí defenderme, ellos… ¡Mataron un terrorista!»
Mahmoud Darwish. Palestino. Poeta.
Los versos que preceden esta nota ahorran la historización harto conocida sobre el despojo a los palestinos de su ser nacional (territorio, estado, soberanía) acometido por el impuesto Estado de Israel y los fanáticos nuevos colonos israelíes.
Mientras otras guerras han tenido mejor suerte en cuanto a la visibilización y la vergüenza civilizatoria, el pueblo palestino debe soportar hace 75 años todo tipo de opresión, anatemas, persecuciones, vejámenes y crímenes, que constituyen un verdadero régimen de apartheid silente o silenciado por las grandes usinas narrativas y por la generalidad de los gobiernos.
El título no refiere al cálculo militar de la operación sino a un análisis político. Serán numerosos los que se apuran a señalar la imposibilidad de un triunfo militar palestino sobre Israel, en el mundo donde Viet Nam venció a las más grandes potencias militares de su tiempo. No hablaremos de eso porque tenemos serias falencias a la hora de la prospectiva en el terreno militar.
Lo que venía siendo una escalada ocupacionista mediante de expulsión de habitantes palestinos legítimos de parte de colonos fascistas mediante la violencia, que redunda además en una re ocupación de Cisjordania (territorio palestino bajo Autoridad Nacional Palestina) violando los acuerdos imposibles de Oslo; bombardeos “preventivos”, como en Jenín que solamente atacan población civil palestina en campos de refugiados; y los ataques a la mezquita de Al Aqsa invadida y desalojada por la policía israelí en verdadero acto de provocación; además de la ocupación y militarización fabulosa de Jerusalén; es el caldo de cultivo que dispara y da oportunidad razonable a una operación relámpago de la Resistencia Palestina, la cual evidentemente expone preparación, planificación, inteligencia y capacidad militar, asestándole al estado ocupante la mayor derrota de su historia, capturando incontables oficiales y soldados.
En los ominosos acuerdos de Oslo la parte palestina representada por Yasser Arafat de Al Fatah (exponente arquetípica hasta entonces de la lucha palestina) reconoce no sólo al Estado de Israel, sino que acuerda como territorio palestino solamente a Cisjordania y Gaza, esto es menos territorio que el establecido por las Naciones Unidas en sus resoluciones donde crean artificialmente el Estado de Israel. Prontamente la poderosa derecha israelí asesinó a Isaac Rabín (1995), el premier israelí firmante de los acuerdos, y se negó a cumplir los mismo logrando además un inmediato crecimiento y triunfo electoral.
Esto fue produciendo condiciones donde no sólo Hamas logró legitimidad y ascendencia ante su pueblo encabezando los distintos levantamientos junto a Jihad Islámica, Frente Popular de Liberación Palestina y el Frente Democrático de Liberación Palestina; sino que la política de conciliación y convivencia que sostuvo Al Fatah fue saboteada permanentemente por Israel por lo cual se volvió una trampa cruel.
En las últimas elecciones legislativas celebradas (2006) Hamas se impuso y desde entonces nadie puede negarle no sólo legitimidad sino legalidad a su representación popular. Ese triunfo fue desconocido por Israel, OLP y el resto del mundo. Esto lo señalamos para establecer que no estamos hablando de un “grupo político” como le gusta reducir con esas nominaciones a las expresiones populares a la prensa internacional, sino de una verdadera expresión genuina del pueblo palestino.
El legendario presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas (85), que supo enfrentarse incluso militarmente a esta expresión de la Resistencia Palestina no pudo construir ninguna manifestación sutil ante la contundencia y densidad de los acontecimientos y acompañó la reacción sosteniendo; «reivindico el derecho del pueblo palestino a la autodefensa contra el terrorismo de los colonos y las tropas israelíes», y ordenó «proporcionar todo lo necesario para fortalecer la resistencia del pueblo palestino».
La mítica inteligencia israelí ya no puede ocultar sus limitaciones como le sucedió en la llamada guerra de Yon Kippur donde no pudo ver que lo rodeaban ejércitos artillados convencionales por todos lados. Nuevamente esta vez no pudo prever un ataque semejante, advertido por Egipto, que penetró en lo más profundo del territorio causando incontables bajas, daños, apertrechamiento y captura de importantísimos exponentes de las Fuerzas Armadas de Israel.
El criterio de oportunidad
El mundo está cambiando y con esos cambios se transforman también los alineamientos geopolíticos.
Es claro que hubo un cálculo de oportunidad en la ofensiva defensiva de Hamas y Jihad Islámica, no simplemente por el sabath sino fundamentalmente por el momento geopolítico.
El General de 4 estrellas norteamericano, Jake Kane, ex adjunto del Estado Mayor, afirmo inmediatamente que este ataque en Israel constituye una victoria estratégica para Irán, señalando que con el estallido de una nueva guerra, las negociaciones para establecer relaciones entre Israel y Arabia Saudita fueron pospuestas, al menos durante un tiempo.
Pero además afianza la relación entre Irán y Arabia Saudita que coinciden en su preocupación sobre la región y pretenden afianzar su presencia como potencias regionales. Recordemos que Arabia es el segundo cliente de compra de armas al aparato militar industrial norteamericano pero que tiene fluidas relación con China mediante la cual normalizó y armonizó sus relaciones con Irán.
Culpar a Irán es la reacción primaria de Estados Unidos pero este conflicto existe aun antes de que exista la República Islámica de Irán, incluso antes Persia con el Sha Pavlevi fue aliada de Israel y Estados Unidos.
Pero el impacto de la ofensiva defensiva de Palestina da de lleno en el Consejo de Cooperación del Golfo, el cual está siendo fuertemente presionado por Joseph Borrel (canciller europeo) y el atlantismo, donde varios miembros estaban tendientes a normalizar relaciones con Israel. Por su parte Qatar condenó con virulencia al estado hebreo. Y recordemos la renuncia de Emiratos Árabes Unidos a las Fuerzas Combinadas del Mar Rojo y Golfo Pérsico que lideran los Estados Unidos hace poco tiempo, después de suspender compra de aviones a USA, se retiró. Arabia Saudita ya anunció el cese de las conversaciones.
El globalismo tuvo en principio alineación automática de todas sus colonias y aliados genuflexos. Anunciaron el cese de la ayuda humanitaria que pronto tuvieron que desdecir ante las presiones de sus propios pueblos y la evidencia de estar acometiendo un crimen de guerra y genocidio. Esta oportunidad se ofrece para una mueca de autonomismo europeo o de algunos países respecto de la alineación automática y pone en cuestión la efectividad y amalgamiento de las organizaciones multilaterales.
Los Estados Unidos, que vienen alentando solapadamente un cambio interno en el estado ocupante, envió un portaviones a la zona casi como un acto reflejo pero ya aclaró que cooperará con inteligencia y patrullaje y no con armamento ni tropas.
La situación interna de Israel también es algo que han contemplado. Si bien es probable un reflejo inicial de abroquelamiento ante el ataque, lo más probable es que no se demoren los sectores opositores a comprender que la fuga hacia adelante del guerrerismo no es condición de posibilidad para el Estado de Israel y la paz. Y los prisioneros de guerra y aún las bajas, tendrán en Tel Aviv el mismo efecto de las bolsas mortuorias de los sesenta en Estados Unidos.
Pero el Consejo de Seguridad del Golfo enfrenta una formidable posibilidad de consolidar las conversaciones de la Cumbre árabe y erigirse como un organismo de intervención regional efectivo, esta vez con creciente autonomía de los Estados Unidos e incluso de cualquier otra estrategia global que no sea la propia.
China y Rusia se expresaron tanto en el Consejo de Seguridad de ONU usando su todavía derecho de veto y provocando que no haya manifestación de parte del mismo, cuanto en declaraciones de sus voceros que reclaman contención y dos Estados soberanos como solución. Aunque los oficiosos divulgadores de la geopolítica rusa insisten en señalar la identidad de intereses que unen a Rusia con Israel.
Es una formidable oportunidad para evidenciar la decadencia de la ONU lo mismo que para apalancar organismos multilaterales regionales.
Egipto, de papel central y determinante en la región, pretende ocupar un rol de mediador que logre un alto el fuego necesario además para la propia seguridad de sus fronteras.
Obviamente la fatiga del aprovisionamiento militar a Ucrania por parte del atlantismo como el desgaste de la gestión de una diplomacia de guerra que viene imponiendo Estados Unidos a Europa son un elemento que han evaluado quienes decidieron, no antojadizamente, la incursión vindicativa.
La estrategia de pacificación y reordenamiento de la región que viene desarrollándose y cuenta con el apoyo de China[1], probablemente pueda consolidarse a expensas de esta operación vindicativa al obligar a los actores regionales a garantizar la misma o naufragar en una vorágine de guerra y frentes abiertos de militarización.
La estrategia de redespliegue militarista global de los anglo-norteamericanos, se enfrenta con esta operación palestina que curiosamente y paradójicamente la ralentiza y cuestiona.
Serán días de crueles situaciones, con un ministro de defensa israelí que define como “humanos animales” a los palestinos y ordena cortar a Gaza el suministro de energía y agua potable, un bestia que emprende una operación genocida de limpieza que seguramente, si las cosas fueran normales en el mundo, debería ser condenado como criminal de guerra y de lesa humanidad.
Los pacatos seguirán hablando de terrorismo para referirse a la incursión de Hamas y no a los asesinatos y bombardeos sobre población civil de Israel.
Queda un alto el fuego que obligue a una negociación con los palestinos ya en indudables mejores condiciones, no por su posición en términos militares sino por obligar a Israel a negociar lo que sea que tenga que negociar. Aunque en términos militares Israel deba calcular cada golpe porque esta vez, cada golpe tiene consecuencias inmediatas.
La otra alternativa es la escalada bélica que comprometa a todos los países de la región y consolide un nuevo frente que ensucie la dinámica de consolidación multipolar, pero la experiencia común de la guerra puede incluso dinamizar dicha tendencia.
Finalmente es dable señalar que Israel puede tener reacciones internas que reclamen la paz para vivir. Palestina tiene como única posibilidad de vida la autodefensa ante una operación racista de exterminio, esto es una ventaja en términos relativos en cuanto a las condiciones de lucha.
“La tierra llora, la era está pariendo un corazón, no puede más se muere de dolor y hay que acudir corriendo, pues se caer el porvenir.”
[1] Además de la normalización de relaciones entre Arabia e Irán, la descomposición creciente de las fuerzas marítimas combinadas de Mar Rojo y del Golfo, la integración de todos los miembros de estrecho de Ormuz en BRICS, pacificación de Yemen, recomposición con Afganistán, etc.
*Fernando Esteche, dirigente político, Doctor en Comunicación Social y director de PIA Global.
Foto de portada: internet.