Área Árabe Islámica

Irán: resistencia islámica, una respuesta contra la influencia colonial

Por Xavier Villar*. –
El domingo 3 de septiembre, Irán conmemoró el Día Nacional contra el Colonialismo Británico, en honor al 109º aniversario de la muerte de Rais Ali Delvari, un destacado líder de la lucha por la independencia que lideró la resistencia anticolonial contra el dominio británico en el sur de Irán.

Delvari, junto a un grupo de luchadores anticoloniales, se enfrentó a los británicos en un momento en el que el mundo estaba inmerso en la Primera Guerra Mundial, y el gobierno central de Irán, controlado por la monarquía Qajar, se encontraba extremadamente debilitado después de la firma de los tratados de Golestán, acordado en 1813, y el tratado de Turkmenchay, firmado en 1828, con el Imperio Ruso.

La penetración occidental en Irán se inició a principios del siglo XIX, marcada por una serie de derrotas militares, primero a manos del ejército ruso y posteriormente del británico. Los rusos, equipados con artillería moderna, avanzaron a través de Asia Central y el Cáucaso, venciendo a los Qajars en dos breves conflictos y forzándolos a aceptar los tratados anteriormente mencionados. De manera similar, los británicos, que habían establecido su presencia en el Golfo Pérsico desde el siglo XVIII, comenzaron a expandir su influencia, presionando a los Qajars para que renunciaran a Herat y obligándolos a aceptar el igualmente denigrante Tratado de París en 1857.

Los tratados allanaron el camino para que las potencias extranjeras obtuvieran una serie de concesiones comerciales y diplomáticas conocidas como capitulaciones. Esto les permitió establecer consulados provinciales y eximió a sus comerciantes de los altos aranceles de importación, así como de las tarifas internas, las restricciones de viaje y la jurisdicción de los tribunales locales.

La ocupación de facto del país desencadenó la histórica Revolución Constitucional de 1905 como respuesta. A pesar de tener poco más de 24 años en ese momento, Delvari se unió a los líderes constitucionalistas en el sur de Irán, colaborando activamente con elementos revolucionarios y constitucionalistas en lugares clave como Bushehr, Tangestán y Dashti.

En 1907, durante el reinado autocrático de Mohammad Ali Shah, se firmó un acuerdo entre Rusia y el Imperio Británico que resultó en la división de Irán en tres zonas. El norte y el centro del país, que incluían ciudades como Teherán e Isfahán, quedaron bajo la influencia de Rusia. El sureste de Irán, por otro lado, cayó bajo la esfera británica, mientras que una zona intermedia (curiosamente, donde se descubrió por primera vez petróleo en 1908) se mantuvo neutral. Los iraníes no fueron consultados sobre el acuerdo ni informados de sus términos en el momento de su firma.

Después de un intento fallido de asesinato, el Shah finalmente logró ejecutar un exitoso golpe de estado en junio de 1908, con la ayuda de la Brigada de Cosacos liderada por los rusos. En este punto, comenzaron a surgir levantamientos contra la ocupación extranjera, especialmente notables en Tabriz. En 1911, con el respaldo británico, las fuerzas rusas avanzaron hacia Teherán y establecieron un gobierno títere bajo el control de las potencias ocupantes.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Irán se declaró neutral; sin embargo, debido a su ubicación estratégica, el país se convirtió en un campo de batalla para cuatro potencias: el Imperio Otomano, Rusia, Alemania y el Imperio Británico. 

Durante la guerra, el puerto de Bushehr en el Golfo Pérsico se convirtió en un punto estratégico crucial para los británicos. La presencia alemana en la zona se utilizó como pretexto para la ocupación británica de la ciudad. Como resultado, el 17 de agosto de 1915, las fuerzas británicas tomaron el control de Bushehr y sus áreas costeras circundantes. La revuelta, inicialmente liderada por Delvari, quien falleció en 1915 después de un enfrentamiento con los británicos, duró casi siete años. Durante este período, los revolucionarios tenían dos objetivos principales: defender Bushehr, Dashtestán y Tangestán, y evitar el avance de las fuerzas extranjeras, así como proteger la independencia del país. 

La acción política de Delvari no puede entenderse sin tener en cuenta sus vínculos con figuras islámicas relevantes en la región. En este sentido, es importante destacar que la lucha anticolonial contra los británicos, liderada por Delvari, recibió respaldo desde una articulación islámica gracias a una fatwa pronunciada por destacados líderes islámicos, entre los que se incluyen Ayatollah Mojahed Borazjani, Mojtahed Ahrami y Seyyed Abdullah Bolad, entre otros. Esto resalta las conexiones de larga duración entre los revolucionarios de Bushehr y la actual República Islámica.

Esta conexión política se refleja, por ejemplo, en la forma en que el Imam Khomeini articuló la política desde una perspectiva islámica. Él entendió la agencia política como la capacidad de los musulmanes para descolonizarse y restaurar sus sociedades dentro de una tradición histórica islámica. El objetivo de esta decolonización era desmantelar el orden colonial global.

Se puede decir por tanto que la rebelión anti-británica liderada por Delvari se enmarca dentro de esos movimientos de resistencia que se articulan en torno al islam y buscan, al igual que la Revolución Islámica, no solo una liberación material, sino también una liberación epistémica y discursiva, es decir, una resistencia contra el eurocentrismo y la influencia colonial.

Xavier Villar* Ph.D. en Estudios Islámicos e investigador que reparte su tiempo entre España e Irán.

Este artículo fue publicado en hispantv.com

Foto de portada: Carlos de Urabá

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