Europa

Puntos de tensión y territorios geopolíticos en la mira del guerrerismo imperial

Por Micaela Constantini* –
Frente al escenario de transición geopolítica y disputa internacional, Reino Unido y Estados Unidos, junto a su perro guardián, la OTAN, intentan mantener su hegemonía en territorios geopolíticos claves como son el Mar Mediterráneo Oriental, los Balcanes Occidentales y el Atlántico Sur.

Este año el mundo atravesó un profundo proceso de transformaciones caracterizado principalmente por la aceleración de la reconfiguración del sistema de orden mundial. Si bien hace algunos años ya se observaba y analizaba la tendencia de declive del bloque anglo-occidental liderado por Estados Unidos, a partir de la pandemia y, especialmente del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania (o el enfrentamiento Rusia-OTAN) el avance del bloque multipolar y la crisis del orden sistémico actual se desarrolla con gran rapidez.

En todas partes del mundo estamos sintiendo el sismo causado por la disputa internacional entre las grandes potencias, y aunque podamos atender a las particularidades que describen las problemáticas que se desarrollan en cada país, lo cierto es que la múltiple crisis está golpeando a toda la población internacional y presiona a los gobiernos a decisiones políticas que pueden modificar el rumbo histórico de sus pueblos.

Podríamos nombrar diversos acontecimientos y características como novedosas en el escenario actual, pero hay hechos que la historia y el presente nos recuerdan que no cambian. En cada momento histórico en el que el bloque EEUU/Reino Unido/OTAN ha visto su hegemonía en crisis, disputada y arrebatada, el imperio se ha vuelto más bestial. Sus formas de guerrerismo no se han modificado, se han transformado y mejorado a partir de los avances tecno-científicos que le permiten librar la guerra en diversos frentes.

No obstante, el bloque continúa utilizando herramientas guerreristas que demuestran que únicamente persiguen sus intereses sin importar a cuántos aliados, socios o pueblos pisoteen en el camino, ya que para ellos son sólo peones que sirven para desarrollar su estratégia de guerra. También dejan al descubierto la hipocresía y el doble rasero con el que se manejan, develando el accionar imperial bajo una enorme impronta colonial.

Una de las tácticas utilizadas como parte de las formas de guerrerismo imperial, no novedosa, ha sido la de instigar y fomentar disputas y conflictos ‘locales’ no resueltos en diferentes países o regiones. Los objetivos son diversos, como desestabilizar la política interna de un país; presionar a las elites políticas; obligar al enemigo a centrarse en resolver escaladas violentas que se desatan en sus fronteras; generar discordia entre dos países para que no puedan consolidar negociaciones de paz, acuerdos y relaciones multilaterales.

Ejemplos claros de este accionar en 2022 han sido los grupos neonazis en Ucrania, la escalada de tensiones en el Cáucaso entre Armenia y Azerbaiyán; en Asia Central en Kazajistán o Afganistán; en Asia Pacífico entre Taiwán y China, o entre Corea del Sur y Corea del Norte; en Asia Occidental en Siria; sólo por nombrar algunas.

Puntos de tensión europeos

En lo que respecta a Europa podemos observar dos focos que han escalado tensiones en puntos geopolíticos claves y a los cuales hay que prestarle suma atención el próximo año: el Mediterráneo Oriental, el Mar Egeo y los Balcanes Occidentales. 

Un foco involucra a dos actores en dos territorios distintos. Aunque el enfrentamiento entre Türkiye y y Grecia posee una larga historia, durante todo el 2022 han estado al borde de un conflicto abierto y se han agravado las disputas, principalmente por la militarización y la ampliación de Atenas sobre un grupo de Islas en el Mar Egeo, los derechos de perforación en el Mediterráneo, la división histórica entre la República de Chipre y República Turca del Norte de Chipre, y su Zona Económica Exclusiva (ZEE) junto al control de las rutas marítimas.

El segundo foco se está desarrollando en los Balcanes Occidentales entre Serbia y la autoproclamada República de Kosovo. También se trata de un conflicto que permanece activo desde hace años, y en 2022 hubo negociaciones, aumento de tensiones y hace unas semanas se agravó la situación en el norte de la frontera.

Puntos cruciales para asegurarse el control y manejo de ciertos actores que permiten llevar adelante la instigación de los conflictos activos, son proporcionar armamentos y capacitación militar. Por supuesto también sirve para mantener el negocio del complejo industrial militar en funcionamiento.

Casualmente tanto Grecia como Kosovo poseen bases militares de Estados Unidos y la OTAN.

Grecia posee al menos cuatro bases militares a las que Washington tiene acceso a partir del Acuerdo de Cooperación de Defensa Mutua entre Grecia y Estados Unidos: el Cuartel de Georgula en la provincia de Volos, el campo de entrenamiento de Litochoro, el cuartel del ejército en la ciudad portuaria nororiental de Alexandroupoli, y la base naval de Souda en Creta. 

Desde 2016, Grecia ha recibido equipo militar por valor de más de 276 millones de dólares en el marco del programa Excess Defense Articles (EDA). Entre 2015 y 2019, Grecia ha importado más de 808 millones de dólares en artículos de defensa.

La capacitación militar brindada por Estados Unidos a Grecia desde 2017 a 2022, incluye más de 4,3 millones de dólares en fondos de Educación y Entrenamiento Militar Internacional (IMET). Y sólo en 2022, el Departamento de Estado de EEUU proporcionó a Grecia 30 millones de dólares en financiamiento militar extranjero.

En Kosovo se encuentra una de las bases militares más grandes y costosas creadas por Estados Unidos: el Campo Militar de Bondsteel. Asimismo, la OTAN posee una fuerza especial para Kosovo, la KFOR, que intervinó en el territorio luego de la finalización de la guerra en 1999 con el objetivo de “mantener el orden y la seguridad en Kosovo, mantener los puntos acordados en el acuerdo de paz y dar asistencia al programa de la misión de la ONU en Kosovo (UNMIK)”. A partir de ese momento, Kosovo se constituyó como un protectorado estratégico del bloque anglo-occidental. 

EEUU brinda a Kosovo asistencia en seguridad, pero también en educación, entrenamiento y equipo militar para promover los objetivos de seguridad nacional, explican desde el Departamento de Defensa estadounidense. Se busca que las Fuerzas de Seguridad de Kosovo (KSF) realicen una transición hacia una fuerza moderna e interoperable con la OTAN. 

El Departamento de Defensa junto a la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) proporcionaron en 2020, 56,9 millones de dólares en asistencia. Además, desde 2011 que las KSF trabajan en conjunto con la Guardia Nacional de Iowa en el Programa de Asociación Estatal. 

Hace pocos días, mientras aumentaban las tensiones entre Serbia y Kosovo, la OTAN anunció que realizará ejercicios militares cerca de su base en Novo Selo y el autoproclamado Gobierno de la República de Kosovo aprobó el acuerdo realizado con el Ministerio de Defensa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para la adscripción de personal de la Fuerza de Seguridad de Kosovo en las Islas Malvinas, a la Compañía de Infantería Roulement.

¿Qué tienen en común estos focos además de tratarse de conflictos sin resolver? Tanto el Mediterráneo Oriental como los Balcanes Occidentales y el Atlántico Sur son territorios sumamente importantes para el bloque anglo-occidental frente al contexto de disputa internacional. Los actores y conflictos instigados no son elegidos al azar, se tratan de puntos claves para el desarrollo de la estrategia imperial, especialmente para frenar el avance del eje sino-ruso en zonas que durante varios años fueron de control hegemónico occidental.

Mediterráneo Oriental

En el Mediterráneo Oriental podemos observar la importancia de controlar las rutas marítimas, la comunicación intermediterráneas y la explotación de los yacimientos de gas natural y petróleo descubiertos en los últimos años. Se trata de territorios y delimitaciones en disputa entre varios países como Türkiye, Grecia, Egipto, Líbano, Siria, Libia, Israel, la República de Chipre y la República Turca del Norte de Chipre, aunque también se encuentran involucrados EEUU, Inglaterra, Francia e Italia interesados en mantener su influencia en la región. 

Varias de las empresas petroleras más importantes del mundo también se encuentran presentes en las aguas del Mediterráneo Oriental: Exxon Mobil y Noble Energy (EEUU), Corporación de Petróleo Turca (Türkiye), Eni (Italia), Kogas (Corea del Sur), British Gas (Reino Unido), Delek Drilling y Avner Oil (Israel), Qatar Petroleum (Catar) y Total (Francia).

En los últimos años, especialmente en 2022, hubo un acercamiento de Rusia en la región del Meditarráneo, desde los recientes ejercicios militares con Argelia hasta el fortalecimiento de las relaciones en materia energética, industrial, comercial y científico con países del magreb africano, pero especialmente con Türkiye. Este último punto no debe tomarse a la ligera ya que Türkiye es un actor de gran peso para ambos bloques de poder. Ankara posee una autonomía en decisiones políticas intratable para Washington, por lo que se ha vuelto una pesadilla para el bloque anglo-occidental. 

Desde que los vínculos entre Türkiye y EEUU se han enfriado, Ankara no sólo se ha acercado más a Rusia, sino que ha comenzado a trazar su camino dentro del proyecto multipolar mirando hacia Eurasia, mientras continúa siendo clave para la OTAN y Europa Occidental. En este sentido, habrá que prestar atención a los acontecimientos que involucren a Türkiye en los próximos meses de cara a las elecciones presidenciales, debido a que se ha vuelto un actor incómodo pero necesario para occidente.

Balcanes Occidentales

Los Balcanes Occidentales poseen una importancia geoestratégica, en parte porque funcionan como puente entre Asia y Europa Occidental y debido a sus procesos históricos se trata de una región con una influencia extranjera muy variada, desde países que ya son parte de la UE y/o la OTAN, hasta fuertes aliados del Kremlin. Frente al objetivo del bloque anglo-occidental de no permitir los vínculos y el avance del proyecto euroasiático a Europa Occidental, los Balcanes, constituyen un territorio de influencia que no estarán dispuestos a ceder. 

En el corazón de los Balcanes se encuentra la base militar más grande y costosa de EEUU, pero también está Serbia, un país con fuertes vínculos y apoyo de Rusia. La escalada entre Serbia y Kosovo será objeto de atención para el año entrante, ante la posibilidad de que se utilice como herramienta de desestabilización.

Islas Malvinas y Atlántico Sur

¿Por qué Kosovo querría enviar a entrenar a sus fuerzas al exterior teniendo una de las bases militares más grandes en su territorio? A Kosovo le interesa formar parte de cualquier plataforma, acuerdo o proyecto que dicte el bloque EEUU / Reino Unido/ OTAN, especialmente si se trata de entrenamientos militares y reconocimiento internacional como país independiente. 

Pero, ¿por qué Inglaterra decide llevar fuerzas kosovares a las Islas Malvinas, y no a cualquier otra de sus bases? Reino Unido, al igual que EEUU, como parte del bloque occidental, busca mantener su hegemonía en territorios que considera propios tras su (no tan) pasado colonial, para ello han desarrollado el proyecto ‘Global Britain’.

Esto significa que, con la misión de Kosovo en las Islas Malvinas, que comprende hasta siete (7) miembros de las KSF, es decir un contingente casi simbólico, se evidencia una vez más que Reino Unido está interesado en consolidar su presencia en el Atlántico Sur y busca “demostrar que tienen el control sobre el territorio, que ejercen soberanía, mientras que demuestran que nosotros (Argentina) no podemos hacer nada para evitarlo”, explicó el doctor en historia, docente e investigador, Guillermo Martín Caviasca.

Hace años que Inglaterra avanza sobre el territorio argentino del Atlántico Sur en aspectos militares, económicos, geográficos, científicos, energéticos, explotación de recursos e incluso colocando armamentos nucleares, como lo denunció el propio Secretario de Estado sobre Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona.

En este sentido, en una entrevista para United World International y PIA Global, Carmona explicó que “con ‘Global Britain’ el Reino Unido intenta revivir las tradiciones imperialistas” pretendiendo “desempeñar un papel en el que el mantenimiento del colonialismo, en lo que consideran territorios de ultramar, es uno de los elementos clave”.

De acuerdo al especialista e investigador argentino en la cuestión Malvinas, Julián Bilmes, “lo central para las pretensiones nacionalistas británicas constituye su propia proyección de poder en pos de vigorizar sus complejos exportadores, industrial-militar y científico-tecnológico sobre otros territorios, para conservar su rol de “jugador global” ante la transición geopolítica de este siglo XXI, apuntando sobre sus históricas esferas de influencia. He ahí el rol esencial de los 14 territorios británicos de ultramar, las dependencias de la Corona Británica y la Mancomunidad de Naciones”.

En las Islas Malvinas y el Atlántico Sur se encuentra el centro militar más importante de toda América Latina dispositivo de la OTAN, el Complejo Militar de Mount Pleasant. También está presente la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos, responsable de todas las operaciones en el Caribe, América Central y América del Sur.

Estos territorios del Atlántico Sur poseen una importancia geoestratégica y geopolítica clave en tanto su posición geográfica entre enormes espacios marítimos incluído el Estrecho de Magallanes, uno de los dos únicos corredores interoceánicos entre el Atlántico y el Pacífico. Su cercanía a la Antártida también dota a la región de una riqueza incomparable de recursos ictícolas, hidrocarburíferos, biogeográficos, aguas nutritivas y ecológicamente muy productivas. Además contiene alrededor del 80% del agua dulce del planeta y posee reservas de carbón, petróleo, hierro y otros minerales.

A partir del panorama de disputa internacional, las decadentes potencias anglo-occidentales como Reino Unido y Estados Unidos, junto a su perro guardián, la OTAN, intentan mantener su hegemonía en territorios geopolíticos claves como son el Mar Mediterráneo, los Balcanes Occidentales y el Atlántico Sur.

*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Artículo publicado originalmente en United World International (UWI).

Foto de portada: United World International.

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