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Perú expulsa embajador mexicano del país y eleva las tensiones por el asilo de Castillo

Por Lidia Arista* –
La expulsión de Monroy se dio horas después de que el canciller Marcelo Ebrard confirmó que México ya había concedido asilo a la familia de Pedro Castillo.

La tensión entre el gobierno de México y Perú subió de nivel. Las declaraciones y las “injerencias” de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador provocaron que su embajador Pablo Monroy fuera declarado como persona “non grata” y expulsado de esa nación, aunque las relaciones iniciadas en 1823 entre ambos países se mantienen.

La historia de los desencuentros no comenzó con la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú, sino semanas atrás.

Previo a que concluyera la presidencia de México en la Cumbre de la Alianza del Pacífico, el mandatario mexicano hizo un llamado al Congreso de Perú para que permitiera a su entonces presidente salir el país y venir a tierras mexicanas.

Esa mañana del 21 de octubre, el presidente López Obrador acusó que su homólogo era víctima de hostigamiento, a pesar de haber sido electo mediante elecciones meses atrás.

“El presidente Pedro Castillo ganó en elecciones democráticas, pero no lo dejan, lleva poco tiempo y lo han estado hostigando. Desde luego, pues ellos tienen sus políticas porque es un país también libre, independiente, soberano, pero aprovecho para hacer este exhorto respetuoso a que esté con nosotros el presidente del Perú, porque es miembro”, dijo.

Cuando la destitución llegó, el presidente de México fue una de las pocas autoridades en el mundo en manifestarle su respaldo. Atribuyó a los intereses de las élites económicas y políticas de haber mantenido un constante hostigamiento, confrontación y hostilidad en su contra.

Esta declaración del presidente López Obrador fue calificado como un acto “injerencista” del gobierno de Perú que ya encabezaba Dina Boluarte. El ministerio de Relaciones Exteriores pidió al representante del gobierno mexicano, el embajador Pablo Monroy, apegarse a los principios internacionales.

“Las expresiones de las autoridades mexicanas constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú, y no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido en días recientes”, detalló a través de un comunicado.

La relación cercana entre ambos mandatarios llevó a Pedro Castillo a solicitar asilo político a México, el cual no se pudo concretar porque fue detenido antes de que pisara la embajada.

Otro episodio que contribuyó a elevar la tensión entre ambos países fue el rechazo del presidente mexicano a reconocer a Dina Boluarte como presidenta de Perú y la pausa que sugirió entre las relaciones bilaterales.

“Está en pausa, en espera de lo que suceda y ojalá se busque una salida democrática”, dijo en su conferencia del 13 de diciembre .

Un día antes, los gobiernos de México, Colombia, Argentina y Bolivia emitieron a través de un documento su respaldo a Pedro Castillo y pidieron al gobierno de Dina Boluarte respetar el voto de los ciudadanos y no reprimir al pueblo.

“Para el mundo no es novedad que el presidente Castillo Terrones, desde el día de su elección, fue víctima de un antidemocrático hostigamiento violatorio del artículo 23 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, Pacto de Costa Rica, aprobado el 22 de noviembre de 1969, para luego ser objeto de un tratamiento judicial de la misma manera violatorio del artículo 25 de la mencionada convención. Nuestros gobiernos hacen un llamado a todos los sectores involucrados en el anterior proceso para que prioricen la voluntad ciudadana que se pronunció en las urnas”, se lee en el escrito.

El papel del embajador

Pablo Monroy representó a México como embajador durante casi siete meses. El 31 de mayo presentó sus cartas credenciales al entonces presidente electo de Perú en el salón Dorado de Palacio de Gobierno y este martes 20 de diciembre fue declarado como persona “non grata” y expulsado de ese país, por lo que se le dieron 72 horas para irse.

Desde el 7 de diciembre que se destituyó a Pedro Castillo, el embajador se dedicó a apoyar a la comunidad de mexicanos que radicaban o estaban de visita en Perú.

A través de sus redes sociales difundió información para auxiliar a los connacionales con orientación, alimento, hospedaje y transportación.

A Monroy el gobierno de Dina le hizo saber su inconformidad por las declaraciones emitidas por el presidente López Obrador, que constituían, a su parecer, una injerencia en los asuntos internos de Perú.

La expulsión de Monroy se dio horas después de que el canciller Marcelo Ebrard confirmó que México ya había concedido asilo a la familia de Pedro Castillo, quienes ya se encontraban en su embajada, por lo que faltaba era definir el salvoconducto para que pudieran salir de ese país.

“La decisión ha sido adoptada como respuesta a las continuas y reiteradas declaraciones efectuadas por el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, sobre la situación política en el Perú, las mismas que constituyen una inaceptable injerencia en asuntos internos, en clara violación al principio de no intervención”, explicó la canciller Ana Cecilia Gervasi.

La respuesta de México

El primero en pronunciarse por la expulsión del embajador fue Marcelo Ebrard. El canciller calificó como “infundada” y “reprobable” la decisión, y anunció que Pablo Monroy regresaría a México en las 72 horas que se le dieron de plazo.

Este miércoles en su conferencia de prensa, el presidente López Obrador también lamentó la decisión, sin embargo, adelantó que no habría ruptura con Perú por lo que se mantendría la embajada de México en ese país.

“Decirles de que la Secretaría de Relaciones Exteriores ha decidido no romper relaciones, entre otras cosas, porque necesitamos mantener nuestra embajada para dar protección a los mexicanos que radican, que trabajan, que viven en Perú. Entonces la embajada continúa en su función, ya está nombrado un encargado de la embajada y seguimos pendientes de los acontecimientos en Perú”, anunció en su conferencia de prensa matutina.

¿Cuál es la importancia de Perú?

Perú es un país con 32 millones 625, 948 habitantes, con quien México tiene relaciones diplomáticas desde 1823. Es el quinto socio comercial de México en América Latina; mientras que México es el tercer socio comercial del Perú en la región.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, en 2020 el comercio bilateral alcanzó los 1,768.4 millones de dólares.

Otra vez diciembre

En diciembre de 2019, la diplomacia de México enfrentó un problema con otro país del sur: Bolivia.

Luego de otorgarle asilo político a Evo Morales, en la Embajada de México se presentaron actos de “hostigamiento” e “intimidación” que desde el gobierno de López Obrador fueron calificados “sin precedente”.

“En caso de que tales actos y omisiones continúen, el Estado mexicano se reservará su derecho a emprender acciones jurídicas y/o políticas ante organismos y tribunales internacionales”, denunció la Embajada en ese país.

*Lidia Arista es periodista de Expansión Mx.

Este artículo fue publicado por Expansión Política.

FOTO DE PORTADA: Twitter/@pmonroyconesa.

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