Desplazados y refugiados Nuestra América

Estados Unidos convirtió a México en un embudo para desplazados

Por Lidia Arista*- Guatemaltecos, salvadoreños, hondureños, haítianos, cubanos, nicaragüenses, ecuatorianos y ahora cientos de venezolanos están atrapados en el cuello de botella que se ha convertido México.

“Tania” salió de Guatemala con el propósito de llegar a Estados Unidos. Su deseo era vivir lejos de la violencia intrafamiliar, conseguir un trabajo y mejorar la calidad de vida para sus dos hijos, sin embargo su sueño americano terminó frustrándose y desde hace años se mantiene en suelo mexicano.

“Tania” tiene una visa humanitaria que México le otorgó. Antes de conseguirla, tuvo que enfrentar todo un calvario: atravesar por varios países, ser víctima de xenofobia, sufrir un intento de violación, sentirse al acecho del crimen organizado y hacer pagos y pagos.

Si bien su destino era llegar a Estados Unidos, no lo logró, por lo que México se ha convertido en su única opción para no regresar a Guatemala. Así como “Tania”, miles de migrantes han visto frustrado el “american dream”, y optado por permanecer en territorio mexicano.

Guatemaltecos, salvadoreños, hondureños, haítianos, cubanos, nicaragüenses, ecuatorianos y ahora cientos de venezolanos están atrapados en el cuello de botella que se ha convertido México.

El Instituto Nacional de Migración (INM) tiene registro de un incremento de migrantes con condición irregular en México. Entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2021 se identificaron a 147,033 ciudadanos extranjeros en esa condición. Esta cifra es tres veces mayor al mismo periodo de 2020 cuando se ubicaron a 48,398 en tierras mexicanas.

En el año 2021, también se rompió una cifra de solicitudes de asilo. Un total de 129,844 migrantes presentaron su petición ante la Comisión Mexicana Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

De acuerdo con expertos en migración consultados, México se ha convertido en un embudo para los migrantes.

“México se convirtió en un país embudo o país filtro. Son manifestaciones de lo que se llama la externalización de las fronteras, es decir la frontera de Estados Unidos se va corriendo cada vez más hacia el sur en un intento de inhibir los cruces irregulares”, explica Rafael Alonso Hernández López, investigador del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte (Colef).

La amenaza lanzada en mayo de 2019 por el presidente Donald Trump de gravar con 5% las importaciones de productos mexicanos generó que México terminara por desplegar miles de elementos de la Guardia Nacional en sus fronteras.

Los operativos para frenar migrantes comenzaron con el apoyo de 10,000 elementos de la corporación, pero se ha ido incrementando; hasta este 20 de octubre, había en esa zona 31,607 elementos de seguridad, 6% más respecto a los 29,607 que había hasta septiembre pasado.

México recibe a miles de expulsados de EU

Pasado ese episodio, la contención de migrantes desde México ha continuado y en los casi cuatro años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha incrementado el apoyo para frenar la migración, por ejemplo se acordó con Estados Unidos recibir a indocumentados centroamericanos que lograron pisar tierras estadounidenses, pero que fueron deportados.

Bajo el programa “Quédate en México” o MPP (Protocolos de Protección a Migrantes), confeccionado en la administración de Donald Trump, miles de migrantes solicitantes de asilo fueron devueltos a México mientras esperaban que en Estados Unidos una corte resolviera su petición.

Tan solo entre enero de 2019 y enero de 2021, se calcula que fueron devueltos a México más de 70,000 solicitantes de asilo.

El Título 42 es otra herramienta con la que Estados Unidos ha logrado deportar a miles de migrantes. Desde que se puso en marcha, en marzo de 2020 y hasta agosto de 2022, de los 4 millones 141,794 detenciones, 2 millones 269,503 (54%) fueron bajo ese título.

En los últimos meses, México acordó con Estados Unidos recibir a personas deportadas de tres países, además de a sus propios ciudadanos: El Salvador, Guatemala y Honduras. En mayo pasado también aceptó acoger a un número limitado de cubanos y nicaragüenses.

A partir de este mes de octubre, México también aceptó recibir a ciudadanos venezolanos tras la entrada en vigor de una nueva medida migratoria, mediante la cual se dará una visa humanitaria a quienes cumplan con requisitos como ingresar por avión y que un familiar lo respalde mientras se encuentra en ese país.

La frontera del norte del país podría verse rebasada. En esa zona del país hay miles de extranjeros que no han podido ingresar a Estados Unidos o ya fueron deportados.

Hernández López explica que tanto los servicios públicos y privados no serán suficientes ante la cantidad de migrantes que requieren un lugar donde vivir, empleo, acceso a la salud y educación.

“La frontera es un espacio concentrador tanto de los que vienen subiendo como de los que han bajado a la fuerza. El escenario no es para nada alentador porque esta respuesta hostil a través de la expulsión lo único que genera es caos y magras condiciones para las personas”, sostiene.

La organización Human Right Watch se pronunció en contra de la forma en que Estados Unidos ha presionado a México y en la que el gobierno mexicano ha respondido contra los migrantes.

“Estados Unidos debe restablecer el acceso al asilo en su frontera y dejar de presionar a México para que reprima la migración. México debe garantizar que la Comar cuente con los fondos necesarios y de que los solicitantes de asilo puedan presentar sus pedidos en los cruces fronterizos y a los centros de detención”, se lee en un reporte en el que también indica que México cuenta con 17 pesos por cada migrante para tramitarle una visa humanitaria.

México, escenario de diferentes crisis

Desde 2018, el fenómeno migratorio ha repuntado. En caravana o en grupos pequeños, los migrantes han optado por cruzar México con destino a llegar Estados Unidos.

“La crisis migratoria anterior fue de guatemaltecos, posteriormente de haitianos, cubanos, hondureños y ahora de venezolanos, lo que significa que México debería ya haber aprendido que necesita tomar acciones para atender estas olas, lo único que ha cambiado es la nacionalidad”, dice Alma Guadarrama Muñoz, experta en derecho internacional e investigadora de la Universidad La Salle.

Por estas olas migratorias, en México hay una migrantes de diferentes nacionalidades. De acuerdo con el INM, en 2021, se deportaron a 130,269 migrantes, de ellos, el 96% eran ciudadanos de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

Ese año, los venezolanos prácticamente no figuraban entre las deportaciones hechas por México. En 2021 fueron devueltos a su país de origen a 371, cifra que en ocho meses de 2022 ya fue superada. Entre enero y agosto, suman 466 los venezolanos deportados.

“Vamos a seguir teniendo este tipo de crisis, mañana van a ser los colombianos, y pasado mañana seguramente los brasileños”, agrega Guadarrama Muñoz.

*Lidia Arista es periodista de Expansión Mx, donde fue publicado originalmente este artículo.

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