El Jefe de Estado, asesinado después de medianoche en su residencia privada, por un grupo fuertemente armado, del cual hasta ahora faltan datos precisos, pues en la investigación aparecen muchas confusiones, mentiras y distinto tipo de encubrimientos, que han empeorado la crisis político institucional que sobrelleva la isla desde principios del siglo XX.
El magnicidio puso de manifiesto, una nueva intervención de EE. UU a través del entramado mafioso paramilitar de las agencias que hacen vida en ese país en connivencia con la CIA, la DEA y el Departamento de Estado Norteamericano.
Haití, con 11 millones de habitantes, y con una constante de intervenciones extranjeras y saqueos que han empobrecido al país llevándolo a situaciones de extrema vulnerabilidad, desde 1915, cuando el magnicidio de Jean Vilbrun Guillaume Sam, generó la excusa para la ocupación militar de la isla por EEUU hasta 1934, ha tratado por todos los medios de abrirse paso en las peores condiciones sin renunciar a su historia de lucha.
Esa lucha inclaudicable, renace como el ave Fénix, aunque para los grandes medios de información pase desapercibida, o sea manipulada para continuar con la cadena colonial que trata de evitar la independencia y autodeterminación del pueblo haitiano.
En este nuevo aniversario del asesinato de Jovenel Moïse y antes las nuevas características que ha adquirido el proceso de lucha del pueblo haitiano entrevistamos nuevamente al militante popular Henry Boisrolin Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, con quien abordaremos las condiciones en las que se encuentra nuestro hermano pueblo y realizaremos un balance de lo acontecido transcurridos ya un año del magnicidio y las perspectivas futuras en el marco de las consecuencias de la crisis estructural del neoliberalismo en la región.