Esta situación al menos ocurrirá durante el próximo año, ya que Israel seguirá teniendo estatus de observador en la Unión Africana (UA). Esta decisión es sorprendente y contradice los valores consagrados en el Acta Constitutiva del organismo continental africano, que desde su nacimiento ha marcado su oposición al apartheid y al colonialismo. También cabe mencionar que la política exterior israelí viola fácticamente lo expresado en la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. Un claro ejemplo de esto es la opresión sobre el pueblo palestino, o la provisión de armamentos a Marruecos, que los alauitas utilizan en la guerra de ocupación de los territorios del Sáhara Occidental contra otro miembro de la UA, como lo es la República Árabe Democrática Saharaui.
La aceptación de Israel en la UA ha traído sendas contradicciones hacia el interior del organismo que nuclea a las 54 naciones africanas ya que muchas naciones han expresado deseos fervientes para la no inclusión como miembro veedor, tal es el caso de Sudáfrica, Nigeria, Argelia, Namibia, Botswana y Túnez. Otras naciones africanas han manifestado su oposición tajante a la acreditación de Israel tanto verbalmente como por escrito. En los acuerdos geopolíticos, económicos y comerciales estratégicos de cada nación con el Estado israelí estará la respuesta a la insistencia de su inclusión.
La oposición a que Israel tenga algún estatus en la UA está relacionada con su trato a Palestina. En 2021, el grupo de derechos humanos más grande de Israel, B’Tselem, declaró que las políticas violentas y supremacistas de Tel Aviv hacia los palestinos equivalían al apartheid. Desde entonces, Human Rights Watch y Amnistía Internacinal han llegado a la misma conclusión. Veteranos sudafricanos contra el apartheid como el arzobispo Desmond Tutu, Kgalema Mothlanthe, Ronnie Kasrils y Winnie Mandela reconocieron este hecho hace décadas, mientras que el Consejo de Investigación de Ciencias Humanas de Sudáfrica lo declaró en 2009, sin embargo estos hechos no parecieron tenerse en cuenta a la hora de platear los deseos de Israel de ingresar como miembro observador de la UA.
De hecho, hace casi 50 años, el predecesor de la UA, la Organización para la Unidad Africana (OUA), notó las similitudes entre los regímenes israelí y sudafricano del apartheid. En una reunión de jefes de estado de la OUA en Uganda en 1975, la organización declaró: “el régimen racista en la Palestina ocupada y el régimen racista en Zimbabue y Sudáfrica tienen un origen imperialista común, forman un todo y tienen la misma estructura racista y son vinculados orgánicamente en su política tendiente a la represión de la dignidad e integridad del ser humano”.
En febrero pasado, la UA condenó a Israel por “su implacable búsqueda de medidas de colonización y anexión y continuar actuando de mala fe y en total contradicción con el fin de la ocupación”.
La pregunta que subyace a estos datos previos, (unos antiguos incluso el organismo ya no existe y otros de una actualidad sorprendente) es: ¿Cómo y por qué se le otorgó a Israel el estatus de observador?
La UA dividida
En julio de 2021, el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, tomó la decisión unilateral de otorgar a Israel el estatus de observador. Tel Aviv había estado presionando por esto durante 20 años. La respuesta fue rápida y directa. Muchos países africanos denunciaron la decisión.
Activistas de la sociedad política, religiosa y civil de África, bajo la bandera de la Solidaridad Panafricana con Palestina, comenzaron una campaña contra la presencia de Israel en la UA. Nuestro mensaje es simple: como estado moderno de apartheid y poder colonial, Israel ofende el espíritu de la UA y no puede desempeñar ningún papel en la organización hasta que desmantele el apartheid y termine con su colonialismo y ocupación de Palestina.
Esta disputa llegó a un punto crítico en la cumbre de la UA este febrero. En una reunión cerrada de jefes de estado, los participantes discutieron el asunto. Acordaron que la decisión de Mahamat sería suspendida y que un nuevo comité deliberaría sobre si Israel debería ser acreditado. Esto aún está en discusión y se espera que en el transcurso de este año se expida el organismo o al menos no se le renueve el estatus.
Este comité incluiría tres países que se opusieron a la acreditación de Israel: Argelia, Nigeria y Sudáfrica, y tres que la apoyaron: Camerún, la República Democrática del Congo y Ruanda. Estaría presidido por el nuevo presidente de la UA, el presidente de Senegal, Macky Sall, en una señal de equidad que busca salir de esta engorrosa situación en la que se encuentra la actual presidencia de la UA, heredada del periodo anterior.
El compromiso asumido por esta dirigencia de la UA parece ser una decisión sensata y de principios y que además es alcanzada a través del método preferido de toma de decisiones que viene demostrando esta gestión al frente del organismo africano por excelencia: el consenso. También ayudó a evitar una división en la UA que solo hubiese empeorado el estado actual de situación, en el que el organismo está teniendo que terciar y tomar decisiones y
Sin embargo, en cuestión de horas, como resultado del cabildeo de Israel y sus partidarios africanos, varios miembros de la UA insistieron en que se reabriera el asunto. Después del nuevo debate, el presidente Sall declaró que el nuevo comité consultaría a los estados miembros y lograría un consenso sobre el asunto antes de una decisión final, pero también revocó el acuerdo anterior de suspender la acreditación de Israel mientras el asunto estaba pendiente. Esto significa que, pendiente de las deliberaciones del comité, Israel mantendrá su condición de observador de la UA. Nada parece cambiar, sin embargo esta nueva discusión parece encaminarse a lo que finalmente se debiera llegar: la negativa a que Israel y todo el aparato sionista se inmiscuya en los temas africanos.
Oposición de principios
La posición de los países africanos que se oponen a la acreditación de Israel es clara y se sustenta en las slidads bases del derecho internacional, de los compromisos y acuerdos y tratados firmados en torno a los DD.HH y por supuesto a la condena al régimen que mantiene a Palestina subyugada a la opresión y violencia del régimen sionista israelí. Y la cuestión que queda en el aire es saber cuál es el motivo que mueve a tantos países africanos que han optado por abrazar el estado del apartheid que propone y pone en acción Israel contradiciendo a la Carta Magna que los nuclea.
Una respuesta es que Israel ha sido cada vez más fuerte en su ofensiva diplomática y sus ofertas de apoyo tecnológico y agrícola, particularmente en África Occidental y África Oriental. Otra respuesta radica en que, en la última década, las exportaciones militares israelíes al continente han aumentado un 306%. En los últimos años, varios regímenes autoritarios de África también han utilizado software espía israelí contra sus propios ciudadanos e incluso contra otros jefes de Estado africanos.
Esto destaca otro aspecto preocupante del abrazo de la UA a Israel. Su aceptación no solo contradice los principios del organismo, sino que también apunta al creciente alcance del autoritarismo, la vigilancia y la opresión en el continente. La creciente influencia del régimen israelí en varios estados africanos es una amenaza para la paz y la democracia de esos países.
Los siete jefes de estado del nuevo comité tienen la oportunidad de defender los valores y principios de la UA consagrados en el Acta Constitutiva y la Carta Africana, y eso ha guiado durante mucho tiempo a la Unión en el tema de la ocupación israelí y es crítico con el sionismo. Pueden y deben oponerse al colonialismo de colonos y al apartheid, y apoyar la liberación del pueblo palestino.
*Beto Cremonte es periodista, Comunicador Social y docente en la Facultad de Comunicación Social de La Plata (U.N.L.P), estudiante avanzado de la Tecnicatura Universitaria en Comunicación Pública y Política de la Universidad Nacional de La Plata (U.N.L.P)