Brasil estuvo representando a América Latina en los BRICS. Desde su fundación, los BRICS se fueron constituyendo en el espacio de un mundo multipolar, alternativo a la declinante hegemonía norteamericana en el mundo. Uniendo a China, Rusia, India, África del Sur y Brasil, se estaba organizando una fuerza internacional poderosa.
Los BRICS unen a las dos potencias más grandes después de Estados Unidos –Rusia y China– y a las potencias emergentes de Asia, África y América Latina. El cambio de política de Brasil en los últimos cinco años dejo renco a los BRICS. El retorno de Brasil permitirá recomponer la alianza estratégica fundamental del siglo XXI.
Desde ese punto de vista también el año 2022 es un año de transición. Actualmente la polarización gira en torno a los Estados Unidos y sus aliados estratégicos –Europa y Japón-, por un lado, y a Rusia y China, por el otro. América Latina es una región en donde los dos bloques están en disputa.
China cuenta con sus avanzadas relaciones comerciales, que hace del país el principal socio comercial de gran parte de los países de continente. Y cuenta con inversiones directas en los sectores en que tienen intereses directos.
Rusia tiene relaciones políticas con algunos países, con los cuales trata de estrechar contactos, como es el caso de Argentina, el encuentro entre Alberto Fernández y Putin va en esa dirección.
Los BRICS serían el espacio por excelencia para que todos sus miembros potencien su fuerza. Una alianza en la que China, Rusia y Brasil volverían a tener un rol fundamental. Desde el golpe en Brasil, que tuvo lugar en el año 2016, Rusia y China han estrechado sus lazos mediante un acuerdo estratégico de relaciones, tanto económicas como políticas y militares.
En el caso de que el Brasil de Lula se reintegre, la fuerza de los BRICS será mucho más grande de lo que fue en el pasado. A la vez que Estados Unidos estará más debilitando de lo que estaba hace algunos años. La disputa por la hegemonía en el siglo XXI se hará más dura.
Ello afectará el destino del mundo en este siglo, pero también a las proyecciones de América Latina en el mundo, en la medida en que el continente es el epicentro de las más importantes luchas del mundo contemporáneo, porque es aquí donde se han dado las más grandes trasformaciones del neoliberalismo, tanto en los gobiernos radicalmente neoliberales como en los únicos gobiernos antineoliberales en el mundo.
Por ello de América Latina han surgido los principales lideres de izquierda de este siglo: Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, Pepe Mujica, López Obrador y Alberto Fernández, que han marcado el nivel de la izquierda en este siglo.
La primera década vio surgir a esos gobiernos y líderes; la segunda vio la crisis de algunos de ellos y el retorno de gobiernos neoliberales; la tercera, proyecta tener un conjunto de gobiernos antineoliberales: Argentina, México, Chile, Bolivia, Honduras, Perú y Venezuela, a los que pueden sumarse Brasil y Colombia, que puede retomar, fortalecer y extender los procesos de integración latinoamericana.
Puede restablecer relaciones con Asia, con Europa, con África y con los mismos Estados Unidos a partir de una posición de fuerza y desarrollar un modelo económico que no sea tan solo antineoliberal, sino que formule un modelo de acumulación posneoliberal.
El marco general del siglo XXI seguirá siendo en de la disputa hegemónica entre el declive de Estados Unidos y la ascensión de los BRICS, el declive de un mundo unipolar y el fortalecimiento de un mundo multipolar, en el que una América Latina integrada tendrá un rol determinante.
Notas:
*Filósofo y politólogo brasileño.
Fuente:www.geopolitica.ru