El martes 26 de octubre de 2021, las Fuerzas Armadas de Ucrania llevaron a cabo un ataque con un dron Bayraktar de fabricación turca contra las posiciones de las fuerzas de la DNR (República Popular de Donetsk) en la aldea de Hranitnoye. Un vídeo difundido por numerosos medios de comunicación muestra una explosión cerca del arma, seguida de personas que huyen en distintas direcciones de ella.
Según el DNR, no hubo víctimas humanas.
Esta provocación tenía un claro objetivo de escalada militar y de provocación política, ya que se violó el alto el fuego y se utilizó material de uso prohibido. Incluso Alemania acusó a Ucrania de utilizar vehículos aéreos no tripulados, señalando que, según los acuerdos de Minsk, sólo los observadores de la OSCE pueden utilizar estos medios para la observación en la zona de conflicto.
Luego, el 27 de octubre, las fuerzas armadas ucranianas tomaron la aldea de Staromaryevka. Ambas repúblicas fueron bombardeadas durante las últimas 24 horas con artillería de 122 mm, morteros pesados y otras armas. Un total de ocho asentamientos en las repúblicas populares de Donetsk y Luhansk fueron atacados por las fuerzas armadas ucranianas.
En la mañana del 28 de octubre, las fuerzas armadas ucranianas lanzaron un ataque con fuego contra la aldea de Mineralnoye, según ha declarado la representación de la DNR ante el Centro Conjunto de Control y Coordinación del Régimen de Alto el Fuego (JCCC).
Hay que tener en cuenta que la escalada comenzó tras la visita a Ucrania del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que dijo abiertamente en Kiev: «…Seamos claros: Rusia empezó esta guerra, y Rusia es un obstáculo para una solución pacífica. Mientras tanto, por nuestra parte, haremos todo lo posible para apoyar a Ucrania en sus esfuerzos por aumentar su capacidad de defensa. Ningún tercer país tiene derecho a vetar el ingreso de Ucrania en la OTAN. Ucrania tiene derecho a diseñar sus propias políticas, sin ninguna interferencia externa… Volvemos a pedir a Rusia que ponga fin a su ocupación de Crimea, que deje de continuar la guerra en el este de Ucrania y que cese la actividad desestabilizadora en el Mar Negro y a lo largo de las fronteras de Ucrania.
Esta retórica ya es conocida por Rusia, pero la visita tuvo consecuencias prácticas. Ucrania ya ha recibido armas y equipos militares de Estados Unidos, incluidos los sistemas antitanque Javelin, por un valor total de 60 millones de dólares.
Al mismo tiempo, se están llevando a cabo conversaciones para la compra de misiles tierra-tierra a Gran Bretaña. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, también espera recibir otras ayudas de Londres.
Es de suponer que Ucrania también intenta vengarse del Nord Stream 2 tratando de negociar nuevas condiciones de tránsito de gas y precios para comprar recursos energéticos rusos para sus propias necesidades por medios militares. Probablemente, Kiev no es consciente de que un chantaje tan extremo es inaceptable y tendrá consecuencias de largo alcance. Rusia tiene medios y métodos suficientes para iniciar una estrategia de agotamiento a largo plazo de Ucrania sin el uso de la fuerza militar.
Sin embargo, los expertos rusos creen que si Ucrania sigue bombardeando Donbass e intentando una ofensiva, Rusia intervendrá definitivamente en el conflicto para evitar el derramamiento de sangre.
Para ello, probablemente sólo sería necesaria una demostración de fuerza en las fronteras, como ha ocurrido en el pasado.
Una publicación estadounidense cree que, aunque Ucrania ha obtenido un medio eficaz para atacar objetivos en forma de drones Bayraktar, Rusia puede eliminar fácilmente esta amenaza para la DNR (República Popular de Donetsk) y la LNR (República Popular de Lugansk) utilizando medios de guerra electrónica.
El autor también se preguntaba sobre la evolución de la situación: ¿qué pasaría si Ucrania continuara con su agresión?
Hasta ahora, las instituciones internacionales se han limitado al formalismo. El representante de la OSCE, Mikko Kinnunen, tras la reunión del 28 de octubre, hizo un llamamiento a todas las partes del conflicto en Donbás para que cumplan sus compromisos y eviten la escalada.
Y estas declaraciones se han hecho a pesar de que el trabajo de la misión ha sido constantemente bloqueado por los representantes de Ucrania. La cuestión de la actual escalada aún no se ha debatido en las estructuras de la ONU. Aunque el último informe, hecho público en septiembre, apuntaba a un agravamiento de la situación: las estadísticas mostraban un aumento de las muertes de civiles y numerosas violaciones. Al mismo tiempo, se subrayó que las decisiones del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, que condujeron al cierre de canales de televisión y restringieron el acceso a los medios de comunicación en línea, «no cumplen con las normas internacionales del derecho a la libertad de expresión».
Con toda probabilidad, si el conflicto estalla, Rusia tendrá que actuar sola para salvar del genocidio tanto a sus propios ciudadanos, de los cuales más de 300.000 viven sólo en la DNR, como al resto de la población del Donbass.
Artículo publicado en Katehon.
