Aún con los remanentes del huracán Grace sobre las cabezas de los invitados, el presidente Andrés Manuel López Obrador no dio marcha atrás a la conmemoración histórica de los 200 años de los Tratados de Córdoba, cuando México pidió, en 1821, reconocimiento a la corona española de su Independencia.
El evento se llevó a cabo en la Exhacienda de San Francisco Toxpan; al lugar acudieron el presidente López Obrador, el mandatario ecuatoriano Guillermo Lasso, el gobernador Cuitláhuac García y otros funcionarios del gobierno federal de manera protocolaria. amlo destacó que a la conmemoración histórica asistiera la titular de la Secretaría de Economía, Tatiana Clouthier.
El propio presidente de Ecuador confirmó que además de la celebración histórica habría reuniones de trabajo.
«Que la celebración de esta fecha gloriosa sea también presagio fecundo para una mayor interrelación de amistad, de cooperación y de mutuo y mejor conocimiento entre nuestros pueblos y países”.
Lasso cargó su discurso hacia la necesidad de vertebrar los intereses de los países de la región para lograr una cooperación económica que “beneficie a pueblos hermanos”. El énfasis se centró en tener un acuerdo de libre mercado entre México y Ecuador, que se inscriba dentro de la Alianza del Pacífico.
“Es hora de dar conjuntamente un paso decisivo hacia la optimización de nuestros intercambios a través del acuerdo comercial”, señaló y la conmemoración histórica y al virrey de O’Donojú se los pasó por el arco del triunfo.
A Lasso, que llegó al poder en mayo de 2021, le ha tocado liderar a un país con fracturas agravadas a causa de la pandemia. Ecuador, con 17 millones de habitantes, casi como los que hay en la entidad más poblada de México -el Estado de México- ha pasado por una arrolladora crisis económica y con la, a veces, incontenible pandemia.
Lasso es un banquero que ha hecho fortuna y que fue la propuesta de derecha para llegar al poder. Así que el tiempo que ocupa Lasso en México está dedicado a los negocios. Este lunes, poco antes de partir de Ecuador, aseguró a medios en su país: «Le plantearemos (al mandatario mexicano) el acuerdo de libre comercio de México y Ecuador, con el propósito de que en el menor tiempo posible Ecuador pueda ingresar a la Alianza del Pacífico de pleno derecho».
El día estuvo lluvioso, pero con un calor abochornado. La Exhacienda de San Francisco Toxpan y sus olores a nanches y a flores de poderosa fertilidad fueron parte de la escenografía. Hubo decenas de personas que esperaron afuera del evento para poder saludar o hacer peticiones a los funcionarios que llegaron en helicópteros. Después de un rato, los pobladores solo lograron empaparse.
En algunas ocasiones se coreó desde afuera de la hacienda “¡Pre-si-dente, pre-si-dente, pre-si-dente!”. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador se estaba encargando del virrey O’Donojú y de varios héroes latinoamericanos. Antes de eso, dio su palabra: “Vamos a reunirnos con el presidente Lasso, con sus acompañantes, para tratar asuntos relacionados con la economía, con el comercio, con el desarrollo y la cooperación entre nuestros pueblos y entre nuestros países”.
Luego, le dio a lo suyo: “Ahora yo quiero referirme a lo que estamos recordando aquí en Córdoba el día de hoy”.
López Obrador destacó que desde el inicio de la Independencia, en 1810, los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos buscaron reformas sociales importantes, como el reparto de tierras y la abolición de la esclavitud. Pero con los años de guerra el movimiento quedó casi sofocado, aunque aún conservaba legitimidad. Tanto que el realista Agustín de Iturbide terminó aliado con el insurgente Vicente Guerrero.
Así, el Plan de Iguala, el documento de Independencia, queda entretejido por actores liberales y conservadores. Solo con esa alianza Iturbide logra, sin derramar sangre, controlar las principales ciudades.
El 3 de agosto de 1821 desembarca en Veracruz Juan O´Donojú, nombrado jefe político de la Nueva España por las cortes españolas; pero queda sitiado en el puerto de Veracruz por las tropas iturbidistas. En esos días los independentistas sugirieron los conocidos Tratados de Córdoba. En ellos se exige: “Esta América se reconocerá por nación soberana e independiente y se llamará en lo sucesivo Imperio Mexicano. El gobierno del imperio será monárquico, constitucional y moderado”.
Mientras López Obrador estaba entrado en minucias, Guillermo Lasso atendía los detalles históricos, como si hiciera falta leer el pasado para situarlo en este preciso día de nubarrones.
El presidente mexicano aseguró: “Los Tratados de Córdoba, al igual que el Plan de Iguala, suscrito ocho meses antes, sólo implicaban un reacomodo en la cúpula del poder económico, político y militar para garantizar la continuidad del mismo régimen de opresión colonial, sólo que en beneficio de la oligarquía criolla”.
Las demandas sociales de la Independencia quedaron pendientes, aún durante más de 100 años, dijo el presidente. “Las luchas sociales y de liberación, encabezadas por José de San Martí, por Simón Bolívar, por Miguel Hidalgo, por José María Morelos y Pavón, triunfaron por los afanes de libertad de los pueblos, por la perseverancia y patriotismo de nuestros héroes; pero también por los conflictos internos de la metrópoli que precipitaron la decadencia política de la España colonial y monárquica”.
Para este momento Lasso seguía perdido, pero López Obrador hizo una referencia directa a Ecuador. Aseguró que México y el país sudamericano han estado hermanados durante años. Además, dijo que el político y escritor liberal Vicente Rocafuerte nació en Guayaquil —ciudad en la que también nació Lasso — y fue un “extraordinario ecuatoriano que vivió y luchó en México contra los conservadores”.
El presidente López Obrador concluyó: “sostengo por mi parte, no puede haber progreso sin justicia, progreso sin justicia es retroceso y, añado, no puede haber poder sin pueblo”.
Este artículo fue publicado por Pie de Página.