Apartheid Área Árabe Islámica

Crímenes, abusos y apartheid israelíes contra los palestinos

Sayid Marcos Tenório*- Israel comete crímenes contra la humanidad, apartheid y persecución al adoptar políticas racistas supremacistas que privilegian a los israelíes judíos mientras oprimen gravemente a los palestinos.

Human Rights Watch (HRW) publicó el 27 de julio un informe en el que acusa a la ocupación israelí de cometer actos equivalentes al apartheid, crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional y del derecho internacional humanitario, hechos documentados durante décadas por diversas instituciones internacionales de derechos humanos. Esta conclusión se basa en la clara política israelí adoptada para mantener la ocupación y el dominio sobre los palestinos que viven en los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este.

En un informe de 213 páginas, HRW presenta la realidad de que Israel actúa como una entidad que goza de impunidad y, para ello, cuenta con el apoyo absoluto de Estados Unidos, que le protege del castigo y le permite seguir cometiendo crímenes atroces, como asesinatos, encarcelamientos, desplazamientos, violación de lugares sagrados para cristianos y musulmanes, y robo de tierras y recursos naturales, como las fuentes de agua palestinas.

Según el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, el estudio presentado «demuestra que las autoridades israelíes han traspasado todos los límites y están cometiendo crímenes contra la humanidad, apartheid y persecución», siendo la acción metodológica de Israel la adopción de políticas racistas supremacistas que privilegian a los israelíes judíos mientras oprimen gravemente a los palestinos.

Apartheid es un término legal utilizado originalmente para describir el régimen segregacionista de Sudáfrica, establecido en 1948 y derrotado en 1994. Según la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid de 1993 y el Estatuto de Roma de 1998, el apartheid es un crimen contra la humanidad que consiste en la intención de mantener la dominación de un grupo racial sobre otro; la opresión sistemática de un grupo dominante sobre otro; y actos inhumanos.

El informe de HRW considera que hay una clara demostración de la presencia de estos crímenes en los territorios ocupados. Las prácticas israelíes para mantener la dominación incluyen la discriminación institucional sistemática contra los palestinos mediante la adopción de leyes que imponen un régimen militar draconiano a los palestinos, al tiempo que garantizan plenos derechos a los israelíes judíos, lo que no es otra cosa que un régimen de apartheid.

Los crímenes y abusos inhumanos cometidos por las autoridades del Estado judío constituyen graves violaciones de los derechos fundamentales, entre ellos: la toma de gran parte de Cisjordania para la construcción de asentamientos judíos ilegales, que ha provocado la destrucción de viviendas y el desplazamiento de miles de palestinos; y el bloqueo militar, por tierra, cielo y mar, de la Franja de Gaza, desde hace mucho tiempo, ya +ultra 14 años.

La negación de los derechos civiles básicos a los millones de palestinos que viven en Cisjordania, la Franja de Gaza y los territorios asignados a Israel desde 1948, basándose en la justificación ilegítima de la «seguridad de Israel», ha sido una cortina de humo adoptada por el régimen sionista para su política abusiva que segrega a las personas en varios niveles, y dondequiera que vivan, simplemente porque son árabes-palestinos y no judíos.

Entre las políticas de apartheid adoptadas está la llamada Ley Básica del Estado-Nación del Pueblo Judío, aprobada por la Knesset, el parlamento sionista, por la que Israel se convierte legalmente en un Estado exclusivo para judíos. Además, cada vez se aprueban más leyes que favorecen a los colonos judíos y que no se aplican a los palestinos que viven en los mismos territorios, en una clara intención de mantener la dominación sobre los palestinos.

Al adoptar una legislación racista y de supremacía judía, Israel relega a los árabes palestinos que viven en la región a un régimen de democracia de fachada, negándoles la igualdad de derechos políticos y sometiéndolos a una discriminación permanente y odiosa en diferentes ámbitos, como la ciudadanía, la sanidad, la educación, el matrimonio, la financiación municipal, la vivienda y la propiedad de la tierra, convirtiéndolos en ciudadanos de segunda clase.

Esta legislación discriminatoria representó una victoria para la extrema derecha sionista que gobierna Israel y consolida el régimen de apartheid, al mismo tiempo que representa una derrota para el Derecho Internacional Humanitario, ya que no existe ningún precedente de esta naturaleza, además de contradecir las reiteradas Resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce el derecho de los palestinos a su estado independiente y soberano.

Las conclusiones de HRW sobre los crímenes contra la humanidad y el apartheid del régimen sionista contra los palestinos deberían impulsar a la comunidad internacional a reevaluar la naturaleza de su compromiso con Israel y adoptar enfoques centrados en los derechos humanos y hacer que Israel rinda cuentas por sus continuas violaciones, «en lugar de centrarse en un «proceso de paz» estancado y establecer una comisión de investigación en el seno de la ONU para investigar la discriminación y la represión sistemática de Israel».

El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) acogió con satisfacción la publicación del informe de HRW, afirmando que el pueblo palestino está ejerciendo su legítimo derecho a resistir la ocupación con las capacidades disponibles, de acuerdo con el derecho internacional y basándose en los valores religiosos y nacionales.

A diferencia de las fuerzas israelíes, la resistencia palestina ha demostrado su compromiso constante de evitar los objetivos civiles, a pesar de todas las masacres cometidas por la ocupación israelí contra niños y mujeres, así como contra familias enteras que han sido eliminadas por bombardeos, como el ocurrido en mayo de este año, que mató a 259 palestinos y dejó un elevado número de heridos y mutilados.

Las fuerzas de la resistencia han reiterado las demandas del pueblo palestino, respaldadas por el derecho internacional, sobre la necesidad de hacer responsable a la ocupación israelí, de procesar a sus dirigentes y de llevarlos ante los tribunales internacionales. No habrá tregua mientras Israel tenga agarrado al pueblo palestino por el cuello, oprimiéndolo y teniéndolo como rehén de un régimen de apartheid racista y de extrema derecha. Mientras persista esta opresión, el pueblo palestino no tiene más remedio que resistir las agresiones por todos los medios.

*Sayid Marcos Tenório es historiador y especialista en Relaciones Internacionales. Es vicepresidente del Instituto Brasil-Palestina (Ibraspal) y autor del libro Palestina: del mito de la tierra prometida a la tierra de la resistencia (Anita Garibaldi/Ibraspal, 2019. 412 p). Correo electrónico: sayid.tenorio@uol.com.br – Twitter: @HajjSayid

Dejar Comentario