En un breve discurso ante los diputados, transmitido en directo por televisión, el presidente pidió una solución negociada a la actual crisis política, abandonando la prórroga de dos años de su mandato presidencial aprobado el 12 de abril.
También designó a su Primer Ministro como responsable de la organización de las elecciones, accediendo así a una de las principales demandas de la oposición para salir del estancamiento.
“Hemos decidido buscar una solución a través de negociaciones y evitar provocar violencia en beneficio de quienes juegan con la sangre del pueblo”, dijo el mandatario, conocido como Farmajo.
Somalia, un país debilitado por décadas de guerra civil y una insurgencia de islamistas radicales afiliados a al-Qaeda, atraviesa actualmente una de sus peores crisis políticas en los últimos años.
Las tensiones han aumentado desde que expiró el mandato presidencial el 8 de febrero sin que se celebraran elecciones, y el 12 de abril, una prórroga de dos años del mandato presidencial provocó la furia de la oposición.
La prórroga del mandato presidencial el 12 de abril desató la furia de la oposición, hasta el punto de degenerar en enfrentamientos armados el pasado domingo en Mogadiscio, entre fuerzas gubernamentales y opositores, dejando tres muertos.
El sábado, el mandatario se ubicó en el marco de un acuerdo alcanzado el 17 de septiembre entre el gobierno federal y los cinco estados semiautónomos del país, a pedido de sus opositores y varios países socios.
El acuerdo contempla la realización de elecciones bajo un sistema indirecto, similar al adoptado en 2017, donde delegados especiales elegidos por múltiples líderes de clanes eligen a los parlamentarios, quienes luego votan por el presidente.
«Hago un llamamiento a todos ustedes (…) para volver al acuerdo inclusivo» adoptado en septiembre, agregó.
«Quiero dejar en claro que el primer ministro Mohamed Hussein Roble estará a cargo de la preparación, conducción y seguridad de las elecciones», agregó.
El discurso fue adoptado por unanimidad por los 140 diputados presentes.
Por la noche, el Primer Ministro aclamó ante la prensa «un día histórico» y agradeció al presidente Farmajo su sentido de «compromiso».
«Estamos decididos a celebrar elecciones libres, justas e inclusivas sin que nadie quede privado de sus derechos», dijo, y prometió reunir a las partes interesadas «muy pronto».
Un paso adelante
En un discurso a la nación el martes por la noche, el presidente ya se había echado atrás y pidió «discusiones urgentes» con los actores políticos somalíes para organizar elecciones.
En un comunicado, la coalición de candidatos presidenciales de la oposición contra Farmajo acogió con satisfacción los acontecimientos del sábado en el parlamento.
«Aplaudo la decisión del parlamento de volver a la implementación del acuerdo del 17 de septiembre. Este es un paso adelante y quienes estén involucrados en esta decisión deben ser felicitados por ello», dijo el ex presidente Sharif Sheikh Ahmed, presidente de la coalición.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, socio clave del gobierno somalí, acogió con satisfacción la decisión de los diputados en un comunicado, esperando que permitiera la reanudación del diálogo político «sin demora».
La elección del presidente Farmajo en 2017 había levantado esperanzas entre la población, que veía en él a un líder preocupado por combatir la corrupción y decidido a combatir al Shebab.
Si bien adoptó una fuerte postura nacionalista durante su mandato, hasta el punto de romper relaciones diplomáticas con Kenia y así ganarse la simpatía de parte de la población, el presidente también se ganó muchos enemigos.
Proponente de un estado centralizado fuerte, ha intentado influir en varias elecciones en los estados semiautónomos del país para ubicar a sus aliados. La extensión de su mandato votada por el parlamento fue percibida por muchos como un intento de mantener su poder.
Por otro lado, el Shebab no se ha mostrado especialmente preocupado durante su primer mandato, a pesar de las declaraciones marciales realizadas tras su llegada al poder.
Y el gobierno de Mogadiscio todavía controla solo una pequeña parte del territorio del país, con la ayuda crucial de unas 20.000 tropas de la fuerza de la Unión Africana en el país (Amisom).
Notas:
*Periodista y reportera de Africanews.com, 15min y The Florida Star
