La declaración final irritó a Donald Trump: amenazó con imponer aranceles a quienes apoyaran la “vía antiamericana”. Una cosa es lo que el presidente estadounidense quiere decir y otra lo que se proponen lograr los defensores de un mundo multipolar.
Revisión de la arquitectura
Los participantes de la cumbre afirmaron lo siguiente sobre el FMI y el Banco Mundial: “Es necesario hacerlos más flexibles, eficaces, fiables, inclusivos, idóneos para su propósito, imparciales, responsables y representativos, aumentando su legitimidad”.
También se habló de la Organización Mundial del Comercio (OMC): el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, se reunió con su directora general, Ngozi Okonjo-Iweala. “Se confirmó la necesidad de una reforma urgente de la OMC”, declaró la Cancillería rusa en un comunicado, “basada en los principios de inclusión, no discriminación, transparencia y respeto mutuo”.
La cumbre enfatizó que estructuras como la OMC, el FMI y el Banco Mundial necesitan cambiar sus órganos rectores en vista de la transformación global que se ha producido desde su creación.
La representación de las economías de mercados emergentes y en desarrollo en las instituciones de Bretton Woods debe corresponder a su peso real en el mundo.
Los observadores señalan que estas declaraciones de los BRICS reflejan una seria demanda de justicia y una revisión de la arquitectura de poder global.
Las instituciones de Bretton Woods llevan tiempo enfrentando cuestionamientos. En primer lugar, se las critica por servir a los intereses de un grupo reducido de países liderados por Estados Unidos. En tanto que fuerzas completamente diferentes ejercen una enorme influencia en la economía global.
Nuevo poder
Los BRICS representan el 40 % del PIB mundial, el 45 % de las reservas de petróleo y la mitad de todos los alimentos producidos en el planeta. Además, controlan la mayor parte de la producción de metales estratégicos, incluidos los de alta tecnología. Los países en desarrollo, en contra de los objetivos proclamados de desarrollo sostenible, financian a los países más ricos, lo que el presidente de Brasil denominó un “Plan Marshall a la inversa”. Así, el FMI y el Banco Mundial no cumplen con los requisitos del nuevo mundo policéntrico, aumentan la desigualdad global y la dependencia de la deuda, y a menudo se convierten en instrumentos de presión política, afirma Svetlana Frúmina, titular del Departamento de Mercados Financieros Globales y Fintech de la Universidad Rusa de Economía Plejánov.
Ruslán Pichuguin, experto independiente en inversión privada, aclara: «Todos estamos cansados del acceso desigual a la financiación, la dependencia velada de la agenda económica occidental y los intentos de utilizar las instituciones financieras para ejercer presión política. Revisar las reglas del juego no es un paso radical, sino completamente lógico y oportuno».
Un desafío al dólar
En una declaración conjunta, los participantes de la cumbre criticaron los aranceles de Trump, señalando que distorsionan el comercio y violan las normas de la OMC.
Sin embargo, Donald Trump cree que los BRICS están siguiendo una «política antiestadounidense».
Según los analistas, así es como podría interpretar la condena a los ataques de Estados Unidos e Israel contra Irán y los llamamientos a Benjamín Netanyahu para que retire sus tropas de la Franja de Gaza.
Pero esto no es todo. Los estadounidenses están cada vez más preocupados por el creciente poder económico de los BRICS y su deseo de alejarse de la dependencia del dólar. “La adhesión de los principales productores de combustibles fósiles abrirá más oportunidades para desplazar al dólar del comercio de petróleo y gas. La expansión de los BRICS implica la construcción de un orden mundial alternativo, lo que desafía la hegemonía estadounidense. La alianza se está convirtiendo en un contrapeso cada vez más poderoso al G7”, afirma Evgeny Shatov, socio independiente de Capital Lab.
Esta amenaza no sólo proviene de los BRICS. La OPEP+, la Organización de Cooperación de Shanghái, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Unión Africana también contribuyen a la formación de un mundo multipolar.
Habrá que negociar
Trump ya ha amenazado a los BRICS con aranceles del 100% si intentan reemplazar el dólar por otra moneda. Ahora ha prometido un 10% a cualquier país que apoye “políticas antiamericanas”. “Estas declaraciones reflejan obviamente la profunda preocupación estratégica de Estados Unidos debido a la creciente influencia de los BRICS a nivel mundial. El monopolio del dólar está llegando a su fin y la disminución de la demanda de la principal moneda de reserva complicará la financiación del déficit presupuestario mediante emisiones. Esto privará a Washington de una importante palanca de presión”, señala Frúmina. Por su parte, Pichuguin añada que “Trump vincula directamente el fortalecimiento de los BRICS con una amenaza a la soberanía económica de Estados Unidos. Sus palabras demuestran una vez más la agudeza con la que percibe cualquier intento de superar la dependencia del dólar”.
El presidente estadounidense mantiene su postura: los aranceles son una solución universal. Al mismo tiempo, los observadores tienden a creer que estas amenazas también deben considerarse una invitación a la negociación. Y esto ya demuestra la disposición a admitir la “nueva fuerza” y buscar compromisos.
Quiéranlo o no los estadounidenses, la época en que imponían condiciones a la comunidad internacional es cosa del pasado, concluye Jadzhimurad Beljaroev, profesor asociado del Instituto de Economía Mundial y Negocios de la Facultad de Economía de la RUDN (Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos). En consecuencia, EE. UU. y la UE tarde o temprano tendrán que negociar con los países BRICS, donde China, India y Rusia seguirán desempeñando un papel especial.
Por Natalia Dembínskaia* Especialista en temas económicos en RIA Nóvosti
Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal RIA Nóvosti / Traducción y adaptación Hernando Kleimans.
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