El líder chino visitó Francia, Serbia y Hungría desde el 5 hasta el 10 de mayo. En Francia se reunió con el presidente, Emmanuel Macron y con la presidents de la Comisión Europa, y candidata a reelección en las próximas elecciones parlamentarias, Ursula von der Leyen. En Serbia se reunió con el presidente Aleksandar Vucic, y en Hungría con el Primer Ministro, Viktor Orban y el presidente Tamás Sulyok. Durante toda la gira también se realizaron reuniones a nivel ministerial y visitas en distintos lugares.
De acuerdo al Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, el viaje de Xi a Europa con una visión global fortaleció con éxito las relaciones entre China y Francia, solidificó aún más las relaciones entre China y Serbia, fortaleció relaciones entre China y Hungría y dio impulso a la cooperación China-UE.
Xi Jinping recorrió una Europa en plena campaña electoral de cara a las elecciones al Parlamento Europeo y con fuertes discusiones sobre cómo continuar, o no, el apoyo a Ucrania. Una Europa hipermilitariotanizada con una UE que en pocos años dejó a la región agonizando con alta dependencia a su ‘socio y aliado’ EEUU. Una Europa que cumple con el mandamiento estadounidense de cortar lazos con el eje sino-ruso, aunque, esta gira de Xi viene a demostrar que no todo está perdido para la región europea.
Xi Jinping comenzó su gira visitando Francia, un país de Europa occidental que se encuentra en una profunda crisis interna, regional e internacional. Se reunió con Macron, un líder que continúa sus intentos por afirmarse como el líder de Europa mientras profundiza su retórica belicista respecto a la guerra en Ucrania; vuelve a poner en agenda la construcción de la autonomía estratégica europea; genera fuertes discusiones interimperiales dentro de la OTAN y dentro de Europa. Un Macron que se ve desplazado de las proyecciones y agendas globales por parte de quienes dicen ser sus socios y aliados; expulsado de las principales “zonas de influencia” o ex territorios coloniales, en plena crisis en otros; perdiendo fuerza geopolítica pero aferrándose a sus ambiciones.
El segundo país de la gira fue Serbia, uno de los países claves de los Balcanes, en la mira del bloque otanista debido a sus buenas relaciones con Rusia; a las decisiones políticas de no imponer sanciones a Rusia; a su decisión soberana de no doblegarse en el conflicto con Kosovo y defender a su ciudadanía frente a las represalias del enclave militar de la OTAN en suelo serbio; por no doblegarse a las imposiciones de las instituciones europeas disfrazados de requisitos democráticos para unirse al bloque; y que ha resistido a los diversos y variados intentos de desestabilización. Serbia, un país geoestratégico en las ambiciones otanistas pero también en el gran proyecto chino.
El tercer y último país de la gira de Xi fue Hungría, ubicado en Europa central con un líder que muy a menudo ocupa las tapas de noticias europeas donde se lo caracteriza como autoritario, antieuropeo y antiderechos; también cuestionado por sus relaciones con Rusia; se ha vuelto una piedra en el zapato en las decisiones claves de las instituciones europeas y de la OTAN. Hungría miembro de la UE y de la OTAN ocupa un lugar geoestratégico en el continente europeo como territorio de puente y conexión entre Eurasia y Europa occidental.
Xi Jinping visitó Francia para el 60º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Francia y China; visitó Serbia cumpliendose 25 años del bombardeo de la OTAN a la embajada china en Belgrado; y visitó Hungría para el 75° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. La decisión de Xi Jinping de visitar estos países europeos para estos aniversarios en el actual contexto internacional da cuenta de la importancia que el líder asiático le otorga a las relaciones estratégicas entre China-Europa, (no UE).
Visitó a un Macron defensor de la autonomía estratégica, a un Vucic y Orban como socios estratégicos para el avance del proyecto BRI chino en Europa.
Mientras que las élites que lideran la UE persiguen los intereses de Washington (léase cortar todo vínculo con Rusia y China), incluso cuando las decisiones van en contra de su propio pueblo, y que han definido a “China como un socio, un competidor y un rival sistémico” actuando bajo políticas contra China que van desde sanciones comerciales y económicas hasta fuertes declaraciones simbólicas contra el gigante asiático, Xi Jinping ha intentado con esta gira reforzar su vínculo con Europa de manera bilateral, saltándose a las instituciones de Bruselas, a pesar de que, en Francia, compartió reunión con von der Leyen.
Se reunió con un Macron, que días atrás ofrecía un nuevo discurso en La Sorbona volviendo a resaltar y reforzar aquellos puntos claves del discurso que había dado 7 años atrás en la misma Universidad donde se proponía la construcción y consolidación de la autonomía estratégica europea, discurso que lo puso a la cabeza del proyecto europeísta buscando liderar los profundos cambios que atravesaba la región, pero que también lo puso en el centro de los ataques de sus propios socios atlantistas. Hoy, Macron busca abrir su camino como líder europeo y posicionar a Francia como la potencia de toma de decisiones políticas de la región, aunque fuertemente combatido por las élites europeas, otanistas y por diversos países.
Durante la segunda visita de Xi en suelo francés, ambos países firmaron 18 acuerdos de cooperación entre departamentos gubernamentales, que cubren terrenos como aviación, agricultura, intercambios culturales y entre pueblos, desarrollo verde y cooperación entre pequeñas y medianas empresas (PYME); además promoverán la investigación y el desarrollo (I+D) conjuntos y la innovación en ámbitos como navegación espacial, aviación y energía nuclear civil, reforzarán la articulación de estrategias de desarrollo y expandirán la cooperación en campos emergentes como energía verde, fabricación inteligente, biomedicina, inteligencia artificial (IA o AI, por sus siglas en inglés) y mercados de terceros.
Ambos países acordaron profundizar la cooperación en áreas como cambio climático y biodiversidad, y reforzarán el diálogo en terrenos como la gobernanza global de la IA y la reforma del sistema financiero internacional.
También conversaron sobre la inteligencia artificial, la gobernanza global, biodiversidad, océanos, intercambio agrícolas, la guerra en Ucrania y la situación en Gaza.
“Aunque China y Francia pertenecen a las civilizaciones oriental y occidental, respectivamente, y tienen valores y sistemas sociales diferentes, ambos países otorgan importancia a los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones. Las dos partes pueden coexistir en armonía sin buscar la uniformidad y, a través del diálogo y la cooperación, pueden hacer nuevas contribuciones a la paz y el desarrollo mundiales, así como al progreso humano. China está dispuesta a trabajar con Francia y Europa para fortalecer los intercambios culturales y entre pueblos, profundizar incesantemente la cooperación económica y comercial, mejorar su percepción correcta mutua, y consolidar y llevar adelante adecuadamente las historias de amistad entre el pueblo chino y los pueblos de Francia y Europa”, dijo Xi durante el almuerzo con Macron en los Altos Pirineos.
“Dadas las incertidumbres en la actual situación internacional, es de vital importancia que Europa mantenga la autonomía estratégica, la solidaridad y la unidad. También es fundamental que Europa desarrolle buenas relaciones con China y refuerce su cooperación bilateral y multilateral. Tanto Francia como China son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, dijo Macron.
Por supuesto no faltó oportunidad para que Macron resalte la posición europea respecto a Ucrania enfatizando la exigencia de que es conveniente que Beijing no se meta en el conflicto a favor de Rusia. “Acogemos con satisfacción los compromisos de las autoridades chinas de abstenerse de vender cualquier tipo de armas o ayuda a Moscú y de controlar estrictamente la exportación de productos de doble uso”, expresó Macron.
Xi Jinping respondió de manera muy contundente, «nos oponemos a que se utilice esta crisis para hacer recaer la responsabilidad en un país tercero, ensuciar su imagen e intentar iniciar una nueva Guerra Fría», dijo el líder asiático.
El mandatario chino también resaltó que China “no se ha quedado de brazos cruzados” respecto a la guerra en Ucrania y que ha estado buscando activamente mecanismos para la paz en Ucrania. “China ha dejado clara su posición en múltiples ocasiones. China no provocó esta crisis, y tampoco es una parte involucrada en la misma”.
Incluso, el líder del gigante asiático dijo que “China llama a todas las partes para que reanuden el contacto y el diálogo para acumular gradualmente la confianza mutua; apoya la celebración a su debido tiempo de una conferencia internacional de paz que sea reconocida tanto por Rusia como por Ucrania y garantice una participación equitativa de todas las partes y discusiones justas sobre todos los planes de paz; y apoya la construcción de una arquitectura de seguridad europea equilibrada, efectiva y sostenible”.
También fue muy contundente respecto a la posición china sobre la situación en la Franja de Gaza. “Con respecto al conflicto palestino-israelí, Xi Jinping señaló que esta prolongada tragedia es una prueba para la conciencia humana, y que la comunidad internacional debe actuar. China pide a todas las partes que trabajen por un alto el fuego inmediato, integral y sostenible en Gaza, apoya la membresía de pleno derecho de Palestina en la ONU, y apoya la restauración de los derechos nacionales legítimos de Palestina y la reanudación de la solución de dos Estados, a fin de lograr una paz duradera en el Oriente Medio”, señalaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
El Ministerio chino también expresó que durante la reunión se enfatizó que “las relaciones francés-chinas cuentan con una base profunda y las dos partes, a través del respeto mutuo, una perspectiva de largo plazo y una cooperación fortalecida, desempeñarán un papel importante y positivo para abordar los desafíos globales y evitar el antagonismo y la confrontación entre bloques”.
Xi Jinping indicó que el mundo de hoy está lejos de ser tranquilo. China y Francia, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, deberían defender la solución pacífica de las cuestiones candentes y contribuir a la construcción de un mundo de paz duradera y seguridad universal.
Cuando Xi Jinping llegó a Serbia su recepción fue gratamente más cálida con un gran multitud de personas esperando al mandatario.
Después de 8 años, Xi Jinping volvió a suelo serbio, en el aniversario de los 25 años del bombardeo de la OTAN a la embajada China en Belgrado. El especialista, Gabriel Merino, explica que “Xi pone sobre la mesa no sólo ese ataque contra su país (que se oponía a dicha intervención de la OTAN) sino recuerda que la guerra en Ucrania NO ES la primera guerra en Europa post-1945. El bombardeo por parte de la OTAN de Belgrado, que mató a miles de civiles, marca el inicio de la expansión de la alianza atlántica hacia el Este, mostrándose como brazo militar del Occidente Geopolítico en expansión global”.
La carga simbólica de esta visita es enorme. No obstante, no fue el único objetivo ni resultado.
Ambos países declararon la construcción de una comunidad de destino compartido y acordaron formar una zona de libre comercio. Se firmó un acuerdo para la inversión de casi 2.000 millones de euros en centrales eólicas y solares, y en una planta de producción de hidrógeno. Según la viceprimera ministra y ministra de Finanzas serbia, Sinisa Mali, Beijing y Belgrado firmaron alrededor de 28 documentos bilaterales diferentes.
“Belgrado está muy satisfecho de que Pekín apoye la integridad territorial del país en lo que respecta a Kosovo. Por su parte, los dirigentes serbios han reafirmado constantemente su compromiso con la política de «una sola China», rechazando el separatismo de Taiwán. Esta fórmula ha sido durante mucho tiempo un factor que ha cimentado la «férrea» amistad y asociación serbio-china”, escribe el periodista balcánico Mijaíl Plisyuk.
“China se ha afianzado en los últimos años en el segundo puesto de las relaciones exteriores de Serbia, con inversiones del Imperio Celeste que ascienden a unos 6.000 millones de euros, lo que invariablemente despierta los celos de la UE. El volumen de facturación comercial, comparable al de la UE, también es impresionante”, afirma el periodista como dato clave.
“En un entorno de política exterior difícil, Serbia está comprometida con la independencia, defiende la integridad territorial y la soberanía, defiende su dignidad y se adhiere al derecho internacional incluso en estas dinámicas cambiantes. Esto sólo fortaleció la amistad tradicional entre los dos países”, afirmó Xi Jinping.
“Nuestra relación es un verdadero ejemplo de relaciones amistosas entre China y un país europeo. Serbia se convirtió en el primer socio estratégico de China en Europa Central y Oriental. Estamos dispuestos a trabajar con Serbia para seguir manteniendo el espíritu de nuestra amistad férrea”, dijo Xi Jinping al presidente serbio.
El hecho de que Xi visitara tanto a Serbia como a Hungría en la misma gira tampoco es casual. Belgrado y Budapest forman parte esencial de la conexión y el fortalecimiento de China con Europa. Ambos países son parte de la ‘Iniciativa de la Franja y la Ruta’ china.
El principal proyecto que encabezan estos tres países es la ruta ferroviaria de mercancías que conecta la región de Beijing-Tianjin-Hebei, en el norte de China, con Hungría y Serbia que comenzó a operar este 9 de mayo. Se trata del principal proyecto emblemático de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Europa Central y del Este.
“El ferrocarril, que partió desde el Puerto Terrestre Internacional de Shijiazhuang, en la provincia de Hebei, pasará por la zona portuaria de Alashankou, en la región autónoma uigur de Xinjiang, llegando a Budapest en 18 días. Después de una breve parada, algunos productos seguirán su camino rumbo a Belgrado. El novedoso servicio ferroviario, que funciona una vez a la semana, marca el inicio de las operaciones regulares de este flamante tren de carga China-Europa”, explican en CGTN.
Es el primer servicio de tren de carga China-Europa, y recorre 10.200 kilómetros en 20 días cargado con 110 unidades equivalentes a veinte pies (TEU, siglas en inglés) de mercancías valoradas en unos 20 millones de yuanes (unos 2,82 millones de dólares), incluyendo partes de automóviles y equipos mecánicos.
“Se espera que el nuevo servicio establezca una nueva ruta para los intercambios económicos y comerciales entre la región de Beijing-Tianjin-Hebei y Serbia y otros países que participan en la Franja y la Ruta de Europa Central y Oriental. Esto ayudará a facilitar más oportunidades de negocio y promover el desarrollo económico”, explica Gao Xiang, gerente de Hebei International Land Port Co., Ltd.
China y Hungría han desarrollado una estrecha y constante cooperación desde hace muchos años. De hecho, Hungría fue el primer país europeo en unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta china en el año 2015. En 2017, la relación China-Hungría pasó de ser una relación bilateral a una asociación estratégica integral.
Durante su llegada a Serbia, Xi Jinping dió “la bienvenida a los amigos húngaros para que tomen el tren expreso del desarrollo de China”.
En reunión con el presidente húngaro, Tamás Sulyok, el líder asiático, también subrayó que se promoverá un “acoplamiento más estrecho entre la modernización china y la estrategia húngara de “Apertura al Este”, aprovechar el potencial de la cooperación práctica y expandir continuamente los intercambios en diversos terrenos. China está lista para trabajar con Hungría para seguir guiando la cooperación en la construcción conjunta de la Franja y la Ruta y la cooperación entre China y los países de Europa Central y Oriental (PECO) en la dirección correcta, y promover la profundización y la consolidación de la cooperación”.
Se firmaron un total de 18 acuerdos bilaterales que permitirán las inversiones chinas en sectores estratégicos húngaros.
“Tamás Sulyok expresó su gratitud al presidente Xi Jinping por proponer la iniciativa de construir conjuntamente la Franja y la Ruta, y afirmó que Hungría se ha beneficiado mucho de la interconectividad de infraestructura y de otras formas de cooperación. La Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG), la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa para la Civilización Global (ICG) propuestas por el presidente Xi Jinping, que abogan por reforzar el diálogo y la cooperación internacionales, son de vital importancia para abordar los diversos desafíos a los que se enfrenta el mundo actual y para evitar la confrontación entre bloques”, relató el Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
De esta manera, Hungría se convierte en pieza clave para China para continuar fortaleciendo la Iniciativa de la Franja y la Ruta en la región europea, pero también para mediar en las relaciones China-UE, a pesar de que la mayoría de los parlamentarios y funcionarios de la UE consideren a Viktor Orbán y a Hungría una piedra en el zapato. Recordemos que Hungría se ha abstenido o se ha opuesto a las posiciones de la UE contra China.
En julio comienza la presidencia rotatoria húngara del Consejo de la UE. El ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, dijo que Hungría puede aprovechar la oportunidad para influir en la política de la UE hacia China.
De hecho, el mismo Xi Jinping dijo a Sulyok que «se espera que Hungría aproveche su presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) en la segunda mitad de este año como una oportunidad para impulsar el desarrollo estable y saludable de las relaciones entre China y la UE».
Mientras el bloque otanista busca frenar cualquier intento de avance del proyecto euroasiático hacia las costas europeas creando un telón en Europa oriental, Rusia se encuentra desterrada y sancionada, y China mantiene sus relaciones diplomáticas con líderes europeos en su más alto nivel. Las élites europeas se encargaron de expulsar a Rusia de suelo europeo, y más, incluso de generar odio hacia ese país, y sufren altas consecuencias traducidas en las múltiples crisis que atraviesa la región y el avance de nuevas derechas. No obstante, aún no han cedido del todo en romper sus vínculos con China, aunque se mantienen tensas constantemente.
Días después de la gira de Xi Jinping por Europa, el líder del gigante asiático recibió en su país al presidente ruso Vladimir Putin.
Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: PIA Global.
I don’t think the title of your article matches the content lol. Just kidding, mainly because I had some doubts after reading the article.