Según la autora, Alemania podría prescindir del Nord Stream 2, «pero entonces los ciudadanos pagarían más dinero por el gas», por ejemplo, por el costoso gas de fracturación hidráulica que extrae Estados Unidos.
Este tipo de extracción destruye áreas enteras de tierra. Además, EEUU ejerció presión sobre las empresas que participaron o querían participar en la construcción del Nord Stream 2: amenazaron o impusieron sanciones, también con el propósito de que se vendiera el gas estadounidense.
«Dado que las razones morales y económicas se entremezclan en el debate sobre el Nord Stream 2, la cuestión no es si el Nord Stream 2 debe completarse, sino si deben tenerse en cuenta los intereses de los distintos países», comenta Franziska Augstein.
En particular, el actual Gobierno de Polonia «se basa en el nacionalismo». El país busca independizarse del gas ruso. Desde el punto de vista de Polonia, es preferible comprar gas a Noruega y a Estados Unidos, a pesar de su mayor precio.
En cuanto a Ucrania, la columnista señala que «cualquiera que afirme que el Nord Stream 2 no debería construirse porque Ucrania estaría a merced de Rusia está equivocado».
«Si Nord Stream 2 entra en funcionamiento, Ucrania perderá las tasas de tránsito, pero esto puede compensarse a costa de la UE. Bajo la Unión Soviética, se construyeron gigantescas instalaciones de almacenamiento de gas en Ucrania, más grandes que ninguna otra en Europa. Estos depósitos son necesarios porque siempre hay momentos, como en verano, en los que se utiliza menos gas de lo habitual», observa Der Spiegel.
Según la autora, Alemania se encuentra en una posición especial. El 40% del gas ruso que llega a la UE se utiliza en Alemania. Alemania también obtiene entre un 20 y un 30% de su gas de Noruega. Pero si Polonia compra gas a Noruega, la cuota alemana se reduciría drásticamente.
El proyecto debería finalizarse también desde el punto de vista geopolítico.
«Si Occidente está de alguna manera interesado en que Rusia no se dirija completamente económicamente a China y que los derechos humanos se respeten allí, Nord Stream 2 debe completarse», asegura la periodista.
Según Augstein, cuanto menos se superpongan los intereses de Rusia y de la UE, menor será la influencia europea.
«Si se supone que el Nord Stream 2 no se termina, tendríamos que ver con una ruina industrial que ni siquiera sería apta para un museo porque todas las tuberías están tendidas bajo tierra», advierte.
Dado que Estados Unidos sigue formando la opinión pública y es el garante de la seguridad en el mundo occidental, la autora cita a Nikos Tsafos, analista del Centro de estudios estratégicos e internacionales de EEUU: «Existe la impresión —en Washington, en Berlín, en Bruselas— que las sanciones (contra Rusia) simplemente ocultan una falta de estrategia sobre cómo Estados Unidos debería tratar a Rusia».
Fuente: Sputnik News