Los militares de EEUU situados en el norte de la provincia de Alepo, cerca de la ciudad de Manbij, están siendo objeto de ataques regulares por parte de militantes del Ejército Sirio Libre y otros grupos opositores armados apoyados por Turquía, y ya han comenzado a devolver el fuego ocasionalmente, según informa la CNN, citando fuentes oficiales estadounidenses.
Se trata de las unidades de combate estadounidenses que llevan a cabo patrullajes a lo largo de las líneas de contacto entre los grupos rebeldes apoyados por Turquía y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) al norte de la ciudad de Mandij.
Según la cadena norteamericana, el último enfrentamiento de este tipo tuvo lugar la pasada semana.
Además de su ataque contra el cantón de Afrin, el gobierno turco afirmó que está dispuesto a lanzar una incursión contra la ciudad de Manbij.
El pasado 16 de enero, el jefe del Ejército turco, general Hulusi Akar, viajó a Bruselas y se reunió con el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU, general Joseph Dunford, al que pidió que no diera ningún paso para proteger a las milicias kurdas de las YPG ante la operación que los turcos iban a lanzar para “limpiar Afrin” de los kurdos. Sin embargo, recibió una advertencia por parte del general estadounidense para que no lleven acabo esa ofensiva.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, prefirió ignorar estas advertencias y afirmó en el Parlamento que la operación de Afrin era “inminente”. Para Erdogan las relaciones con EEUU han caído al punto más bajo.
Las fuerzas kurdas del YPG advertieron a los turcos y a los opositores armados sirios apoyados por Ankara que “si ellos se atreven a atacar, nosotros estamos dispuestos a enterrarlos uno a uno en Afrin”.
La Administración Trump no ha respondido a los ataques aéreos y de artillería turca, pero el puesto norteamericano en Manbij podría verse directamente afectado por la ofensiva turca, especialmente si esta se extiende a esta ciudad.
El 16 de enero se supo que EEUU había suministrado a grupos rebeldes que actúan en siria, misiles antiaéreos portátiles para defenderse de potenciales ataques aéreos turcos, un hecho que irritó a Erdogan y otros dirigentes turcos. Su paciencia, sin embargo, pareció agotarse del todo cuando EEUU anunció hace una semana la creación de una Fuerza de Seguridad Fronteriza, compuesta por miembros de las FDS. El presidente turco prometió poco después “ahogar” esta fuerza antes de que naciera.
Fuente: Al Manar