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Uruguay: Espionaje ilegal en el gobierno de Lacalle, un crimen «ferpecto»

Por Nicolás Centurión*. – En 1995 Jean Baudrillard publicó su ensayo “Crimen Perfecto.” En 2004 el director vasco Alex de la Iglesia estrenaba la película “Crimen Ferpecto” haciendo un guiño al ensayo del francés. Ambos se centran en cuestiones distintas al tema de hoy, pero hay algo que los une. En uno de los pasajes del ensayo podemos leer: “Esto es la historia de un crimen: del asesinato de la realidad.”

Sobre el personaje principal de la película: “En este nuevo mundo -que irónicamente considera ferpecto- cree pasar desapercibido y estar a salvo de la mirada del otro.” En esta tónica va el gobierno de Luis Lacalle, se considera ferpecto. Se considera impune.

“Perfecto”

El jueves 6 de junio salió el adelanto del libro del periodista Lucas Silva: “El caso Astesiano: una trama de espionaje y corrupción en la Torre Ejecutiva.” Un material periodístico que tiene 18 meses de investigación y deja al descubierto múltiples conexiones del exjefe de seguridad y custodio del presidente Luis Lacalle.

Apenas salió un adelanto del mismo, las repercusiones no se hicieron esperar y se destapó un nuevo caso de corrupción y opacidad en el gobierno derechista de la Coalición Multicolor. Esta vez se trata de espionaje ilegal al presidente de la central única de trabajadores PIT-CNT Marcelo Abdala.

El 4 de febrero de 2022, Abdala colisionó con dos autos estacionados y, al ser sometido a una espirometría, la prueba arrojó un resultado positivo de 1,53 gramos de alcohol en sangre. La Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgtrid) fue puesta en marcha con el objetivo de determinar si Abdala había visitado una boca de venta de sustancias ilícitas, bajo el pretexto de una “preocupación” del presidente Lacalle.

Astesiano, argumentando que el presidente estaba informado al detalle, revisó cámaras de videovigilancia y solicitó información a las autoridades policiales. Incluso coordinó reuniones en el anexo de la residencia presidencial de Suárez y Reyes con oficiales, en el marco de una «investigación sobre Abdala». El Presidente estaba al tanto de esta investigación. Astesiano le envió un estado de situación de lo actuado y el primer mandatario contestó con un “perfecto”.

Un año después del accidente, en febrero de 2023, la fiscal Gabriela Fossati citó a declarar a Abdala y a Nicolás Martínez, pero no encontró evidencias de delitos. Sin embargo, Sabrina Flores, sucesora de Fossati, avanzó en varias líneas de investigación que habían sido consideradas secundarias o cerradas por su predecesora. En abril, Alen y Sosa declararon sobre sus roles en la investigación iniciada por Astesiano.

El Presidente da la cara y sus mil rostros

Debo “bailar todo el tiempo con la música de quienes están filtrando información, información parcializada que debería estar reservada, nos tiene acalambradas las piernas”, criticó el mandatario en un tono de hastío.

“Siempre recibí información de Astesiano, de Inteligencia, del Ministerio del Interior y de otros organismos del Estado”, destacó el mandatario, con referencia a la información que le enviaba Astesiano sobre el procedimiento. “Cuando son asuntos importantes, son trascendentes o involucran personas trascendentes, recibo información”, reconoció.

Cabe recordar que el 26 de septiembre de 2022, por orden de la Fiscalía, detuvieron a Astesiano, jefe de la custodia del presidente Lacalle Pou, acusado por la falsificación de documentos para la expedición de pasaportes a ciudadanos rusos. ​ Astesiano presentaba, previo a ocupar el cargo, más de veinte indagatorias por diversos delitos, entre ellos hurto, estafa y apropiación indebida. También contaba con un antecedente penal por estafa por el cual fue procesado con prisión. Debido a su detención el presidente Lacalle Pou brindó esa misma tarde una conferencia de prensa en donde expresó estar «tan sorprendido» como la ciudadanía.

En una conferencia de prensa del 9 de febrero de 2023, Lacalle Pou fue consultado estrictamente sobre “los audios vinculados al seguimiento que habría hecho Astesiano de Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT”, a lo que el mandatario respondió: “¿Eso en qué me involucra a mí? ¿O cuál es la pregunta hacia el gobierno? Cuando en realidad hay una persona que está, primero, con prisión preventiva, y después, que está sometida a la Justicia. O sea, ¿cuál es el nexo con quien habla?”.

Dijo que “lo mejor que pueden hacer” quienes lo critican “es ir a la Justicia”. “Nunca he tenido problemas ni voy a tener con ir a la Justicia”, continuó el mandatario, y enfatizó: “Estoy dispuesto a ir mañana, si es que estas acusaciones alguien tiene ganas de sustanciarlas, a la Justicia, porque tengo la conciencia tranquila”.

Es difícil seguirle el apunte a Lacalle en esta cuestión. Utiliza la máxima del “que no tiene nada que ocultar, que no tema que lo interrogue la policía”. Esto es un símil, “si tienen algo contra mí, vayan a la justicia.” Pero resulta extraño, o al menos sospechoso, porque la misma fiscal que debía investigarlo, que cerró en tiempo récord una causa que hasta el día de hoy sigue dando que hablar, se jubiló y recaló en filas del Partido Nacional, el del presidente.

Lacalle había declarado: “Hay que ir hasta el hueso” en el Caso Astesiano y la fiscal Fossati debe “seguir hasta el final.” Unas declaraciones que cobran aún más sentido con el paso del tiempo.

No contento con haber respaldado pública y tácitamente al expresidente de su partido Pablo Iturralde por presiones a la justicia, y haber presionado él mismo a la justicia; Lacalle volvió a cuestionar al Poder Judicial en rueda de prensa. “Hablé [de] las distintas velocidades de las causas, es algo objetivo, y ahora le agrego algo más, que quizá me olvidé el otro día: las filtraciones de algunas causas. Ya todos más o menos conocemos los canales, somos todos grandecitos, hay otras causas que no se filtran”, comentó en referencia a la Fiscalía.

En su momento, Lacalle había dicho que no recibía información de Astesiano. A raíz del nuevo escándalo, él mismo declaró que sí la recibió, pero que no había utilizado esa información.  Este sería el tercer caso de espionaje ilegal en este período de gobierno. El primero fue a estudiantes de secundaria, luego a dos legisladores de la oposición y ahora la confirmación de este caso, contra el presidente de la central obrera de trabajadores.

Esta vez confirmó que sí recibió la información sobre Abdala, pero que «la diferencia es que esa información no se usa, ni se usó». «A raíz de un chat que ustedes (los periodistas) tienen, que yo no tengo, o por lo menos está en la causa policial, que dice (la palabra) ‘perfecto’, hoy he estado escuchando todo elucubraciones».

Algunos quieren embarrar la cancha, quizás porque no tienen otra cosa para decir», disparó contra los medios de comunicación y la oposición. «Están jugando a sacar (unas conversaciones) que quieren y otras no, es imposible, lamentablemente», volvió a insistir.

El poder

Más allá del desarrollo de este caso puntual y sus consecuencias, ya que el libro recién fue publicado y a medida que se vaya leyendo van a seguir más interrogantes, el Caso Astesiano es una forma monolítica de gobernar que ha tenido a Lacalle a la cabeza. Es cuasi una tradición en el Partido Nacional. El gobierno de su padre estuvo plagado de casos de corrupción, en este gobierno pasa lo mismo y las reacciones son iguales.

Lacalle Herrera defendió a políticos procesados por la justicia, siempre con el discurso de que hay que dejar que laude la justicia, pero después nos enteramos que la justicia está infiltrada, la policía está infiltrada, inteligencia también e incluso los asesores del Presidente: sea Astesiano en su versión más desfachatada o Roberto Lafluff -asesor de comunicación de la Presidencia- en su versión palaciega: este gobierno huele a podrido.

Astesiano o el “Fibra” como lo conocían sus allegados, parece ser que llegaba a muchos rincones del Estado, muchos pasillos, vericuetos ocultos, lugares prohibidos para alguien en su puesto, pero facilitado por otros que no vieron, no lo frenaron, fueron cómplices o lo que nos quieren hacer creer desde Torre Ejecutiva, hacía todo solo y nadie se daba cuenta.

Hace dos semanas, Astesiano, fue de citado por el fiscal de Delitos Económicos, Alejandro Machado, para declarar en calidad de testigo en el marco de la causa que investiga la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset cuando este se encontraba recluido en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) en 2021. Machado busca recabar más información sobre un audio de WhatsApp que Astesiano le envió sobre el tema al escribano, Álvaro Fernández García, recientemente condenado junto a su esposa por su participación en la trama de los pasaportes rusos.

Los chats entre Astesiano y el escribano se dieron el mismo día que se llevaba adelante la interpelación en el parlamento del excanciller, Francisco Bustillo, y el exministro del Interior, Luis Alberto Heber.

Roberto Lafluf, también asesor del presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol,  el paraguayo Alejandro Domínguez, fue señalado por la exvicecanciller Carolina Ache por haberle solicitado a ella y al subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, en una reunión privada que tuvo lugar en la Torre Ejecutiva el 25 de noviembre de 2022, que eliminaran de sus celulares las conversaciones que mantuvieron donde se habló del potencial riesgo de entregarle un pasaporte uruguayo a Marset. Ache señaló que Lafluf destruyó documentación del Ministerio de Relaciones Exteriores, prevista para ser presentada ante la Justicia por el caso del narco.

Las balas pican cada vez más cerca del Presidente y la estrategia es siempre la misma: negar hasta que la mentira sea insostenible. Decir que no sabe, que no estaba al tanto. Luego de que los hechos salen a la luz, reconocer parcialmente ciertos hechos, pero volver a tergiversar y salirse por la tangente, para luego rematar con un ya clásico: “ah, pero el Frente Amplio…”

Pase lo que pase, la estrategia es echarle la culpa a los gobiernos progresistas que lo precedieron. Una prédica que contradice al propio Lacalle el mismo día de su asunción como Presidente cuando dijo: “Si las cosas no salen, la responsabilidad será exclusivamente del presidente”

Un Presidente que se jacta de haberse preparado tanto para este cargo que no sepa lo que sucede a su alrededor, con asesores y cargos de su máxima confianza, amigos de toda su vida. Sólo deja tres opciones: o no estaba preparado, o vive en una torre de marfil o está al tanto de todo y le está tomando el pelo a todo el Uruguay.

Nicolás Centurión* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Este artículo ha sido publicado en el portal estrategia.la

Foto de portada: Internet

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