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Un nuevo mapa en el Mediterráneo: qué implica la demarcación entre el Líbano y Chipre

Por PIA Global*- Los presidentes de Líbano y Chipre firmaron un acuerdo para delimitar su zona económica exclusiva, en un contexto en el cual Chipre profundiza sus propios vínculos energéticos con Israel.

El Líbano y Chipre finalizaron el 26 de noviembre en Beirut un acuerdo de demarcación marítima largamente demorado, delineando formalmente su frontera marítima compartida después de años de demoras.

El presidente libanés, Joseph Aoun, recibió al presidente chipriota, Nikos Christodoulides, en el palacio presidencial para la firma y coincidió en que el paso crea espacio para una cooperación más profunda entre Beirut, Nicosia y la UE en general. El arreglo permitirá avanzar en acuerdos bilaterales para ordenar la actividad de las empresas dedicadas a la exploración y prospección energética, una vez finalizado el proceso técnico.

Para el jefe de Estado chipriota, la delimitación marítima abre oportunidades en sectores estratégicos y ofrece seguridad jurídica y económica a los inversores.

También sienta las bases para una coordinación regional en materia energética y sitúa al corredor del Mediterráneo oriental como una vía alternativa para el suministro de energía hacia Europa, agregó.

Los dos estados elaboraron por primera vez un mapa de sus zonas marítimas en 2007, pero el documento ha permanecido estancado en el parlamento libanés sin ratificación.

El gabinete de Beirut aprobó el texto sobre jurisdicción de 2007, pendiente desde hacía tiempo, el mes pasado, una decisión que el ministro de Energía libanés, Joseph Saddi, calificó de vital para aclarar las fronteras marítimas superpuestas del Líbano con Chipre, Israel y Siria. 

Poco después viajó a Nicosia para conversar sobre posibles exploraciones offshore y cooperación energética.

El gabinete otorgó simultáneamente un contrato de exploración y producción de cinco años para el Bloque 8 a un consorcio liderado por TotalEnergies, QatarEnergy y Eni, parte de un impulso más amplio para activar la zona económica exclusiva del Líbano. 

Los funcionarios chipriotas acogieron con satisfacción la aprobación de Beirut como un “acontecimiento muy positivo”, mientras que los grupos de resistencia libaneses criticaron la medida como una concesión que corre el riesgo de entregar aproximadamente 5.000 kilómetros cuadrados de aguas libanesas e ignorar negociaciones anteriores en las que Beirut argumentó que el texto de 2007 era desfavorable.

El impulso de Chipre para resolver sus demarcaciones fronterizas marítimas se produce mientras el país profundiza sus propios vínculos energéticos con Israel, convirtiéndose en el primer estado de la UE en asegurar un acuerdo para importaciones directas de gas desde Tel Aviv después de que la firma israelí Energean firmara un memorando de entendimiento (MoU) el 3 de noviembre con Cyfield Group de Chipre para suministrar gas a una instalación eléctrica planificada en Larnaca. 

Energean propuso construir un nuevo ducto submarino desde el yacimiento Karish de Israel hasta Chipre, un plan respaldado públicamente por el ministro de Energía israelí, Eli Cohen, y enmarcado como una forma de impulsar la posición regional de Tel Aviv y generar ingresos estatales. 

Karish es el campo asignado a Israel en su acuerdo marítimo de 2022 con el Líbano y es un activo de producción confirmado con un estimado de 2,4 billones de pies cúbicos de gas.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz,  reavivó recientemente la cuestión de la frontera marítima compartida con el Líbano, advirtiendo que Tel Aviv tiene la intención de “reconsiderar” el acuerdo fronterizo marítimo de 2022 con Beirut, describiéndolo como que contiene “muchas debilidades y graves problemas”.

El acuerdo se produce mientras Israel retrasa la ratificación de un acuerdo de exportación separado de 35.000 millones de dólares para suministrar gas Leviatán a Egipto, en lo que describió como el mayor acuerdo de exportación de Israel hasta la fecha.

En la actualidad, El Cairo depende de Tel Aviv para una parte importante de sus importaciones de gas, alrededor del 15 al 20 por ciento, pero la creciente demanda interna ha reducido drásticamente la capacidad exportadora de Egipto y ha aumentado las preocupaciones israelíes sobre una futura escasez de suministro interno durante los próximos 25 años.

Foto de portada: Presidente libanés, Joseph Aoun, y su homólogo chipriota, Níkos Christodoulídis. 

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