O Rusia gana la guerra en Ucrania, o lo harán Estados Unidos y sus aliados, porque ya ni siquiera existe la posibilidad de poner fin a esa guerra mediante algún tipo de acuerdo mutuo entre ambas partes: no será un acuerdo negociado. Para un bando será la victoria; para el otro, la derrota.
La última muestra de ello es la declaración del máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, en una entrevista el 10 de mayo: «Sé cómo poner fin a la guerra inmediatamente: Dejo de proporcionar ayuda militar a Ucrania y Ucrania tiene que rendirse en unos días. Ya está, se acabó la guerra. Pero, ¿cómo terminó la guerra? Con un país derrotado y ocupado. … El que empezó la agresión dice que hasta que no consiga sus objetivos militares, y no los ha conseguido, continuará».
Además, Borrell afirmó allí: «Los que dicen: ‘Quiero la paz y lo mejor para conseguirla es que los europeos dejen de ayudar a Ucrania’, … francamente, no sé en qué mundo viven». Así que, claramente, estaría aceptando el fracaso de la UE en su guerra contra Rusia si Putin «logra sus objetivos militares»; las exigencias de Rusia, insiste Borrell, son nada menos que la derrota de la UE. La derrota de Ucrania sería la derrota de la UE.
En consecuencia: SÓLO la derrota de Rusia es aceptable para la UE, ninguna negociación, ninguna concesión en absoluto que permita que Rusia NO sea derrotada allí. Y, «que los europeos dejen de ayudar a Ucrania» significaría que «Ucrania tiene que rendirse en unos días». Está diciendo, en otras palabras: Ucrania está luchando allí por la UE (que la está apuntalando), no por los ucranianos (aunque él piensa que también se beneficiarán de ello).
No habrá un final negociado para esta guerra, sino sólo la victoria de un bando y la derrota del otro, porque la UE seguirá apuntalándolo hasta que Ucrania derrote allí a Rusia. Y, para él, los dos bandos de esta guerra son la UE contra Rusia; es una guerra entre la UE y Rusia, que se libra en los campos de batalla de Ucrania. La OTAN y Estados Unidos se negaron a negociar NINGUNA de las demandas rusas de seguridad nacional que Rusia les presentó el 17 de diciembre de 2021; y Borrell dice ahora que la UE tampoco las negociará.
La OTAN dejó claro el 9 de mayo que no aceptará nada menos que la completa derrota de Rusia en Ucrania, y reiteró, una vez más, su desdeñoso rechazo a todas las demandas de seguridad nacional que Rusia les había presentado por escrito el 17 de diciembre de 2021. Y el Congreso de Estados Unidos está considerando ahora una Resolución para comprometer al Gobierno a invadir Rusia si alguna vez Rusia parece a punto de derrotar al Gobierno de Ucrania en Ucrania.
Es evidente, pues, que no queda ninguna posibilidad de poner fin a esta guerra de forma negociada.
Una vez que uno u otro bando la gane mediante el uso exclusivo de armas convencionales, ¿aceptará entonces el bando contrario haber sido derrotado allí; o lanzará en su lugar una invasión nuclear contra el bando contrario para evitar la humillación de haber sido derrotado por armas convencionales, en esta guerra en la que cada uno de los dos bandos ha dicho a toda su población que el bando contrario personifica el mal?
Aparte de eso -que descarta cualquier otra terminación de esta guerra que no sea militar al 100% y la rendición del bando perdedor al bando ganador-, ¿qué es lo que realmente está en juego?
Para Rusia, es la existencia continuada de la nación como nación soberana independiente dentro de su propia tierra. Es existencial. Para Estados Unidos, es la continuidad de la nación como primera superpotencia mundial, soberana sobre todo el planeta. Es el estatus. Ese es el hecho básico aquí: es la diferencia básica entre las dos partes.
*Eric Zuesse, historiador e investigador.
Artículo publicado originalmente en Oriental Review.
Foto de portada: El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, hace una declaración durante una sesión plenaria extraordinaria en la que se debate la «Agresión rusa contra Ucrania» en el Parlamento Europeo en Bruselas, Bélgica, el 1 de marzo de 2022.
