Actualmente todo el mundo sabe que la bandera de Ucrania es azul y amarilla. Es imposible no saberlo cuando el Empire State en Nueva York, la Puerta de Brandeburgo en Berlín y la Torre Eiffel en París se iluminaron con estos colores. Casi todas las ciudades y pueblos de Estados Unidos han visto como desde políticos hasta legisladores locales y miembros del congreso han gritado «Stand with Ukraine!» (¡Apoyamos a Ucrania!) en cada oportunidad que han tenido.
Sin embargo, debemos señalar que todos esos motivos azules y amarillos, así como las apelaciones a la solidaridad solamente demuestran la supremacía blanca. Ucrania es considerada como un bastión de la «civilización», lo que se supone que la exime de guerra y sufrimiento. Aquello que antes se callaba, ahora se está diciendo alto y claro. Se nos está enviando el mensaje de que los ucranianos tienen más derecho a que se preocupen por ellos por ser europeos.
Eso mismo dijo en una entrevista para la BBC el fiscal jefe adjunto de Ucrania. «Es muy duro para mí porque estoy viendo cómo personas europeas con los ojos azules y el pelo rubio están siendo asesinadas…» No fue el único en compartir esta opinión. Un periodista de la NBC fue cuestionado sobre las razones que podría tener Polonia para admitir a ucranianos mientras rechaza a otros refugiados. «Para ser claros, estos no son refugiados de Siria, estos son refugiados de nuestro país vecino, Ucrania. Sinceramente, esa es parte de la razón. Estas personas son cristianas, son blancas, son… muy parecidas a las personas que viven en Polonia».
La narrativa de que solamente las personas blancas merecen paz y seguridad es aún más lamentable teniendo en cuenta que la mayor parte del sur del planeta está sufriendo conflictos bélicos y se ve privado de recursos como resultado directo de acciones de EE.UU. y la OTAN. Fue la OTAN la que destruyó la nación Libia, la que intentó hacer lo mismo en Siria, la que ocupó Afganistán, la que desata guerras en África con tropas estadounidenses, francesas y británicas desplegadas a lo largo de todo el continente. Es el mundo blanco el que provoca sufrimiento y, después, proclama que las personas del hemisferio sur son “incivilizadas” y no tienen derecho a ser respetadas.
Un estudio del Instituto Watson, de la Universidad de Brown, mostró que más de 37 millones de personas del norte de África, oeste y centro de Asia, así como del Cuerno de África, han sido desplazadas forzosamente por Estados Unidos y sus aliados desde 2001. Los desastres humanitarios que comenzaron hace años siguen activos, los refugiados usan el Mediterráneo e incluso la frontera entre EE.UU. y México como puntos de huida. Tras sufrir guerras de agresión, estas naciones son castigadas, Estados Unidos roba los activos de Afganistán y mantiene a Siria sometida a las sanciones de la Ley César. Estos robos causan más sufrimiento e incluso muertes, ya que las naciones se ven desprovistas de la capacidad de cuidar a sus ciudadanos. ¿Quiénes son los civilizados y quiénes no?
Ucrania está en el punto de mira estadounidense con el fin de defender la política exterior imperialista que ha desembocado en el actual conflicto con Rusia. Si la nación de ojos azules está sufriendo es debido a la arrogancia y a las agresiones de Estados Unidos y la OTAN. La situación actual de Ucrania es el resultado directo del golpe de Estado de 2014 maquinado por EE.UU. y sus aliados europeos. El presidente electo fue expedido y comenzó una guerra civil que acabó con la vida de 14.000 personas. Ucrania es una colonia estadounidense con un gobierno compuesto por marionetas que se encuentran ahora bajo un ataque militar. Los ucranianos se convierten en refugiados una vez que huyen a países vecinos como Polonia, Rumanía o Eslovaquia, entre otros. Los creadores de estos problemas son lo que, supuestamente, son los más desarrollados, democráticos y, teóricamente, civilizados.
Una vez más, el racismo se hace palpable. No se les permitió a los migrantes y estudiantes africanos que se encontraban en Ucrania poder utilizar trenes y buses para dirigirse a lugares seguros. Un grupo de estudiantes jamaicanos fue obligado a caminar durante 20 km tras ser echados de un bus que se dirigía a Polonia. Las personas africanas y jamaicanas viven y estudian por todo el mundo porque Estados Unidos y Europa ponen trabas al desarrollo de sus naciones de muchas maneras. Sin embargo, los ucranianos y polacos no vieron a personas que necesitasen ayuda. Determinaron que aquellas personas que no eran rubias no merecían su ayuda.
Es irónico que sean las bases de la supremacía blanca de la política exterior de Estados Unidos y la OTAN las que han provocado el sufrimiento de Ucrania. La necesidad de dominar, de «contener» a Rusia y a su aliada China no está resultando como ellos habían esperado, pero que se fastidien los ucranianos. El Acuerdo Minsk II, aprobado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, representaba el camino para alcanzar la paz. Ucrania debería ser una nación neutral, pero eso es completamente lo opuesto a lo que sus señores y amos de Washington quieren. Las negociaciones de buena fe que podrían resolver la crisis son un fracaso debido a que la OTAN es un intermediario muy deshonesto.
Con un extraordinario esfuerzo, los medios corporativos se han unido al Estado para crear propaganda bélica. Apuntan de manera deliberada a la fibra sensible y exigen solidaridad con Ucrania porque la verdad es muy desagradable. En vez de apoyar a Ucrania, los estadounidenses deberían apoyar a toda la humanidad. Si lo hicieran, lograrían comprender mejor por qué hay guerras en Europa y en cualquier otra parte.