El G20 se estableció después de la crisis financiera asiática de 1999 como una agrupación informal de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales. Surgió del G7, que se formó en 1975 para hacer frente a otra compleja crisis financiera y económica mundial.
Desde 2008, el G20 se reúne a nivel de jefes de Estado y de gobierno. Su agenda se ha ampliado más allá de las finanzas y la economía para incluir, entre otras cuestiones, el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres y la salud.
El G20 está actualmente formado por 19 estados miembros (incluida Sudáfrica) más la UE. Estos miembros representan colectivamente alrededor del 85% de la producción económica mundial, más del 75% del comercio mundial y alrededor de dos tercios de la población mundial. Los 55 estados miembros de la UA, por otro lado, aportan sólo alrededor del 3% de la producción económica mundial, pero tienen una población de 1.400 millones.
Basado en mi investigación sobre la UA y mi experiencia como asesor de la Comisión de la Unión Africana (la secretaría de la UA) durante 18 años, mi opinión es que la membresía del G20 es un complemento importante a las asociaciones estratégicas multilaterales y bilaterales existentes de la unión.
La UA espera utilizar su membresía en el G20 para dar a los estados miembros una mayor voz en cuestiones globales clave y hacer una contribución más fuerte a la renegociación en curso del orden global. Pero un desafío importante será encontrar una manera estructurada de llegar a posiciones africanas comunes y hablar en nombre de los estados miembros.
Asociación estratégica
La UA ha desarrollado sus relaciones exteriores principalmente a través de asociaciones estratégicas multilaterales y bilaterales.
A nivel multilateral, las asociaciones estratégicas con las Naciones Unidas y la UE son de importancia clave (la Liga de Estados Árabes desempeña un papel menor). Bilateralmente, China, India, Japón, Corea del Sur y Turquía se consideran actualmente socios estratégicos clave. Y el año pasado, la Comisión de la Unión Africana participó en la cumbre de líderes entre Estados Unidos y África.
No existe un proceso rutinario mediante el cual los estados sean categorizados como socios estratégicos. Y hasta la fecha, la UA ha luchado por desarrollar una política coherente para gestionar estas asociaciones. Sin embargo, ser miembro de pleno derecho del G20 ahora abre la posibilidad de llevar a la mesa global posiciones africanas colectivas sobre cuestiones estratégicas.
Las preocupaciones continentales que puede plantear incluyen el alivio de la deuda, la integración comercial, la financiación de la gestión del cambio climático y la gestión de la salud pública.
La Unión Africana y el orden global
Sin embargo, en los principales foros mundiales de formulación de políticas, los estados miembros de la UA no hablan con una sola voz. Esto es válido para la Asamblea General de la ONU (como lo demuestra la votación africana sobre la guerra de Rusia contra Ucrania). Y a menudo también para los llamados A3: los tres miembros africanos no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Gabón, Ghana y Mozambique).
Sin embargo, en un número limitado de campos políticos, la UA ha logrado llegar a lo que llama “posiciones comunes”. Estos han sido creados y legitimados de diferentes maneras y tienen un efecto legal vinculante en su mayor parte difuso para los Estados miembros.
La más destacada de estas posiciones comunes es el consenso de Ezulwini de 2005 sobre la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para aumentar la representación africana en el consejo y proporcionar al continente dos asientos permanentes con derecho de veto. Pero también hay posiciones comunes sobre otras cuestiones globales importantes. Estos incluyen la minería, la agenda de desarrollo post-2015 y la recuperación de activos provenientes de flujos financieros ilícitos.
La Comisión de la Unión Africana necesita una definición clara de qué son las “posiciones comunes” y cómo los Estados miembros pueden lograrlas políticamente y domesticarlas legalmente.
Para desarrollar posiciones más comunes, los 55 estados miembros de la UA tendrían que delegar más soberanía estatal a la unión. Hay algunas lecciones de la experiencia de la UE. La UE ha desarrollado más de 300 posiciones comunes. Estos han sido adoptados por el Consejo de la UE y aprobados por el Parlamento de la UE. En estos casos, los estados miembros de la unión han cedido soberanía real a la Comisión de la UE.
Será interesante ver cómo la UA preparará las posiciones africanas para presentarlas al G20. Probablemente serán elaborados por los comités técnicos ministeriales especializados del organismo continental. En el ámbito del G20, espero que el comité de finanzas, asuntos monetarios, planificación económica e integración desempeñe un papel importante. Probablemente esto se hará en cooperación con el comité técnico de desarrollo económico, turismo, comercio, industria y minería.
Sin embargo, es necesario definir la forma legal en que los Estados miembros pueden expresar su acuerdo o desacuerdo con posiciones comunes.
Qué sigue
La membresía en el G20 representa una gran oportunidad. Pero se deben fortalecer los intentos de África de hablar con una sola voz. Y se deben crear procesos de coordinación a nivel de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, entre otros. Esto garantizará que la UA haga uso de su membresía en una plataforma global de negociación y toma de decisiones.
*Ulf Engel, Profesor, Instituto de Estudios Africanos, Universidad de Leipzig.
Artículo publicado originalmente en The Conversation
Foto de portada: Preparativos en el centro internacional de medios en vísperas de la cumbre del G20 de dos días de duración en Nueva Delhi, el 8 de septiembre. Fotografía: Ludovic Marin/AFP/Getty Images