El pasado jueves Trump dio un discurso en Ohio donde dijo que EEUU está ganando la guerra contra el Daesh (denominado por las potencias occidentales como ISIS o Estado Islámico) y cuando la victoria se concrete, las tropas estadounidenses abandonarán Siria. “Tenemos que volver a nuestro país donde pertenecemos, donde queremos estar” sostuvo Trump.
En principio hay que decir que esta definición contradice la postura del Secretario de Defensa, de sus asesores de seguridad así como del flamante Secretario de Estado Mike Pompeo (ex CIA) quienes dijeron que las tropas norteamericanas deberían quedarse en ese país. En junio pasado el ex Secretario de Estado Rex Tillerson en su discurso de California indicó que los EEUU «mantendrán presencia militar en Siria con el objetivo de lograr que ISIS no vuelva a emerger”. Pocas semanas atrás Tillerson fue despedido por Trump. Por su parte Mike Pompeo, en el programa de TV “Face the Nation” dos semanas atrás (CBS) sostuvo que la misión de los EEUU en Siria debía ir más allá del problema del Daesh, vale decir, lo que ellos ven como influencia de Irán en la región. En julio, John Bolton, ex embajador de EEUU para las Naciones Unidas durante la administración de George W. Bush argumentó que “la colación liderada por los EEUU necesita desbaratar las ambiciones de Irán a la vez que ISIS es derrotado” remarcando que EEUU “ha cargado con esta responsabilidad demasiado tiempo”.
Dos elementos a tener en cuenta para una evaluación parcial.
Por un lado, tal como publicara el Foreign Affairs recientemente, Trump es la continuidad de la política exterior imperial norteamericana, pero con dos variantes. Da continuidad a las líneas que venía sosteniendo Obama y sus antecesores introduciendo cambios en algunos casos y en otros agregando mayor intensidad. Por ejemplo, el bombardeo a Siria, con los 59 misiles lanzados en abril de 2017 sobre bases militares o el aumento de presencia militar en Afganistán o las amenazas contra Irán y la fractura del acuerdo G5+1. En ese mismo think tank definen a Trump como alguien que rompe los tabúes que se impusieron a otros presidentes, donde el reconocimiento de Jerusalem como capital del Estado de Israel destaca por sobre todo o más recientemente la posibilidad de diálogo abierto y directo con la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte).
Por otro lado es necesario tener en cuenta el informe del Departamento de Defensa (febrero 2018) titulado “Justification for FY 2019 Overseas Contingency Operations COUNTER-ISLAMIC STATE OF IRAQ AND SYRIA (ISIS) TRAIN AND EQUIP FUND” (Justificación para el año fiscal 2019. Operaciones de Contingencia de Ultramar. Fondo para Contrarrestar Estado Islámico de Iraq y Siria, entrenamiento y equipamiento).
El documento puede consultarse en: http://comptroller.defense.gov/Portals/45/Documents/defbudget/fy2019/fy2019_CTEF_JBook_Final.pdf
Allí se solicitaron 1400 millones de dólares en total, que incluyen 850 millones para entrenamiento y equipo de fuerzas iraquíes, 300 millones para actividades en Siria y 250 para fuerzas de seguridad de fronteras que operan fuera de Iraq y Siria. Es decir, es un pedido de presupuesto para el Departamento de Defensa, encargado de llevar adelante la estrategia en la región.
“Un aspecto fundamental de la estrategia del Departamento de Defensa para derrotar al ISIS es entrenar, equipar, sostener y habilitar elementos de la Oposición Siria”, puede leerse en el documento oficial. El Pentágono había informado oficialmente que existen 2.000 efectivos de EEUU en ese país, entre tropas especiales, asesores y soldados, que trabajan “muy de cerca con las milicias kurdas y árabes contra el ISIS” publicó el reconocido sitio Político.
Puede leerse en el informe mencionado que respecto de Siria “Hacia el final del año fiscal 2018, estas fuerzas se proyectan en aproximadamente 60.000 a 65.000, 30.000 de las cuales seguirán conduciendo misiones de combate contra el ISIS en el MERV (acrónimo en inglés de Valle Medio del Río Eufrates, vale decir, el área hoy controlada por los kurdos donde han surgido intentos separatistas) y 35.000 operarán como Fuerzas de Seguridad Interna en las zonas liberadas”.
Según este documento oficial integrantes de esas fuerzas recibirían salarios mensuales de entre 200 y 400 dólares por parte de los comandantes norteamericanos, incluidos 10.000 integrantes del PKK, bajo lo que denominan “mantenimiento operacional”.
“El mantenimiento operacional es esencial para la supervivencia de nuestros aliados combatiendo al ISIS en Siria. Los comandantes de los EEUU proveerán los estipendios a los grupos de la Oposición Siria que efectivamente estén combatiendo al ISIS. Actualmente se está pagando estipendios a 10.000 socios. Los pagos de estipendios individuales van de 200 a 400 dólares por mes” indica el informe del Departamento de Defensa.
Los documentos estadounidenses revelan que el PKK / PYD (denominados anteriormente por los militares estadounidenses como «nuestras fuerzas terrestres») son financiados por el ejército de los EEUU y dicha paga está supeditada a la «eficacia operacional».
El documento indica que los requerimientos para Siria implican “sostener una Fuerza de Seguridad Interna de 35.000 efectivos junto a otras 30.000 tropas de combate de fuerzas aliadas para liberar, asegurar y defender territorios antes controlados por ISIS”, las denominadas zonas liberadas, territorios que se encuentran ante todo en el norte de Siria donde operan principalmente los combatientes kurdos del PKK / PYD y que intentan conformar cantones separatistas con el apoyo explícito de EEUU
Luego de una primera evaluación de estos elementos contundentes puede notarse todavía la persistencia de la histórica aunque decadente política de conformación de un Nuevo o un Gran Medio Oriente con reformulación de fronteras donde se incluiría la creación del Kurdistán, arrancando porciones de terreno a Turquía, Siria, Iraq e Irán.
Queda esperar cómo será la continuidad del respaldo de EEUU a quienes cumplen funciones de actores proxy y cuál será el financiamiento del Departamento de Estado, clave para la continuidad de la “eficacia operacional” de los aliados locales de los EEUU, que aunque tengamos que esperar a futuro nuevos emergentes en la siempre innovadora y siempre decidida estrategia imperial, será fundamental para que esta estrategia pueda o no persistir.