Innumerables informaciones, análisis, estadísticas, mapas, proyecciones y opiniones han alimentado a la construcción de la opinión pública en estos últimos meses respecto a la ‘situación en Ucrania’ y la seguridad europea. Justamente depende de quién lo aborde se nombra como “el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania”, el “enfrentamiento entre Rusia y la OTAN”, “el enfrentamiento entre Rusia y Occidente”, “la invasión de Rusia a Ucrania”. “la amenaza rusa” y un largo etc…
Esta invasión y bombardeo informático no es casual ni inocente, las discusiones mezcladas que han guiado el discurso y análisis de manera caótica respecto a los acontecimientos actuales que atraviesan las relaciones Occidente-Rusia, Ucrania-Donbass, situación de seguridad nuclear mundial, seguridad europea, Rusia-UE, fueron intencionalmente intrincadas.
Si bien la utilización del enfrentamiento Ucrania-Donbass (que ya cuenta con sus respectivos espacios avalados y acompañados por países europeos para su solución: los Acuerdos de Minsk y el Cuarteto de Normandía) hoy es el territorio de turno desde donde profundizar las tensiones y los discursos mediáticos para construir la idea de garantía de seguridad-inseguridad regional, el eje EEUU-OTAN han estado profundizando (sino creando) tensiones en todos los países y mares a lo largo de la frontera con Rusia.. lo vimos en el Mar Negro, en el Mar Báltico, en los países Bálticos, Ucrania, Polonia-Bielorrusia, Cáucaso: Georgia, Azerbaiyán-Armenia, Kazajistán, Nord Stream II, el Ártico. Cada situación tendrá sus particularidades, sin embargo vemos que el objetivo último es avanzar militarmente en todas estas zonas utilizando la retórica de defensa y rescate frente a la gran amenaza rusa.
Se construyó la idea del enemigo: Rusia, y junto a ella, China. No sólo quedó en evidencia en cada titular de los medios occidentales y en los ejercicios militares que se practicaron durante el 2021 desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, sino también en las reuniones del G7, en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en Riga, o en la autodenominada Cumbre de la Democracia marcando la retórica y división entre países supuestamente democráticos, y países supuestamente autoritarios.
El auge de este bombardeo informático (aunque aún queda mucho por recorrer en los próximos meses) fue la declaración del corresponsal de seguridad nacional de la PBS, Nick Schifrin, replicado por todos los medios occidentales, en donde asegura que “Estados Unidos cree que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha decidido invadir Ucrania y ha comunicado esa decisión al ejército ruso, según me dicen tres funcionarios occidentales y de defensa”.
Continúa en el hilo de Twitter, “Estados Unidos espera que la invasión comience la próxima semana, me dicen seis funcionarios estadounidenses y occidentales, como dijo el secretario de Estado Antony @SecBlinken anoche”.
Y finaliza el hilo, “Los funcionarios estadounidenses anticipan una campaña horrible y sangrienta que comienza con dos días de bombardeo aéreo y guerra electrónica, seguida de una invasión, con el posible objetivo de un cambio de régimen”.
Por su parte, los representantes de Rusia no sólo negaron y denunciaron esa información, sino que incluso se dieron el lujo de ironizar sobre la idea de la invasión.
Sobre la guerra de la información o guerra informativa
En primer lugar, explicaré que aquí, “analizamos la guerra como dispositivo de expansión imperialista cuyo fin es alcanzar sus objetivos económicos y financieros capaces de sostener el propio sistema. (…) El propio desarrollo del guerrerismo permitió la construcción de doctrinas a partir del aprendizaje frente a las resistencias, que parieron nuevas formas de guerras no menos cruentas ni menos efectivas. Las guerras no han sido momentos excepcionales en la historia de la humanidad sino algo que la atraviesa con toda su complejidad. (Manual Breve de Geopolítica, Esteche, Dagorret, 2021, pp. 75, 76)
La utilización de la guerra de la información o guerra informativa constituye apenas una parte, una herramienta, que compone una estrategia más amplia en las formas de guerrerismo imperial.
La OTAN posee una “comunidad donde expertos e innovadores de todas partes colaboran para abordar los desafíos de la OTAN y diseñar soluciones. Es el motor de la Red de Innovación de la OTAN, que federa entidades nacionales que aprovechan la innovación abierta y el desarrollo ágil”. Esta comunidad se llama Innovation Hub y se encarga de investigar sobre la cognición humana. “La mejor manera de hacer que las personas se comporten de la manera que desea, sin coerción, es moldear cómo entienden su entorno y luego tomar decisiones. ¡La mejor manera es moldear su cognición!”
Esta comunidad elaboró un informe llamado Cognition Workshop Innovative Solutions to Improve Cognition (2021) en donde definen detalladamente la guerra de cognición, incluyendo el concepto de guerra de la información.
“La guerra cognitiva es un enfoque de armas combinadas que integra las capacidades bélicas no cinéticas de la ingeniería cibernética, informativa, psicológica y social con el fin de ganar sin combatir físicamente. Es un nuevo tipo de guerra que se define como el armamento de la opinión pública por parte de entidades externas”.
En este caso, reiteramos, la guerra de la información constituye apenas una parte, una herramienta. “La guerra de la información consiste en manipular la información que se transmite cada vez más por medios informáticos y digitales (cibermedios)”, Innovation Hub.
Y realizan una distinción notable:
“La guerra informativa intenta controlar lo que la población objetivo ve, la guerra psicológica controla lo que la población objetivo siente, la guerra cibernética intenta perturbar las capacidades tecnológicas de las naciones objetivo, mientras que la guerra cognitiva se centra en controlar cómo piensa y reacciona la población objetivo”.
En el caso de la temática de este artículo, la guerra de la información no sólo tiene como objetivo la manipulación de la información para dirigir la mirada y el debate hacia ciertas temáticas como la “invasión rusa a Ucrania”, silenciando otras como los ataques deliberados de Ucrania hacia las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk violando los Acuerdos de Minsk, el cese al fuego, y los derechos humanos.
También tiene la intención de mantener el status quo occidental en Europa y el mundo, aquello que ellos mismos han admitido estar perdiendo frente el avance de un nuevo orden mundial multipolar.
“y nosotros, los occidentales, EE.UU. y la UE, hemos dominado el mundo porque hemos sido los que hemos fijado las normas, hemos sido los maestros de cómo funcionaba la tecnología, desde las acerías hasta los trenes, pasando por los ferrocarriles y todo lo relacionado con la guerra, hemos sido los que hemos fijado las normas. Si dejamos de ser los que fijan las normas no gobernaremos el siglo XXI y me temo que en algunos campos estamos perdiendo la capacidad de fijar normas…” Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, durante la entrevista (minuto 29) “An opportunity for global change – #UNitedFor a People-Powered Recovery Session 1” para FEPS_Foundation.
Sin dejar de mencionar que un gran objetivo buscado a partir de la guerra de la información liderada por EEUU, Reino Unido y la OTAN ha sido la preparación de la opinión pública local en Ucrania e internacional para justificar la injerencia militar en la región. Ya que no sólo se ha enviado material y personal militar a Ucrania, sino también a Polonia, Rumania y países bálticos.
Por último, también podemos identificar como objetivo la necesidad de EEUU y la OTAN de reforzar las alianzas en Europa ya que en el último año han perdido su confianza y credibilidad en la región. Se han fortalecido los discursos europeístas a partir del acuerdo AUKUS; la retirada de Afganistán por decisión unilateral de EEUU; el aumento de tensiones en el Este europeo con Ucrania, la frontera entre Polonia y Bielorrusia o Lituania y Bielorrusia, los ejercicios militares en el Mar Negro, la crisis de desplazados; la suspención de las certificaciones del gasoducto Nord Stream II; las tensiones en el Mar Mediterráneo incluyendo la situación entre Chipre, Grecia y Turquía; la necesidad de tener presencia en Los Balcanes y en Asia Pacífico; la crisis institucional al interior de la UE; la crisis energética y su creciente vulnerabilidad…
No obstante, en este último punto la guerra de la información no estaría dando los frutos deseados en la Unión Europea, se puede ver en las visitas de Macron y Scholz a Moscú para reunirse personalmente con Putin; la negativa de Alemania respecto a incluir al Nord Stream II como parte de las sanciones contra Rusia; o el pedido de varios miembros de la Comunidad para ser cautelosos respecto a la imposición apresuradas de sanciones contra Rusia. Pero aún queda mucho por recorrer sobre la posición que adopte la Unión Europea en los próximos meses.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa elaboró un informe publicado el 11 febrero, en donde se detallan los “ejemplos de la campaña de desinformación a gran escala por parte de los medios occidentales, exagerando la afirmación de que Rusia planea invadir Ucrania”.
Según el Ministerio ruso, estos ejemplos “demuestran que Moscú es el objetivo de un ataque informativo coordinado destinado a socavar y desacreditar las razonables exigencias de Rusia en materia de garantías de seguridad y a justificar las aspiraciones geopolíticas de Occidente y la militarización del territorio ucraniano”.
En los ejemplos nombran a los medios de comunicación de EEUU, Alemania, Reino Unido, Suiza, Canadá, Francia, Bélgica, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Montenegro, Portugal, ‘la República de Macedonia del Norte y la Provincia Autónoma de Kosovo’, Noruega, Dinamarca, Islandia, Países Bajos, Luxemburgo, Finlandia, Italia, España, Eslovenia, Bulgaria, Grecia, Croacia, Suecia, Australia y Japón.
“Consideramos que se trata de una colusión entre los gobiernos y los medios de comunicación occidentales destinada a avivar las tensiones en torno a Ucrania mediante una campaña masiva y coordinada de noticias falsas diseñada para servir a sus intereses geopolíticos, en particular, para desviar la atención de sus propias acciones agresivas”, concluye el informe.
Para finalizar, vemos como Rusia ha intentado contrarrestar y anular cada punto de agresión dirigida desde Occidente. Ha demostrado en diversas formas ser una gran potencia con capacidad diplomática (cada reunión en Moscú, llamadas telefónicas o visitas de Putin y Lavrov por todo el mundo incluyendo a líderes de Asia, América Latina y Europa); militar (por ejemplo el despliegue de tropas en su territorio, los ejercicios militares con Bielorrusia, como también el redespliegue y retiro de tropas como estaba acordado); nuclear; informática y; económica (por ejemplo las alianzas económicas en Asia que neutralizan las amenazas de sanciones occidentales).
Los próximos meses se estarán desarrollando algunos hechos importantes en Europa que serán decisivos frente a estos desafíos, en marzo se llevará a cabo la adopción de la Brújula Estratégica; en abril se celebrarán las elecciones de primera y segunda vuelta a la presidencia francesa; y en junio se estará trazando el nuevo concepto estratégico de la OTAN en la Cumbre de la Alianza en Madrid.
*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: extraída del portal Cuba Debate (2015).