Marles pronunció un discurso de apertura en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, donde llegó el lunes para su primera visita a Estados Unidos desde que asumió el cargo.
“Por primera vez en décadas estamos pensando mucho en la seguridad de nuestra geografía estratégica, la viabilidad de nuestras rutas comerciales y de abastecimiento, y sobre todo la preservación de un orden regional inclusivo basado en reglas acordadas por todos, no en las capacidades coercitivas de unos cuantos”, dijo.
El nuevo gobierno laborista de Australia se ha comprometido a garantizar la financiación de este camino, dijo Marles. El Ministerio de Defensa encargó una revisión de la postura de la fuerza para su entrega a principios de 2023 que determinará la mejor manera de estructurar los activos y el personal de defensa y cooperar con los EE. UU.
“Quiero subrayar, ante todo, que Australia hará su parte. Este gobierno está resuelto a que Australia asuma una mayor responsabilidad por su propia seguridad”, prometió.
No especificó a quiénes veía Australia como sus posibles adversarios, pero el discurso hizo varias referencias apenas veladas a China. Beijing firmó un pacto militar con las Islas Salomón en abril, a menos de 1.200 millas de la costa este de Australia.
El ministro dijo que Australia invertiría en aumentar el alcance y la letalidad de sus fuerzas armadas para “mantener en riesgo a las fuerzas adversarias potenciales y la infraestructura más lejos de Australia”, incluso mediante el desarrollo de armas de ataque de mayor alcance, capacidades cibernéticas y sistemas de negación de área.
Foto de portada: Reabastecimiento aire-aire entre F-2 y KC-30A, Twitter
