A principios de esta semana, cuando un juez del tribunal federal de distrito suspendió la aplicación de la nueva ley de Texas que prohíbe casi todos los abortos, un puñado de clínicas abortistas del estado volvieron a abrir sus puertas a las pacientes que llevaban más de seis semanas de embarazo. Pero ahora, sólo dos días después, vuelve la estricta prohibición de la mayoría de los abortos en Texas.
El viernes por la noche, un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de EE.UU. levantó temporalmente la medida cautelar sobre la nueva ley, permitiéndole volver a entrar en vigor mientras continúa la impugnación legal de la ley por parte del gobierno de Biden.
La ley de Texas prohíbe prácticamente todos los abortos en el estado, ya que faculta a cualquier particular a demandar a quien practique un aborto después de las seis semanas -antes de que muchas personas sepan que están embarazadas-, así como a quien «ayude e instigue» a una persona a abortar. Si el demandante gana, puede recibir una indemnización de hasta 10.000 dólares. No hay excepciones en caso de violación o incesto. Los expertos temen que la batalla judicial sobre la ley amenace directamente el derecho constitucional al aborto.
El Departamento de Justicia demandó a Texas el mes pasado, argumentando que la ley estaba en «abierto desafío a la Constitución» y solicitando una orden de restricción temporal que suspendiera la aplicación mientras se desarrolla la batalla judicial. El miércoles, un juez de primera instancia accedió a esa petición, escribiendo en una opinión contundente que «se ha impedido ilegalmente a las mujeres ejercer el control sobre sus propias vidas de una forma que está protegida por la Constitución». El estado de Texas apeló al Quinto Circuito, cuyos jueces han puesto ahora una «suspensión administrativa» a la decisión del tribunal inferior mientras consideran la apelación y deciden si mantienen la orden de restricción temporal.
Según el New York Times, los expertos jurídicos creen que la decisión del viernes por la noche «envía una fuerte señal» de que los jueces del Quinto Circuito -considerado uno de los tribunales federales de apelación más conservadores del país- decidirán finalmente levantar la orden judicial. Los abogados del gobierno de Biden tienen hasta el martes para responder a la apelación de Texas.
Aunque cada vez son más los llamamientos para que el Tribunal Supremo resuelva la situación, no hay garantía de que éste decida conocer el caso. En lugar de ello, los jueces pueden optar por dejar que la eventual decisión del Quinto Circuito se mantenga. En diciembre, el Tribunal tiene previsto escuchar los argumentos en Dobbs vs. Jackson Women’s Health Org, un caso de Mississippi que pide al tribunal que anule el caso Roe vs. Wade.
*Madison Pauly es periodista de Mother Jones, dende fue publicado este artículo originalmente. Traducido y editado por PIA Global.