Sin embargo, ellas no se aplican al gas licuado. Muchos países europeos todavía lo compran, algunos pagan en rublos y reciben el combustible por tuberías.
A su propia discreción
Es de destacar que Argentina comenzó la lucha contra el GNL ruso en el contexto de una cumbre con la UE y de los llamados de la UE a no unirse a los BRICS. Algunos expertos creen que la decisión se tomó bajo la presión de Occidente, mientras que otros creen que el gobierno del país quiere sacar el máximo provecho de la situación.
«Tal vez, en el caso de Argentina, hay algunos problemas internos con los documentos, o el destinatario trató de presionar al propietario de la carga. La ausencia de restricciones oficiales sobre el GNL bajo fuerte presión externa crea una zona legal gris. Por lo tanto, desde diferentes interpretaciones, se puede pescar en aguas turbulentas», dice Grivach.
Según Jazánov, los políticos simplemente intentan sentarse en dos sillas. «Ninguna sanción los amenaza. Parece que se está produciendo algún tipo de intercambio», cree.
Washington está interesado en expulsar el gas ruso en todo el mundo. Existe la posibilidad de que EE. UU. haya ofrecido asistencia financiera para eliminar el GNL ruso. La economía de Argentina se ha visto muy afectada por una anómala sequía con daños estimados en 20.000 millones de dólares. Combinado con un déficit comercial récord, esto podría ser un argumento sólido.
Cuando hace falta gas
A pesar del deseo de Occidente de lograr la independencia del gas, no se han dictado sanciones al GNL nacional ruso. Mucha gente lo usa. Por ejemplo, a principios de año, las exportaciones a España aumentaron un 151 por ciento. En junio, Rusia se convirtió en el mayor proveedor de gas de este país con una participación del 26,8 por ciento, superando a Argelia (21 por ciento) y Estados Unidos (18,5 por ciento).
El combustible ruso también es comprado por Francia, los Países Bajos y Bélgica. La propuesta de los funcionarios europeos de imponerle una prohibición no cuenta con el apoyo unánime. Además, en 2022, la UE importó un 50 % más de metano líquido que el año anterior y se cancelaron por completo algunas iniciativas de embargo voluntario. Así, la finlandesa Gasum, tras una pausa de varios meses, retomó las compras al complejo báltico Cryogas-Vysotsk. La empresa explicó que está adquiriendo un volumen mínimo, pero no se va a retirar de un contrato a largo plazo con Gazprom Export.
Quizás la decisión se tomó después de que el tribunal de arbitraje de Estocolmo ordenara pagar la deuda al exportador ruso por un monto de 300 millones de euros. El hecho es que, según el contrato, el pago debe realizarse en cualquier caso: «tomar o pagar». Y la instrucción de Vladimir Putin de cambiar a liquidaciones en rublos fue reconocida por el arbitraje como una circunstancia de fuerza mayor, lo que confirma la legalidad de la interrupción de los suministros en caso de no recepción de fondos.
El experto industrial independiente Leonid Jazánov atribuye el bajo volumen de compras al modesto consumo de GNL de Finlandia de apenas 1.300 millones de metros cúbicos por año. Rusia representó un tercio de todas las entregas.
«En promedio, la participación del GNL doméstico en Europa es del 15 al 20 por ciento. Alrededor del 70 por ciento de las exportaciones de los complejos bálticos (Yamal LNG, Port LNG y Cryogas-Vysotsk) se dirigieron en esta dirección», dice Alexei Grivach, subdirector del Fondo Nacional de Seguridad Energética. Las entregas trimestrales rondan los cuatro o cinco millones de toneladas.
La operación y el caño
El interés en los recursos rusos se debe a la disponibilidad. A pesar de la dificultad de evaluar las tarifas, donde todo depende del tipo de transacción (spot o largo plazo), los expertos admiten que el costo del GNL ruso es más bajo que el estadounidense, lo que significa que es más resistente a las fluctuaciones de precios. Además, Estados Unidos transfiere los riesgos a los compradores. “Todos pagan la misma tarifa por la licuefacción, independientemente del volumen y del costo del gas”, recuerda Grivach.
El decreto de Putin sobre los pagos en rublos se refería sólo a los suministros de gasoductos, en el caso del GNL, los socios pueden usar otras monedas. Pero hay quienes acordaron cambiar al dinero ruso. Alfred Stern, jefe de la OMV de Austria, dijo que la empresa seguirá trabajando con Gazprom mientras esté lista para suministrar combustible. También advirtió: no impongan sanciones contra los recursos energéticos rusos, esto conducirá a graves consecuencias. En abril, se informó que Moscú estaba cumpliendo plenamente con sus obligaciones contractuales.
«Austria no tiene alternativa debido a las peculiaridades del sistema energético y la ubicación geográfica: el país no tiene acceso al mar, le queda recibir gas natural por gasoductos o, en el peor de los casos, en forma licuada por carretera y ferrocarril. Pero esto es muy caro y los suministros de GNL desde las terminales recorren distancias cortas», señala Jazánov.
Aleksey Grivach nombra a Eslovaquia, Hungría y Grecia entre otros compradores de gasoducto. Tras el inicio de la OME (Operación Militar Especial), la mayoría de las empresas se negaron a recibir el suministro. La Agencia Internacional de Energía estima que el embargo al combustible ruso le ha costado a Europa 270.000 millones de dólares. Además, no se logró el reemplazo completo. De los 80 mil millones de metros cúbicos de volúmenes que cayeron en 2022, cincuenta fueron reemplazados por GNL, los treinta restantes fueron reemplazados por una reducción en el consumo de energía.
Nadiezhda Sarápina* Periodista de RIA Nóvosti
Este artículo fue publicado originalmente por RIA Nóvosti/ Traducción y adaptación Hernando Kleimans
Foto de portada: Ingreso de buque ruso con GNL / Agencia Na