El Presidente ruso Vladimir Putin, Comandante Supremo en Jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia, asiste al desfile militar con motivo del 78º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria de 1941-1945.
Acompañaron al Jefe de Estado ruso en el podio el Primer Ministro armenio, Nikol Pashinyan, el Presidente de Belarús, Alexander Lukashenko, el Presidente de Kazajstán, Kassym-Zhomart Tokayev, el Presidente de Kirguistán, Sadyr Zhaparov, el Presidente de Tayikistán, Emomali Rakhmon, el Presidente de Turkmenistán, Serdar Berdymukhamedov, y el Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev. Antes del inicio del desfile, Vladimir Putin dio la bienvenida en la Sala de la Armería del Kremlin a los dirigentes de los Estados extranjeros llegados a Moscú para participar en las celebraciones.
El desfile comenzó con el despliegue de la bandera rusa y el Estandarte de la Victoria en la Plaza Roja. El desfile fue comandado por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Terrestres, General de Ejército Oleg Salyukov, y recibido por el Ministro de Defensa, General de Ejército Sergey Shoigu.
Como parte de la columna a pie, 30 grupos de desfile desfilaron por la Plaza Roja: más de ocho mil efectivos, incluidos 530 soldados de la operación militar especial.
El convoy mecanizado estaba encabezado por el legendario T-34-85 “tanque de la Victoria”. Por la acera de la plaza principal desfilaron vehículos blindados Tigre-M, BTR-82A, BMP Boomerang, sistemas de misiles tácticos y operativos Iskander-M, lanzadores de sistemas de misiles tierra-aire S-400 Triumf y sistemas móviles de misiles terrestres Yars. Por primera vez participaron en el desfile los últimos vehículos blindados Spartak y 3-StS Akhmat.
El acompañamiento musical corrió a cargo de una orquesta militar combinada.
Discurso del Presidente de Rusia
¡Queridos ciudadanos de Rusia!
¡Queridos veteranos!
¡Camaradas soldados y marineros, sargentos y contramaestres, guardiamarinas y suboficiales!
¡Camaradas oficiales, generales y almirantes!
Soldados y comandantes – ¡participantes de la operación militar especial!
¡Os felicito por el Día de la Victoria!
Felices fiestas – en honor de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, que hicieron famosos e inmortales sus nombres defendiendo la Patria. A costa de un valor inconmensurable y un enorme sacrificio, salvaron a la humanidad del nazismo.
Hoy la civilización se encuentra de nuevo en un punto de inflexión crucial. Se ha vuelto a librar una auténtica guerra contra nuestra patria, pero hemos contraatacado al terrorismo internacional, también protegeremos a la población de Donbass y garantizaremos nuestra seguridad.
Para nosotros, para Rusia, no hay naciones hostiles e inamistosas ni en Occidente ni en Oriente. Como la inmensa mayoría de los habitantes del planeta, queremos un futuro pacífico, libre y estable.
Creemos que cualquier ideología de superioridad es intrínsecamente repugnante, criminal y mortal. Sin embargo, las élites globalistas occidentales siguen hablando de su exclusividad, enfrentando a los pueblos y dividiendo las sociedades, provocando conflictos sangrientos y golpes de Estado, sembrando el odio, la rusofobia, el nacionalismo agresivo, destruyendo la familia y los valores tradicionales que hacen humanas a las personas. Y todo para seguir dictando, imponiendo a los pueblos su voluntad, sus derechos, sus reglas y, de hecho, un sistema de robo, violencia y represión.
Parecen haber olvidado a qué condujo la insensata pretensión de los nazis de dominar el mundo. Han olvidado quiénes derrotaron a este mal monstruoso y total, quiénes se alzaron en defensa de su patria y no escatimaron sus vidas por la liberación de los pueblos de Europa.
Vemos cómo en varios países se destruyen despiadada y fríamente monumentos conmemorativos a los soldados soviéticos, se derriban monumentos a los grandes comandantes, se crea un auténtico culto a los nazis y sus colaboradores y se borra y falsifica la memoria de los auténticos héroes. Tal profanación de la gesta y de las víctimas de la generación victoriosa es también un crimen, un revanchismo descarado de quienes cínica y abiertamente prepararon una nueva campaña contra Rusia, que reunieron para ello a escoria neonazi de todo el mundo.
Su objetivo -y aquí no hay nada nuevo- es lograr la desintegración y la destrucción de nuestro país, invertir el resultado de la Segunda Guerra Mundial, romper definitivamente el sistema de seguridad mundial y el derecho internacional, estrangular cualquier centro soberano de desarrollo.
La ambición desmedida, la arrogancia y la permisividad conducen inevitablemente a la tragedia. Esta es precisamente la razón de la catástrofe que vive actualmente el pueblo ucraniano. Se ha convertido en rehén del golpe de Estado y del régimen criminal de sus amos occidentales, en moneda de cambio para la ejecución de sus crueles e interesados planes.
Para nosotros, en Rusia, la memoria de los defensores de la Patria es sagrada, la guardamos en el corazón. Rendimos homenaje a los participantes en la Resistencia que lucharon valientemente contra el nazismo y a los soldados de los ejércitos aliados de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países. Recordamos y honramos la hazaña de los guerreros chinos en la batalla contra el militarismo japonés.
Estoy convencido de que la experiencia de solidaridad y asociación en los años de lucha contra la amenaza común es nuestro legado inestimable. Es un pilar sólido en un momento en que cobra impulso el movimiento irreversible hacia un mundo multipolar más justo, basado en los principios de confianza y seguridad indivisible, y en la igualdad de oportunidades para el desarrollo original y libre de todos los países y pueblos.
Es muy importante que los dirigentes de la Comunidad de Estados Independientes se hayan reunido hoy aquí, en Moscú. Lo veo como una actitud de gratitud a la hazaña de armas de nuestros antepasados: lucharon juntos y vencieron juntos – todos los pueblos de la URSS contribuyeron a la victoria común.
Siempre lo recordaremos. Inclinamos nuestras cabezas en memoria de todos aquellos a quienes la guerra arrebató la vida, en memoria de hijos, hijas, padres, madres, abuelos, maridos, esposas, hermanos, hermanas, parientes y amigos.
Se declara un minuto de silencio.
(Minuto de silencio)
¡Distinguidos ciudadanos de Rusia!
Las batallas decisivas para el destino de nuestra Patria siempre han sido nacionales, patrias y sagradas. Somos fieles a los preceptos de nuestros antepasados y comprendemos profunda y claramente lo que significa estar a la altura de sus logros militares, laborales y morales.
Estamos orgullosos de los participantes en la operación militar especial, de todos aquellos que luchan en primera línea, que proporcionan el frente bajo el fuego, que rescatan a los heridos. No hay mayor causa que vuestro trabajo en combate. De vosotros depende la seguridad de nuestro país, el futuro de nuestro Estado y de nuestro pueblo. Cumplís con honor vuestro deber militar, lucháis por Rusia. Vuestras familias, hijos y amigos os apoyan. Os están esperando. Estoy seguro de que sentís su amor sin límites.
Todo el país se ha unido para apoyar a nuestros héroes. Todo el mundo está dispuesto a ayudar, rezando por vosotros.
¡Camaradas! ¡Amigos! ¡Queridos veteranos!
Hoy todas nuestras familias honran a los participantes de la Gran Guerra Patria, recuerdan a sus seres queridos, a sus héroes, depositan flores en los monumentos de guerra.
Estamos con vosotros en la Plaza Roja, en una tierra que recuerda a los justicieros de Yuri Dolgoruky y Dmitry Donskoy, a los milicianos de Minin y Pozharsky, a los soldados de Pedro el Grande y Kutuzov, y a los desfiles de 1941 y 1945.
En la actualidad, los participantes en la operación militar especial son cuadros de las fuerzas armadas y aquellos que se incorporaron a las filas de las Fuerzas Armadas durante la movilización parcial, así como soldados de los cuerpos de Luhansk y Donetsk, muchas unidades de combate voluntarias, empleados del Servicio de la Guardia Federal, el Ministerio del Interior, el FSB, el Ministerio de Emergencias y otros servicios y organismos especiales.
Saludos, amigos! Saludos a todos los que luchan por Rusia en el campo de batalla, que están ahora en el campo de batalla.
Durante la Gran Guerra Patria, nuestros heroicos antepasados demostraron que no hay nada más fuerte, poderoso y fiable que nuestra unidad. No hay nada en el mundo más fuerte que nuestro amor por nuestra patria.
¡Por Rusia! ¡Por nuestras valerosas Fuerzas Armadas! ¡Por la victoria!
¡Viva!
Fuente: kremlin.ru.
Foto de portada: Kremlin.ru.
