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Rusia consolida su presencia en el Indo-Pacífico

*Por PIA Global – Las relaciones entre la Federación de Rusia y Sri Lanka atraviesan su momento más alto en la historia contemporánea.

La reciente realización de los primeros ejercicios militares conjuntos “Wolverine Path 2025”, celebrados entre el 25 de octubre y el 4 de noviembre en territorio esrilanqués, marca un hito no solo en la cooperación bilateral, sino también en la proyección estratégica de Moscú hacia el espacio del Indo-Pacífico, una región clave donde se redefine el equilibrio global de poder.

Los entrenamientos se desarrollaron en el Centro de Instrucción de las Fuerzas Terrestres de Sri Lanka, bajo la dirección del mayor general Andréi Kozlov por el lado ruso, y del mayor general K.J.N.M.P.K. Nawarathna por parte del país anfitrión.

La participación de militares del Distrito Militar Oriental de Rusia evidencia que Moscú está extendiendo la cooperación con los países del sur de Asia, consolidando vínculos que van mucho más allá de lo simbólico.

Un nuevo eje de cooperación militar y estratégica

El Ministerio de Defensa de Sri Lanka explicó que los ejercicios tuvieron como propósito fortalecer la cooperación en materia de defensa y desarrollar capacidades conjuntas de lucha antiterrorista, un campo de creciente importancia para la seguridad del océano Índico.

Las maniobras incluyeron entrenamientos de campo, tácticas de combate en entornos selváticos y operaciones coordinadas para neutralizar amenazas irregulares, reflejando un enfoque moderno y realista de seguridad regional.

Pero más allá del plano técnico, “Wolverine Path 2025” encarna un mensaje político inequívoco: Sri Lanka, tradicionalmente más cercana a los países del bloque occidental, consolida una apertura hacia Eurasia y reconoce el papel de Rusia como socio confiable, respetuoso de la soberanía nacional y alejado de las imposiciones externas.

Rusia se posiciona en el Indo-Pacífico

La relevancia de estos ejercicios se enmarca en un contexto geopolítico más amplio. El Indo-Pacífico se ha convertido en el centro de competencia entre las potencias globales. Estados Unidos, Japón, India y Australia —agrupados en el “Quad”— buscan contener la influencia de China y, en menor medida, de Rusia.

Sin embargo, Moscú avanza silenciosamente, tejiendo alianzas pragmáticas con países clave de la región que valoran su política de no injerencia y cooperación técnica equilibrada.

Sri Lanka, situada estratégicamente en el corazón del océano Índico, es un punto de tránsito marítimo vital entre Asia y África. Su acercamiento a Rusia amplía la proyección euroasiática hacia los mares del sur y complementa el trabajo diplomático que Moscú ha venido fortaleciendo con India, Myanmar, Vietnam, Indonesia y Malasia, donde los vínculos energéticos, tecnológicos y de defensa se expanden de manera constante.

Una relación histórica en su punto más alto

Las relaciones ruso-esrilanquesas tienen raíces profundas que datan de la época soviética, cuando la URSS apoyó el desarrollo industrial y educativo del país insular. Sin embargo, en los últimos años, estas relaciones han adquirido un carácter más estratégico.

Moscú se ha convertido en proveedor clave de combustible, trigo y equipamiento técnico, ayudando a Colombo en momentos de crisis económica, y ahora se consolida también como socio militar de confianza.

El gobierno esrilanqués, por su parte, ha expresado reiteradamente su gratitud por el apoyo ruso frente a las presiones occidentales y reconoce el papel constructivo de Moscú en la estabilidad regional.

Moscú en la ruta del Índico

Los ejercicios “Wolverine Path 2025” no solo fortalecen la interoperabilidad militar entre ambos países, sino que envían una señal clara a Washington y a Londres: el espacio del Indo-Pacífico no es monopolio de ninguna potencia. Rusia, a través de su diplomacia pragmática y de su creciente relación con China, reafirma su derecho legítimo a participar activamente en la configuración de la arquitectura de seguridad regional.

En este sentido, el acercamiento con Sri Lanka debe entenderse como parte de una estrategia más amplia del Kremlin: profundizar su presencia económica y militar en los márgenes del Indo-Pacífico, articulando un bloque de cooperación multipolar que equilibre las dinámicas impuestas por Occidente.

Con “Wolverine Path 2025”, Rusia da un paso más en su proceso de reinserción activa en Asia meridional. Su presencia en Sri Lanka no es un hecho aislado, sino una manifestación concreta del nuevo orden multipolar que se está gestando.

En ese contexto, Colombo y Moscú consolidan una asociación histórica basada en la confianza, el respeto mutuo y la defensa compartida de la soberanía nacional, valores cada vez más escasos en la política internacional contemporánea.

Rusia, que ya es un actor central en Eurasia, asienta ahora su influencia en el océano Índico, abriendo un nuevo capítulo en su política exterior y confirmando que su voz —junto a la de China— será decisiva en el rediseño del Indo-Pacífico del siglo XXI.

*Foto de la portada: Ministerio defensa Sri Lanka

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