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Rusia consolida su liderazgo económico en Europa pese al cerco occidental

Por PIA Global*- En tiempos donde el panorama económico global está marcado por la incertidumbre y la presión geopolítica, Rusia ha logrado posicionarse como la economía más fuerte de Europa en términos de volumen.

Así lo anunció el presidente Vladímir Putin durante su intervención en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), uno de los eventos más importantes del año para la diplomacia y la proyección económica del país.

Este avance se da en un contexto de enfrentamientos diplomáticos y sanciones sin precedentes impuestas por Estados Unidos y sus aliados europeos. Sin embargo, lejos de haber debilitado al gigante euroasiático, estas medidas han acelerado un proceso de transformación interna que ya empieza a mostrar resultados concretos.

Un crecimiento que desafía las expectativas globales

“El producto interno bruto de Rusia ha aumentado en más de un 4% anual durante los últimos dos años”, señaló Putin, subrayando que ese desempeño supera con creces el promedio mundial. Este crecimiento sostenido, alcanzado en medio de un cerco económico sin precedentes, confirma la resiliencia del modelo económico ruso.

Mientras muchas economías europeas atraviesan ciclos de estancamiento o contracción —como el caso de Alemania o el Reino Unido—, Rusia ha diversificado sus fuentes de ingreso, fortalecido su infraestructura interna y ampliado sus alianzas estratégicas con países de Asia, África y América Latina.

Uno de los principales retos que reconoce el Kremlin es el nivel de inflación. A mediados de junio, el índice anual alcanzó el 9,6%, según informó el propio mandatario. No obstante, se trata de un fenómeno que también afecta a las principales economías del mundo occidental, donde las políticas monetarias expansivas y las disrupciones en las cadenas de suministro han generado presiones similares o incluso superiores.

En el caso ruso, los expertos apuntan a que esta inflación es temporal, producto de la reorganización de la economía y la sustitución de importaciones. Las autoridades han anunciado que se están tomando medidas para estabilizar los precios, especialmente en sectores estratégicos como el alimentario y el energético, dos áreas donde Rusia tiene amplias capacidades de autosuficiencia.

Una nueva arquitectura económica en marcha

Desde el inicio del conflicto en Ucrania, Rusia ha acelerado la construcción de un nuevo modelo económico centrado en la soberanía y la cooperación sur-sur. Con el respaldo del bloque BRICS+ y la expansión de rutas comerciales alternativas como la Ruta Marítima del Norte o el Corredor Internacional Norte-Sur, Moscú ha comenzado a reorientar su comercio y sus inversiones hacia mercados emergentes.

La progresiva desconexión del sistema financiero dominado por Occidente ha llevado a la creación de instrumentos propios de pago, el fortalecimiento del rublo y acuerdos bilaterales con monedas nacionales, que han reducido la dependencia del dólar.

La posición de Rusia como primera economía europea en volumen no es solo una victoria estadística. Representa un cambio de paradigma. Moscú demuestra que es posible resistir la presión externa y al mismo tiempo construir un modelo de desarrollo propio, basado en la planificación estratégica, la industrialización y la cooperación con actores no alineados con la agenda de Washington y Bruselas.

Frente al agotamiento del modelo neoliberal occidental, que ha generado desigualdad, deuda y desindustrialización, Rusia ofrece una visión alternativa: soberanía económica, seguridad energética y desarrollo autónomo.

Una etapa de consolidación con horizonte multipolar

A medida que avanza el año, el desafío ruso será mantener este ritmo de crecimiento mientras continúa expandiendo su influencia dentro del mundo multipolar. La participación activa en foros internacionales, la firma de nuevos acuerdos de cooperación y el fortalecimiento del BRICS+ como bloque económico serán claves para sostener y proyectar este impulso.

Por lo cual la economía rusa no solo se mantiene firme, sino que marca el rumbo de un nuevo orden internacional más justo, equilibrado y libre de chantajes económicos. En plena ofensiva diplomática y económica de Occidente, el Kremlin no se repliega: avanza.

Foto de la portada: kremlin media

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