Este encuentro, que congregó a importantes figuras diplomáticas de la región, representa mucho más que una simple reunión periódica; simboliza la continua evolución de las relaciones entre Rusia y las naciones de Asia Central en un contexto geopolítico cada vez más complejo y multipolar.
Renovación de vínculos en un mundo cambiante
La reunión de Almaty se produce en un momento particularmente significativo para la CEI, con Tayikistán asumiendo la presidencia desde el 1 de enero de 2025. Este liderazgo tayiko, apoyado por la copresidencia de Rusia y Turkmenistán, marca un nuevo capítulo en la historia de esta organización post-soviética que continúa buscando su relevancia tres décadas después de su creación.
El histórico y destacable presidente tayiko Emomali Rahmon aprobó a finales de 2024 un ambicioso plan de acción que contempla 113 eventos durante su presidencia, reflejando la importancia que Dushanbe otorga a este papel.
Esta presidencia tayika no es meramente simbólica, sino que representa la creciente confianza de las repúblicas centroasiáticas para asumir roles de liderazgo en estructuras regionales donde históricamente Rusia ha dominado.
A la reunión asistieron representantes de alto nivel, incluidos el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, junto con viceministros y altos funcionarios de Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán. La composición de los asistentes refleja un claro énfasis en mantener los canales diplomáticos abiertos en tiempos de tensión internacional.
Reformas legales con impacto directo
Uno de los logros más concretos de la reunión fue la aprobación de proyectos de protocolos que modifican convenios existentes sobre asistencia jurídica en asuntos civiles, familiares y penales.
Estas enmiendas, particularmente las relacionadas con los convenios de 1993 y 2002, están diseñadas para mejorar los mecanismos de estableciendo de un marco legal más sólido para proteger la dinámica regional principalmente a lo que refiere a factores humanos.
Este enfoque en cuestiones prácticas que afectan directamente a los ciudadanos representa una evolución importante en las prioridades de la CEI. La organización, a menudo criticada por su ineficacia en asuntos cotidianos, parece estar reorientándose hacia iniciativas con impacto tangible en la vida de las personas comunes, no solo en diálogos políticos de alto nivel.
El establecimiento de bases legales para el intercambio de información entre autoridades judiciales de distintos países miembros constituye un paso significativo hacia una mayor integración práctica, especialmente en un espacio post-soviético donde las migraciones laborales y los vínculos familiares transfronterizos son comunes.

Seguridad fronteriza: La preocupación persistente
El Programa de Cooperación para el Fortalecimiento de la Seguridad Fronteriza en las Fronteras Exteriores para 2026-2030 destaca como uno de los temas centrales abordados en la reunión.
Este proyecto, que será elevado al Consejo de Jefes de Estado de la CEI en octubre de 2025, revela las continuas preocupaciones de seguridad que unen a estos países, particularmente en un contexto regional donde los desafíos relacionados con el terrorismo, el extremismo y el tráfico ilícito siguen siendo prominentes.
La cuestión fronteriza adquiere especial relevancia para estados como Tayikistán y Turkmenistán, que comparten límites con Afganistán, país que continúa representando un foco de inestabilidad regional.
La presencia de grupos como el Estado Islámico en la provincia de Jorasán y otros movimientos extremistas en el norte afgano constituye una amenaza latente que ninguno de estos países puede ignorar y más aún la proyección de los servicios de inteligencia extranjeros que pueden usarlos para socavar la estabilidad regional.
Para Rusia, este programa representa una oportunidad para mantener su influencia en materia de seguridad en Asia Central, región que Moscú considera de sumo interés y zona de amortiguación frente a potenciales amenazas provenientes desde occidente.
La diplomacia como herramienta de cohesión
Un aspecto destacado en las discusiones fue la evaluación de los resultados del Plan de consultas multinivel entre los ministerios de Relaciones Exteriores y el Programa de Acción para intensificar la asociación entre ellos. Este mecanismo de consultas, que se remonta a 1995, constituye uno de los instrumentos más efectivos de coordinación política dentro de la CEI.
El Comité Ejecutivo de la organización subrayó la importancia de estas consultas como espacio para el intercambio de información y puntos de vista sobre temas de actualidad, así como para la coordinación de posiciones en foros internacionales. Los participantes destacaron “nuevos cambios positivos” en el desarrollo de la cooperación multifacética entre los ministerios, señalando “resultados importantes” en esta área.
Este énfasis en la coordinación diplomática refleja un reconocimiento pragmático: incluso cuando los intereses nacionales divergen en ciertas áreas, mantener canales de comunicación fluidos beneficia a todos los miembros.
Para Rusia, estas consultas representan una plataforma donde puede ejercer su soft power, mientras que para las repúblicas centroasiáticas constituyen un foro donde pueden elevar sus preocupaciones sin la presión que implicaría un formato bilateral con Moscú.
Adaptación a realidades contemporáneas
La reunión también aprobó el establecimiento de dos nuevas organizaciones de base: una dedicada a actividades educativas y científicas en el campo de la seguridad de la información de las fuerzas armadas (involucrando a prestigiosas instituciones militares rusas) y otra enfocada en la nutrición de estudiantes.
Asimismo, los ministros examinaron el proyecto de reglamento del Foro de Voluntarios de la Comunidad de Estados Independientes, un instrumento que busca fomentar la participación ciudadana en iniciativas sociales transfronterizas. Este tipo de estructuras representa un intento de la CEI por modernizarse y conectar con las nuevas generaciones, para quienes la era soviética es ya historia lejana.
La diversificación institucional de la CEI refleja una adaptación necesaria frente a un mundo que ha cambiado dramáticamente desde su fundación en 1991. Ya no es simplemente un mecanismo para gestionar el “divorcio” post-soviético, sino que intenta reinventarse como una organización regional con propósitos constructivos específicos.

Pragmatismo Ruso en Asia Central
La presencia del ministro Lavrov en Almaty subraya la importancia que Moscú continúa otorgando a sus relaciones con Asia Central, especialmente en un contexto donde Rusia se encuentra cada vez más aislada en el escenario internacional occidental.
Desde el comienzo de su Operación Militar Especial en Ucrania en 2022, el Kremlin ha intensificado sus esfuerzos por fortalecer lazos con regiones donde su influencia tradicional permanece relativamente intacta.
Asia Central representa para Rusia un espacio donde puede proyectar poder sin las complicaciones que enfrenta en Europa Oriental. Los vínculos históricos, culturales, lingüísticos y económicos proporcionan a Moscú una ventaja comparativa que ninguna otra potencia externa puede igualar fácilmente en esta región.
Para las repúblicas centroasiáticas, la relación con Rusia sigue siendo fundamental pero no exclusiva. Estos países han desarrollado una sofisticada política exterior multivectorial que les permite equilibrar influencias externas y maximizar beneficios. Kazajistán, Uzbekistán y otros estados de la región han demostrado un creciente asertividad en la defensa de sus intereses nacionales lo que se vio representado en una mayor presencia occidental en estos países.
Las nuevas dinámicas regionales
Un aspecto revelador de la reunión fue el formato en que se abordaron “cuestiones internacionales apremiantes”. El debate se realizó “en un formato limitado”, lo que sugiere discusiones sensibles que probablemente incluyeron evaluaciones francas sobre el orden mundial emergente y el posicionamiento de la CEI en un sistema internacional cada vez más multipolar.
Las repúblicas centroasiáticas han observado con atención cómo la confrontación de Occidente contra Rusia ha alterado el panorama geopolítico global. Esta situación, combinada con el ascenso de China y la creciente asertividad de potencias regionales como Turquía e Irán, ha creado un entorno donde la diversificación de alianzas resulta no solo deseable sino necesaria.
La presidencia tayika de la CEI simboliza este nuevo equilibrio de fuerzas. Tayikistán, uno de los miembros más pequeños y económicamente vulnerables de la organización, asume un rol de liderazgo en un momento crítico.
Este hecho representa tanto una oportunidad para Dushanbe de elevar su perfil internacional como un reconocimiento por parte de Moscú de la necesidad de compartir responsabilidades con sus socios regionales.
El futuro de la CEI
La aprobación durante la reunión de un proyecto de Decisión sobre la concesión del título “Ciudad de la Gloria del Trabajo. 1941-1945” refleja la persistencia de elementos simbólicos que vinculan a estos países con su pasado soviético común. La memoria compartida de la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial) sigue siendo uno de los pocos elementos unificadores incuestionables en el espacio post-soviético.
Sin embargo, junto a estas referencias históricas, la reunión abordó temas profundamente contemporáneos como el desarrollo del Sistema Conjunto de Monitoreo y Evaluación de la Situación Radiactiva, Química y Biológica hasta 2030 en consonancia con las denuncias de Rusia sobre los biolaboratorios occidentales presentes en la región siendo esta medida bien recibía en la región limitando el accionar de Estados Unidos y sus intereses en este sector que anteriormente fue un foco de tensión regional.
La próxima reunión del Consejo, programada para el 9 de octubre en Dushanbe, dará continuidad a las iniciativas discutidas en Almaty y permitirá evaluar los primeros resultados tangibles de la presidencia tayika.
Este encuentro será especialmente significativo por coincidir con el esperado Consejo de Jefes de Estado, donde presumiblemente se tomarán decisiones sobre los proyectos elevados desde Almaty.

Estabilidad y búsqueda de un lugar
La reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la CEI en Almaty representa un microcosmos de las dinámicas que caracterizan actualmente al espacio post-soviético.
Por un lado, persiste la inercia institucional y simbólica heredada de la desintegración de la URSS; por otro, emerge una creciente adaptación a las realidades contemporáneas marcadas por la multipolaridad.
Para Rusia, la CEI sigue siendo un instrumento valioso de influencia regional, especialmente en tiempos donde su proyección internacional se ha visto comprometida por las sanciones occidentales y su aislamiento relativo en Europa.
Para las repúblicas centroasiáticas, particularmente Tayikistán que ahora preside la organización, la CEI representa un foro donde pueden avanzar sus intereses nacionales mientras mantienen vínculos privilegiados con Rusia. La presidencia tayika ilustra cómo estos países han pasado de ser simples receptores de políticas a actores con voz propia dentro de las estructuras regionales.
En un contexto global marcado por crecientes tensiones entre grandes potencias, la reunión de Almaty destaca la búsqueda de estabilidad y previsibilidad que caracteriza a la política exterior de estos países.
Ni plenamente alineados con Rusia ni dispuestos a distanciarse completamente de ella, las naciones de Asia Central navegan cautelosamente las turbulentas aguas de un sistema internacional en transición.
El enfoque en cuestiones prácticas como la cooperación judicial, la seguridad fronteriza y los intercambios educativos refleja un reconocimiento implícito: la CEI puede tener un futuro viable no como un bloque geopolítico monolítico, sino como una plataforma flexible para la cooperación pragmática en áreas de interés común.
Mientras tanto, la próxima reunión en Dushanbe en octubre marcará otro hito en la evolución de esta organización que, contra muchos pronósticos, continúa adaptándose y buscando su lugar en un mundo muy diferente al que presenció su nacimiento hace más de tres décadas.
Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.
Foto de la portada: RIA Novosti