Durante la jornada de ayer el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la ciudad de Sochi, ubicada en las costas del Mar Negro. En principio se realizaron conversaciones en formato ampliado con la participación de los miembros de las delegaciones y luego se prosiguió en una reunión individual entre mandatarios.
La reunión cara a cara se da luego de algunos meses de especulaciones de la prensa sobre la salud de las relaciones entre ambos mandatarios debido a las últimas decisiones de Turquía que pusieron más protagonismo sobre la agenda occidental, como el envío de soldados a la KFOR en Kosovo; el apoyo público del ingreso de Ucrania a la OTAN; el levantamiento del veto a Suecia que también incluye la actual negociación a cambio de la membresía turca a la UE (vetada por Grecia).
En el artículo sobre los principales resultados de Vilnius 2023, la última Cumbre de la OTAN, detallamos la decisión de Erdogan, recién reelecto, de darle luz verde al ingreso de Suecia a la Alianza y cómo eso demostraba la complejidad que presenta la política exterior de Turquía que se encuentra a las puertas de Europa y de Asia occidental, o como puente entre ambas regiones, cada una con los particulares desafíos que implica para la política turca. Erdogan, caracterizado como un líder y actor internacional con grandes cualidades en geopolítica y geoestrategia, mantiene su “política de equilibrio” pese a que ciertos análisis lo intentaban ubicar en un vuelco hacia Rusia previo a la contienda electoral que lo enfrentó al candidato opositor, públicamente apoyado por la embajada estadounidense, Kemal Kilicdaroglu.
La reunión en Sochi demuestra que el presidente turco continúa con su “política de equilibrio” y busca fortalecer por un lado su rol de actor geopolítico de peso en temas internacionales muy relevantes como son la guerra en Ucrania y el acuerdo de cereales del Mar Negro como mediador junto con la ONU; y por otro lado reforzar las relaciones entre Turquía y Rusia en proyectos geoestratégicos claves para el país y para la región como la central nuclear de Akkuyu, la constitución de Turquía como hub regional del gas, la entrega de cereales gratis a países africanos, la situación en Siria e incluso la apertura de una delegación rusa en la República Turca del Norte de Chipre.
Al finalizar la reunión ambos mandatarios brindaron una conferencia de prensa conjunta en donde desglosaron las principales temáticas abordadas en las conversaciones.
Acuerdo de Cereales
La conversación en torno a la reactivación de la Iniciativa del Mar Negro junto con el Memorando de Entendimiento para facilitar las exportaciones de productos alimentarios y fertilizantes rusos fue la más esperada a nivel mediático debido a su importancia en el terreno internacional luego de que Rusia decidiera suspender su participación el 17 de julio, fecha límite para la prórroga del “Grain Deal”.
Recordemos que el 22 de julio de 2022 en Estambul, se había firmado la Iniciativa del Mar Negro entre Rusia y Ucrania con la mediación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y Erdogan, para habilitar los envíos de trigo, maíz y fertilizantes desde el puerto de Odesa. El acuerdo fue prorrogado en varias oportunidades, hasta el 17 de julio. La suspención del acuerdo incluyó también la retirada de las garantías de seguridad para la navegación, el cierre del corredor humanitario marítimo, el restablecimiento del régimen que marca como zona temporalmente peligrosa las aguas noroccidentales del mar Negro.
La decisión de Putin se basó explícitamente por la falta de cumplimiento por parte de occidente. Rusia denunciaba que no sólo no se tenían en cuenta los intereses comerciales y económicos de Rusia, sino que el acuerdo no sirvió al propósito humanitario a partir del cual nació: garantizar la seguridad alimentaria de las naciones del Sur Global que padecen inseguridad alimentaria.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, en julio se calculó que sólo el 2,6% de todos los envíos realizados a partir del acuerdo de granos se destinaron a los países con mayor necesidad alimentaria del mundo, entre ellos Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia, mientras el que 80% fue a parar a países con altos ingresos.
Las principales exigencias de Rusia para una reactivación del acuerdo son: la reconexión de su banco agrícola, Rosselkhozbank, al sistema SWIFT; la reanudación de los suministros de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento; el levantamiento de la prohibición de acceso a los puertos; la reactivación del conducto de amoniaco Togliatti-Odesa; y el desbloqueo de los activos y cuentas extranjeras de las empresas rusas relacionadas con la producción y transporte de alimentos y fertilizantes.
Durante la rueda de prensa brindada por los mandatarios al finalizar su reunión personal, Putin volvió a mencionar sus argumentos respecto a la retirada del acuerdo mencionando que “los países occidentales se niegan a retirar de las sanciones nuestras exportaciones de cereales y fertilizantes, a reanudar las entregas de maquinaria agrícola y piezas de repuesto a Rusia, a eliminar los problemas de logística y fletamento de buques, servicios bancarios y seguros de suministros alimentarios”. Incluso agregó que “mientras Rusia ofrecía claramente garantías de seguridad para la navegación en virtud de este acuerdo, la otra parte utilizaba los corredores humanitarios para ataques terroristas contra instalaciones civiles y militares rusas. Esto no puede tolerarse más”.
También aprovechó para desmentir las acusaciones de occidente que insisten en hacer creer que Rusia se beneficia de la suspensión del acuerdo porque de esta manera escasean los granos y se produce un aumento de precios.
“La finalización del acuerdo no ha afectado a los mercados mundiales de alimentos -me gustaría hacer especial hincapié en esto-, digan lo que digan. Los precios de los cereales siguen bajando. No hay escasez física de alimentos. Hay problemas con su justa distribución, sí. Pero esto no tiene nada que ver con el llamado acuerdo sobre cereales”, resaltó Putin y acusó a occidente de “engañar sobre los objetivos humanitarios” ya que “de los 32,8 millones de toneladas de carga exportada desde Ucrania, más del 70% -quiero subrayarlo de nuevo- más del 70% fue a parar a países ricos, principalmente a la Unión Europea. Mientras que sólo el 3%, menos de un millón de toneladas, fue a parar a países que realmente necesitan ayuda alimentaria”.
No obstante, Putin insistió en que Rusia está dispuesta a “resucitar el acuerdo” inmediatamente, “en cuanto se apliquen plenamente todos los acuerdos sobre el levantamiento de las restricciones a la exportación de productos agrícolas rusos, tal como se establece en los mismos”.
A raíz de esta lectura, Putin anunció que “se propuso organizar el suministro de un millón de toneladas de cereales procedentes de Rusia a un precio preferencial, que se procesarán en Turquía y luego se transportarán gratuitamente a los países más pobres”. Y un dato muy interesante es la inclusión de Qatar en esta iniciativa.
“Estamos a punto de cerrar un acuerdo con seis países africanos a los que pretendemos suministrar alimentos gratuitamente, e incluso llevar a cabo la entrega, la logística y el reparto de este cargamento sin coste alguno. Las negociaciones están casi a punto de concluir: la entrega comenzará en las próximas semanas”, anunció el mandatario ruso.
Por su parte, en la rueda de prensa, el presidente turco resaltó que la “iniciativa ha demostrado ser como un respiro para los países más pobres”.
Erdogan remarcó que “las propuestas alternativas de la agenda no cumplieron las expectativas en términos de seguridad y otros aspectos. Nuestros amigos rusos hablan de sus expectativas a este respecto, y nosotros hacemos hincapié en ellas en diversas plataformas”.
Por ese motivo, el mandatario turco explicó que preparará “un nuevo paquete de consultas con las Naciones Unidas. Creo que podremos lograr un resultado a este respecto. Turquía hará todo lo posible en este sentido. Y creemos que alcanzaremos un resultado en términos de este acuerdo lo antes posible”.
Otros puntos claves de la reunión
Durante la rueda de prensa los mandatarios mencionaron “las medidas que podrían adoptarse para seguir reforzando nuestra cooperación polifacética, especialmente en los ámbitos del comercio, la energía, la agricultura y el turismo”.
Putin enfatizó “el continuo crecimiento del volumen de negocios comerciales” que “a finales de 2022 aumentó un 86% y alcanzó la cifra récord de 62.000 millones de dólares -según algunas estadísticas, incluso más-, y en el primer semestre de este año creció otro 4%”.
Erdogan marcó la cifra de 69.000 millones de dólares del volumen de intercambios comerciales entre ambos países durante el año pasado, y señaló que “avanzamos con paso firme hacia la marca de los cien mil millones en el comercio”.
Putin también remarcó que “existe una tendencia hacia un uso más activo de las monedas nacionales – el rublo y la lira – en los intercambios comerciales. Al mismo tiempo, la proporción del dólar y el euro en las liquidaciones mutuas disminuye constantemente. Nuestros bancos centrales participan estrechamente en el desarrollo de una red de corresponsales entre las organizaciones financieras y crediticias de los dos países”.
El mandatario ruso resaltó el buen ritmo de crecimiento de la cooperación ruso-turca en agricultura en donde “los suministros mutuos de alimentos aumentaron hasta los 7.400 millones de dólares. Este año también ha seguido creciendo: en enero-julio, un 19%”.
Otro dos puntos estratégicos de la cooperación ruso-turca fueron mencionados en la rueda de prensa y que son sumamente importantes para el desarrollo geopolítico turco en la región: Akkuyu y el hub del gas.
«Rosatom sigue construyendo la primera central nuclear de Akkuyu en Turquía. Constará de cuatro unidades de potencia de diseño ruso con una capacidad total de cuatro mil 800 megavatios. Alrededor de 25.000 especialistas, ingenieros y obreros nucleares nuestros y turcos trabajan día y noche para que la primera unidad de potencia de la central entre en servicio ya el próximo año 2024”, expresó Putin.
Además informó que “en abril de este año, se entregó combustible nuclear ruso a Akkuyu, y la central nuclear recibió el estatus oficial de instalación nuclear, estatus concedido por el OIEA. De este modo, Turquía ha ingresado en el club de los Estados poseedores de tecnologías atómicas pacíficas”.
Sobre Akkuyu, Erdogan dijo que “el segundo paso a este respecto, en Turquía, en la ciudad de Sinop, mi querido amigo y yo discutimos la construcción de una segunda central nuclear. Con este paso, Turquía superará sin duda un nuevo obstáculo”.
El último punto, que quisiera resaltar, y no menos importante, -de hecho un tema muy importante que hemos abordado en distintas ocasiones en PIA- es la posible y buscada consolidación de Turquía como hub del gas, es decir, la construcción del centro gasístico más importante de Europa para la distribución del gas ruso en Europa. Incluso se está barajando la posibilidad de la creación de una Bolsa del gas en Turquía para el control de precios.
Después del ataque a los gasoductos Nord Stream, Putin anunció la posibilidad de “redirigir el gas que no se puede transferir a través del gasoducto Nord Stream, al Mar Negro, podemos hacer una línea para nuestro gas a través de Türkiye y crear uno de los centros de gas natural más grandes de Europa en Türkiye”. Estas declaraciones las hizo tanto en la Sexta Conferencia de Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia (CICA) realizada en Kazajistán, como en el Foro Internacional Russian Energy Week 2022 en Moscú, bajo el lema “Energía global en un mundo multipolar”.
Erdogan apoyó la propuesta de Putin y aseguró que “Tracia se considera una de las regiones importantes más adecuadas para ello”. También informó que el Ministerio de Energía y Recursos Naturales ya se encuentran notificados para comenzar a trabajar en conjunto con las instituciones rusas realizando estudios en la región y estableciendo una red de seguridad.
“Ya tenemos un centro de distribución a nivel nacional, pero, por supuesto, ahora este sería un centro internacional”, había declarado Erdogan en ese entonces.
En la reciente rueda de prensa tras la reunión en Sochi, Putin recordó que Rusia “ siempre ha sido y será un proveedor fiable y responsable de gas” y mencionó algunas estadísticas de la cooperación en el sector del gas entre ambos países, “el año pasado, Rusia suministró 21.500 millones de metros cúbicos de gas a Turquía a través de los gasoductos Turkish Stream y Blue Stream, y más de diez mil millones de metros cúbicos entre enero y agosto de este año”.
“Estamos dispuestos a exportar gas en tránsito a través de Turquía a consumidores de terceros países, allí donde nuestros socios estén interesados. Para ello se propuso crear un centro regional de gas en Turquía. «Gazprom ha entregado a Botash un borrador de hoja de ruta para la puesta en marcha de este proyecto. La agenda incluye la creación de un grupo de trabajo conjunto, el acuerdo sobre el marco jurídico del hub, los sistemas de licitación y la transferencia del gas adquirido” finalizó el mandatario ruso.
*Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: El presidente Recep Tayyip Erdoğan y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hicieron declaraciones en la conferencia de prensa conjunta sobre el nombre de las reuniones cara a cara e interdelegaciones que mantuvieron en Sochi, Rusia. Fuente: Presidencia de la República de Turquía.