En los mismos días, Türkiye supuestamente detuvo a 34 miembros de la Hermandad Musulmana.
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, dijo: “Hemos comenzado un proceso de normalización con Egipto. Este debe ser un proceso mutuo. Si Egipto es sincero acerca de la normalización de las relaciones, debe tomar medidas. La normalización avanza lentamente, pero eso no se debe a Türkiye. El acuerdo de hidrocarburos con Libia no es a expensas de Egipto. Sin el compromiso de Türkiye, Libia sería como Siria hoy. (…) No tenemos ningún problema con Egipto, y sabemos que Egipto es un país importante para el mundo árabe, para África, para el Mediterráneo. La cooperación de Turquía y Egipto tendrá un impacto positivo en la región. Somos sinceros en normalizar las relaciones, pero hay un dicho diplomático de que el tango es de dos”.
Las declaraciones de los dos países indican que las conversaciones exploratorias entre Türkiye y Egipto, que tuvieron lugar en El Cairo y Ankara respectivamente, no condujeron a una hoja de ruta conjunta para resolver los desacuerdos.
La ruptura entre Türkiye y Egipto comenzó después del derrocamiento del gobierno de Mohamed Morsi en 2013. Al comienzo del proceso, la administración de El Cairo consideró que el apoyo de Türkiye a los Hermanos Musulmanes era el principal obstáculo para las relaciones.
Pero luego el poder de los Hermanos Musulmanes se desvaneció en Egipto y la cuestión de Libia se convirtió en la principal área de confrontación en relación con la cuestión de las fronteras marítimas en el Mediterráneo oriental.
Encontrar el mínimo común denominador
Los pasos que deberían haberse dado entre Türkiye y Egipto después de 2013 no se pudieron dar rápidamente y el problema entre los dos países se profundizó. Como resultado, diferentes actores en el Mediterráneo Oriental, como EE.UU, la UE, Grecia e Israel, se vieron involucrados en el problema. Esto se debe en parte a la suspensión de las conversaciones que se reanudaron nuevamente en 2021.
La conclusión que saqué de mi reunión con Rakha Ahmed Hassan, ex Viceministro de Relaciones Exteriores de Egipto, fue que Ankara y El Cairo no lograron encontrar el mínimo común denominador o una figura/grupo político para apoyar juntos en la crisis de Libia.
El diplomático retirado destacó con insistencia la diplomacia eficaz de Türkiye en Libia y el apoyo al Gobierno de Unidad Nacional encabezado por Abdelhamid Dibeybe. Señaló las resoluciones de las Naciones Unidas para la solución.
Issa Tuwegiar, exministra libia de Planificación y actual asesora política del gobierno de Dbeibah, brindó las siguientes ideas sobre la crisis libia entre Türkiye y Egipto: “El Gobierno de Unidad Nacional ha intentado establecer relaciones con El Cairo a pesar del apoyo de Egipto a las fuerzas de Haftar. En este sentido, invitamos a delegaciones egipcias a nuestro país. Sin embargo, Egipto mantuvo su actitud negativa y se opuso a la participación del Ministro de Relaciones Exteriores de Libia en la Liga Árabe (…) También continúan oponiéndose al Acuerdo de Jurisdicción Marítima que firmamos con Türkiye”.
¿Está Egipto esperando las elecciones en Türkiye?
Cuando analizamos juntos los acontecimientos y las declaraciones de los funcionarios, vemos que Egipto insiste en Libia de una manera que no deja una puerta abierta
Por supuesto, la larga frontera terrestre entre Egipto y Libia y las preocupaciones de seguridad de Egipto deben tenerse en cuenta al evaluar la insistencia de El Cairo. Pero también es importante identificar el cambio de política en Egipto, que hasta hace unos años era optimista sobre la normalización con Türkiye.
Hay dos posibles razones para este cambio:
1. Egipto, que recientemente llegó a un acuerdo con el FMI, puede estar esperando que el mundo occidental ejerza presión sobre T ü rkiye sobre los problemas de Libia y el Mediterráneo oriental a través de sus relaciones con Grecia y la Administración grecochipriota del sur de Chipre, los cuales son miembros de la UE.
2. El Cairo puede haber adoptado una política de “esperar” en sus relaciones con Türkiye hasta las elecciones presidenciales en Türkiye en junio.
Estas dos razones no son mutuamente excluyentes.
Pero vale la pena señalar que Egipto atraviesa una grave crisis económica. Tras el acuerdo con el FMI, la Libra Egipcia sufrió la mayor caída de su historia reciente. Además, la crisis de los cereales tras la guerra de Ucrania ha golpeado duramente a Egipto, un país con un historial de “disturbios por el pan”.
Las inversiones turcas y el comercio con Türkiye son de gran importancia para la economía egipcia.
En tal contexto, no parece racional que El Cairo espere una solución en el Mediterráneo Oriental y en Libia de Europa, que ya está lidiando con sus propios problemas, y/o de EE.UU, que se retira gradualmente de la región.
Por otro lado, debe recordarse que la política de Türkiye sobre el Mediterráneo Oriental y la cuestión de Libia es solo del gobierno, pero también del estado en su conjunto.
El gobierno de Türkiye ha comenzado a cambiar sus políticas equivocadas, especialmente con respecto a la Hermandad Musulmana.
En este período, sería acertado que tanto Ankara como El Cairo se centren en el mínimo común denominador y elaboren una hoja de ruta común sobre los temas del Mediterráneo Oriental y Libia de forma que no permita la intervención de terceros en la región.
*Onur Sinan Güzaltan nació en Estambul en 1985. Obtuvo su Licenciatura en Derecho en la Universidad Paris-Est Créteil Val de Marne /Paris XII y una Maestría en Derecho Internacional y Europeo. Obtuvo su certificado de equivalencia de diploma en la Universidad de Galatasaray, obtuvo una Maestría en Derecho Comercial Internacional.
Artículo publicado originalmente en United World International, editado por el equipo de PIA Global