África Análisis del equipo de PIA Global

Relaciones Rusia-África: AfCFTA la llave que puede abrir el futuro africano

Escrito Por Beto Cremonte

Por Beto Cremonte*-
El Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), es el ambicioso proyecto africano que desde 2021 ofrece oportunidades comerciales a África. Rusia lo sabe y fomenta este proyecto.

Rusia está cada vez más presente en el devenir diario de muchos africanos y africanas. Los acuerdos bilaterales y la colaboración del Kremlin con muchos estados africanos están incomodado al eje occidentalista.

El pasado 20 de marzo el presidente ruso, Vladimir Putin, habló en la Conferencia Parlamentaria Internacional Rusia, cuyo tema principal y título de la reunió fue: “África en un mundo multipolar”. Esta reunión, que se llevó a cabo en Moscú, contó además con el auspicio de la Duma Estatal de la Asamblea Federal Rusa.

La asociación entre Rusia y los países africanos ha cobrado un impulso adicional y está alcanzando un nivel completamente nuevo, señaló Vladimir Putin en el discurso de apertura de la reunión, en la que participaron jefes de Estado y representantes de gobiernos africanos, interesados en escuchar al presidente de la Federación Rusa y las propuestas para lograr futuros acuerdos comerciales, económicos y en temas relacionados con la seguridad. Putin expresó y celebró el hecho de que se están abriendo oportunidades adicionales para los mercados interesados en invertir en África. El Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), que comenzó en 2021, es una puerta de acceso que se va abriendo y en el futuro se convertirá en un mercado continental lo que favorecerá el desarrollo de vínculos tanto a través de la Unión Económica Euroasiática como de forma bilateral entre los países africanos y Rusia, por ejemplo.

En este sentido, Putin dio cuenta de que el comercio mutuo está creciendo cada año, alcanzado los casi 18 mil millones de dólares en 2022. Sin duda, que el desarrollo de las bolsas de productos básicos entre rusos y africanos se verá facilitado por una transición más enérgica de los pagos financieros a las monedas nacionales, además de poder establecer nuevas y mejores cadenas de transporte y logística. La existencia de un “área de libre comercio” facilitara el intercambio de mercancías y productos entre Rusia y el continente africano.

Sochi, el puntapié inicial

En 2019, durante la cumbre con líderes africanos en la ciudad de Sochi, en el Mar Negro, Putin presentó una hoja de ruta integral sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo y la consolidación de una asociación beneficiosa con África. El compromiso ruso de fortalecer los lazos generales con el continente africano rondaba y fue encuadrado en el concepto de la Agenda 2063 desarrollado por la Unión Africana.

Durante estas reuniones Putin basó sus argumentos en el hecho de que África se está convirtiendo cada vez más en un continente de oportunidades. Posee vastos recursos y potencial atractivo económico, además de señalar que el interés en desarrollar relaciones con los países africanos es actualmente visible no solo por parte de Europa Occidental, Estados Unidos y la República Popular China, sino también por parte de India, Turquía, los estados del Golfo, Japón, la República de Corea, Israel y Brasil. Los intereses de estos países no pueden estar por fuera de los intereses rusos y de la disputa geopolítica que se viene llevando adelante en territorio africano.

Claramente, la mirada del presidente ruso estaba mucho más lejos que las arenas del Mar Negro en esa Cumbre de Sochi. Su eje central estaba puesto en expandir aún más el comercio y la cooperación entre las partes. En torno a esto es que se firmó un memorando de entendimiento entre la Comisión Económica Euroasiática y la Comisión de la Unión Africana en la Cumbre de Sochi.

En 2018, la evaluación de Putin fue que el comercio de Rusia con los países africanos creció más del 17 por ciento y superó los 20 mil millones. A Putin le gustaría llevarla (la cifra comercial) a, al menos, 40 mil millones en los próximos años.

Rusia se está extendiendo constantemente desde aquella Cumbre de 2019. Sochi, fue sin dudas el puntapié inicial para las relaciones entre rusos y africanos, incluso sin tener el escenario actual con una guerra de por medio. Hoy muchos funcionarios hacen énfasis en esta relación que además soslaya muchas imposiciones que pone EE.UU, la OTAN y sus socios europeos.  A pesar de las sanciones ilegales impuestas por Washington, Rusia y los estados africanos están desarrollando una cooperación comercial y económica. El volumen de negocios del comercio está aumentando: a fines de 2022, alcanzó los $ 17,9 mil millones, según el presidente de la Duma estatal, Vyacheslav Volodin. Así el camino está trazado de cara a un futuro donde la unipolaridad vaya dando paso al multilateralismo.

Rusia, por supuesto, tiene su propio enfoque hacia África. No presiona a países extranjeros ni tiene que competir con ellos, ya que tiene su propio ritmo para trabajar con África. Con el mismo optimismo hacia los desafíos y oportunidades emergentes en África, Rusia todavía tiene que mostrar, en términos prácticos, compromiso, especialmente con sus iniciativas políticas.

Igor Ivanov, ex Ministro de Relaciones Exteriores y Presidente de la RIAC, señaló que “La tarea de Rusia es evitar un retroceso en las relaciones con los países africanos. Es necesario que Rusia defina explícitamente sus prioridades: ¿por qué volvemos a África? En la primera Cumbre se hicieron unos enunciados generales de carácter fundamental, ahora es necesario pasar de los enunciados generales a los específicos”, sugirió el ex ministro ruso refiriéndose así a los pasos que debe dar la Federación Rusa de cara a llevar adelante un promisorio escenario en el continente negro.

En estos términos otra voz que se oyó fue la del Primer Ministro de Ruanda, Edouard Ngirente, quien pidió a los rusos que consideren aumentar la inversión en África. Que África tiene grandes oportunidades que los inversionistas de Rusia pueden aprovechar, entre ellas, la población y mano de obra joven del continente, el rápido ritmo al que se está produciendo la urbanización y el enorme potencial que se ha demostrado en el progreso tecnológico en áreas como las telecomunicaciones y digitalización de la sociedad. Por supuesto que en las palabras de Ngirente se observan sus deseos para que, más allá de que Rusia participe activamente en el desarrollo africano, lo haga de manera equitativa y no desde una posición dominante. Un hecho que, en principio es difícil de imaginar en proyectos concretos. “Por lo tanto, avanzar en nuestra agenda de prosperidad común implicaría convertir en realidad las oportunidades comerciales existentes. Y eso demanda importantes flujos de inversiones en áreas prioritarias”, dijo el ruandés.

Área de Libre Comercio Continental Africana, la puerta de acceso a las inversiones

Como hemos señalado, el AfCFTA, es un anhelo de los países africanos que si bien está en marcha desde 2021, aún no ha desarrollado todo su potencial. En esto se juegan varias causas. Una de ellas es la falta de acuerdos hacia el interior del continente y las diferencias que existen en las diferentes economías activas de los países africanos. Por supuesto que también hay diferencias insalvables en torno a los diferentes niveles de desarrollo y ubicación estratégica dentro del extenso mapa africano. En este puto es donde el nivel e inversiones extranjeras pueden ayudar a igualar o profundizar estas diferencias. En este sentido, podemos retomar la voz del Primer Ministro de Ruanda, quien sostuvo que el AfCFTA “podría ser una oportunidad para que las empresas rusas inviertan en infraestructuras como carreteras, vías férreas, puertos, centrales hidroeléctricas y conectividad a Internet que faciliten el comercio en el continente de 1300 millones de consumidores. La inversión requerida se estima entre los 130 mil millones a 170 mil millones por año”.

La inversión actual y el compromiso comercial de los diferentes jugadores extranjeros con África están en aumento. Por ello es crucial que Rusia tenga una visión clara de la relación que quiere con África. Rusia, junto con los países africanos, deben establecer fondos soberanos de riqueza utilizando el poder de los recursos de esos países y desde ellos poder dar impulso equitativo al AfCFTA y al tránsito de mercancías libres de impuestos internos a lo largo y ancho del continente africano.

África es un escenario geopolítico ajetreado, con muchos actores, tanto antiguos como nuevos, en funcionamiento. Países de la UE, China y EE.UU, a los que se les pueden sumar Irán, Turquía, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Japón y otros. Rusia tiene que competir contra ellos, y claramente centrar sus esfuerzos en estrategias. En este sentido Rusia utiliza la retórica del anticolonialismo en su compromiso con África y que está luchando contra el neocolonialismo de Occidente, especialmente en las relaciones con sus antiguas colonias. Ve a Francia como una amenaza para sus intereses, especialmente en el África occidental francófona, el Magreb y el Sahel. Por lo tanto, se centra en los eslóganes antioccidentales como su principal producto comercial en África. El Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) podría ser la dimensión más fuerte de los tratos de Rusia en África.

No solo Rusia ve oportunidades en AfCFTA

Los inversores estadounidenses, europeos y asiáticos también se interesan e intensifican la exploración de oportunidades en el Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), una política firmada por los países africanos para hacer del continente un mercado único. Estos “inversores” extranjeros están buscando en el mercado nuevas asociaciones. El AfCFTA ha desbloqueado cadenas de valor para, especialmente los inversores estadounidenses, en sectores clave como los productos farmacéuticos, los automóviles, el procesamiento agrícola y la tecnología financiera.

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional está trabajando en estrecha colaboración con instituciones y organizaciones africanas. Según los documentos, se estima que hay 1.200 empresas estadounidenses que operan en África.

La Fundación Bill y Melinda Gates ha hecho un anuncio resonante de que la fundación gastará 7 mil millones, durante los próximos cuatro años, “para mejorar la salud, la igualdad de género y la agricultura en África”. En otro desarrollo relacionado, la representante comercial de EE.UU, Katherine Tai, firmó un memorando de entendimiento con el Área de Libre Comercio Continental Africana con el objetivo de explorar el trabajo en las próximas fases de la relación comercial entre EE.UU y África. Estados Unidos ve enormes oportunidades para mejorar el antiguo sistema de preferencias comerciales de la Ley Africana de Crecimiento y Oportunidades (AGOA), que tiene como fecha límite el 2025.

A partir de la histórica Cumbre de Inversión Reino Unido-África de 2020, la “isla” ha aumentado su apoyo a las empresas en el continente, un paso que apunta a fortalecer aspectos de la cooperación económica prevista con África. La importancia de estos es ayudar a desbloquear oportunidades, difundir la prosperidad y, por lo tanto, “transformar vidas en África”. Sudáfrica y Nigeria, las dos economías más grandes del continente, representan el 60% de toda la relación comercial entre el Reino Unido y África. Solo ocho naciones del África subsahariana, en su mayoría antiguas colonias, cuentan al Reino Unido entre sus 10 principales destinos de exportación, incluidos Ruanda, Mauricio, Seychelles, Sierra Leona, Ghana, Mozambique, Kenia y Sudáfrica.

El AfCFTA proporciona una plataforma única y valiosa para que las empresas accedan a un mercado africano integrado de más de 1.300 millones de personas. La creciente clase media, entre otros factores, constituye un enorme mercado potencial en África. Sin embargo, es bastante desafiante, pero hay nuevas legislaciones que estipulan la localización de la producción y distribución dentro de África. El AfCFTA ha colaborado para que muchos  países africanos para crear mejores condiciones para el desarrollo empresarial y dar forma a un clima de inversión atractivo.

El secretario general de la Secretaría del Área de Libre Comercio Continental Africana, Wamkele Mene, ha destacado en varias ocasiones el hecho subyacente de desarrollar el comercio intraafricano, e incluso con actores externos, que “la próxima ola de inversión en los mercados africanos debe centrarse en los sectores productivos de la economía de África para impulsar el desarrollo industrial del continente en las próximas décadas. Para los inversionistas y comerciantes extranjeros, es necesario apoyar a los empresarios locales para construir escala y, por lo tanto, mejorar la productividad”.

Así dadas las cosas es que podemos afirmar que mientras el mundo se mueva al ritmo de la geopolítica, las oportunidades económicas, comerciales y de desarrollo científico tecnológico estarán disponibles para aquellos que quieran asumirlas. En el caso Africano, donde los jóvenes Estados aún luchan contra las potencias que no solo los mantuvieron colonizados en gran parte de su historia, solo que además saquearon sus recursos naturales, culturales y económicos, poniendo el pie encima del desarrollo africano. Hoy las relaciones con Rusia y el AfCFTA bridan una nueva oportunidad a los africanos y africanas.

*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación Social y Periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política, FPyCS UNLP.

Foto de portada: imagen de archivo de la reunión en Sochi

Acerca del autor

Beto Cremonte

Docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la Unlp, Licenciado en Comunicación social, Unlp, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS Unlp