La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, presentó un informe sobre el racismo en el mundo, resultado de una petición del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras el asesinato de George Floyd en Estados Unidos, en mayo de 2020. El documento aborda el tratamiento de la policía y la justicia en relación con el racismo.
Bachelet subrayó que los países deben adoptar «medidas inmediatas» contra el «racismo sistémico» que sufren los negros. «El ‘statu quo’ es insostenible», dijo. «Necesitamos un enfoque transformador que aborde las esferas interconectadas que fomentan el racismo y conducen repetidamente a tragedias que podrían evitarse, como la muerte de George Floyd», añadió.
El viernes, Derek Chauvin, el policía blanco que asfixió con su rodilla en el cuello al hombre afroamericano que se convirtió en un símbolo de la violencia racial en Estados Unidos, fue condenado a 22 años y medio de prisión, una sentencia que refleja el impacto de la tragedia.
El informe afirma que la muerte de Floyd, las grandes protestas que provocó y el veredicto contra el agente «representan un hito en la lucha contra el racismo y una oportunidad trascendental para alcanzar un punto de inflexión en favor de la igualdad y la justicia raciales.»
«La movilización mundial para pedir justicia racial ha forzado un reconocimiento del racismo largamente postergado y ha reorientado los debates hacia la naturaleza sistémica del fenómeno a las instituciones que lo cometen», dijo.
«Insto a los Estados a que dejen de negar y empiecen a desmantelar el racismo, a que pongan fin a la impunidad y fomenten la confianza, a que escuchen las voces de los afrodescendientes, a que afronten los legados del pasado y busquen la justicia reparadora», añade Bachelet en una declaración adjunta.
Estadísticas étnicas
Para el Alto Comisionado, el racismo sistémico implica que la población de África, o de ascendencia africana, está marginada económica y políticamente, sin acceso a una educación o atención sanitaria de calidad, o sin una representación adecuada en la sociedad. En este sentido, el informe pide a los Estados que adopten planes de respuesta «que impliquen a todo el gobierno y cuenten con recursos suficientes».
Se examinaron en detalle siete «casos representativos». Dos de ellos son brasileños muertos a consecuencia de la violencia policial. El primero es el de Luana Barbosa, asesinada en abril de 2016 en Ribeirão Preto (SP). Tres policías militares están acusados de golpearla durante un acercamiento. El segundo es el de João Pedro Mattos Pinto, de 14 años, asesinado en su casa durante una operación conjunta de la Policía Federal y Civil en São Gonçalo (RJ) en mayo de 2020.
El documento de la UNI también recomienda la recopilación y publicación de estadísticas desglosadas por raza, o etnia, para «comprender mejor la magnitud del racismo sistémico y evaluar la eficacia de las medidas políticas».
En los países en los que los datos están desglosados, las cifras son preocupantes, señala el informe. En Canadá, una persona negra tiene 20 veces más probabilidades de verse involucrada en un tiroteo mortal con la policía. En el Reino Unido, hay seis controles policiales por cada 1.000 blancos, y 54, por cada 1.000 negros. Y según un informe de 2016 de Francia, los jóvenes negros, o magrebíes, tenían 20 veces más probabilidades de someterse a controles de identidad que otras personas.
Floyd, una excepción
El Alto Comisionado también examinó 190 casos de personas africanas, o afroamericanas, muertas en contacto con las fuerzas de seguridad y señaló que, «en muchos de los incidentes examinados las víctimas no suponían una amenaza inminente de muerte, o de lesiones graves, que justificara el nivel de fuerza utilizado».
«A excepción del caso de George Floyd, ninguna persona ha sido declarada responsable de estas muertes, y las familias siguen esperando la verdad y la justicia», dijo Mona Rishmawi, directora del Departamento de Derecho, Igualdad y No Discriminación del Alto Comisionado. «Observamos que no hay ni un solo caso en el que se haya abordado la cuestión de las reparaciones individuales, o colectivas», añadió.
El organismo de la ONU también pidió la aplicación de «mecanismos de control independientes», así como el fomento de la labor de revisión histórica. El informe señala la «necesidad largamente postergada de abordar los legados de la esclavitud, la trata transatlántica de esclavos africanos y el colonialismo, además de buscar la justicia reparadora». También destaca la «falta de reconocimiento oficial de la responsabilidad de los Estados», las instituciones y las personas que participaron en los hechos y siguen beneficiándose de ellos.
Este artículo fue publicado por DomTotal. Traducido por PIA Noticias.
