Luego de la votación en el parlamento de Israel este domingo, el ultraderechista Naftali Bennett fue elegido primer ministro de Israel. La elección de Bennet le pone un punto final a doce años de gestión de Benjamin Netanyahu, que se mantiene en el cargo tras cuatro elecciones en las que el parlamento no llegó a un acuerdo para conformar nuevo gobierno. Por 60 votos a 59 y una abstención, la Kneset dio apoyo mayoritario al ex aliado de Netanyahu a partir de una coalición conformada con el objetivo de desplazar a Netanyahu.
El ahora ministro es hijo de estadounidenses que llegaron a Israel desde San Francisco. Durante su paso por el servicio militar sirvió como miembro de la Unidad de Elite de las Fuerzas de Defensa de Israel, tras lo cual se matriculó en la carrera de Derecho en la Universidad Hebrea.
Antes de su actuación en la política israelí, Naftali Bennett se desempeñó empresario de la industria tecnológica, donde se hizo millonario tras fundar la empresa de software antifraude Cyota, que vendió por 145 millones de dólares. Su entrada en la actividad política se dio tras la venta de su empresa y de la mano de Benjamin Netanyahu al desempeñarse como su asistente principal, asesor y hasta jefe de gabinete. Bennet también llegó a ser indicado para el Ministerio de Economía y Educación y, posteriormente, para Ministro de Defensa.
Entre sus posiciones ideológicas se destaca la defensa de los asentamientos de colonos israelíes en territorio palestino, entre ellos el Yesha, que llegó a convirtir en su principal plataforma política. El ahora primer minstro Bennett es un ultranacionalista que en diversas ocasiones se ha manifestado en contra de la conformación de un estado palestino, al tiempo que desconoce las ocupaciones en Franja de Gaza y Cisjordania por considerar que estos son territorios legítimos de Israel.
Bennett es conocido por sus dichos contra árabes y palestinos, a quienes desconoce como ciudadanos israelíes y como habitantes de los territorios ocupados. En entrevistas ha llegado a declarar que ya mató muchos árabes a lo largo de su vida y que desconoce el derecho de los palestinos sobre los territorios que ahora ocupa Israel porque son históricamente del pueblo judío. Su partido partido Yamina es una formación nacionalista que está a favor de la anexión de una parte importante de la Ribera Occidental, lo cual dificultaría cualquier avance de la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino.
La elección de Bennett fue posible gracias a la conformación de una coalición compuesta por partidos que compartían la intención de derrotar a Netanyahu pero que no tienen proyectos en común. El articulador de la alianza del cambio fue Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid y opositor a Netanyahu. El plazo para la conformación del nuevo gobierno era el 2 de junio, fecha en que Lapid anunció la conformación de la coalición que este domingo logró elegir a Bennett. Esta nueva alianza incluye a partidos de derecha (Yamina, Israel Beitenu y Tikva Hadashá), de centro (Yesh Atid y Azul y Blanco), de izquierda (Laborista y Meretz). A su vez y, por primer vez en la historia de Israel, un partido islámico árabe israelí, el Ra’am, forma parte del gobierno.
En cuanto a Netanyahu, quien buscó hasta último momento mantenerse como líder israelí, con su salida deberá enfrentar acusaciones judiciales de fraude y corrupción, motivo principal por el cual el Congreso presionaba por su salida.
Aún con una postura más extremista que su antecesor, Bennett aclaró que es más de derecha que Netanyahu pero que no utiliza el odio y la polarización como herramienta. La coalición acordó que durante los próximos dos años Bennett se centre en cuestiones internas tras los cuales quien asumirá el mando será Yair Lapid. Si bien el principal objetivo como primer ministro será la salida del país de la crisis política producto de las cuatro elecciones celebradas en menos de dos años, no se espera un cambio de rumbo en relación a la política sobre Palestina.