El anuncio de Joe Biden para tranquilizar a los inversores de los bancos que presentaron quiebra en los últimos días da cuenta de un síntoma. “Su dinero está a salvo” dijo el presidente estadounidense en conferencia de prensa, en un intento por tranquilizar a los ahorristas y evitar así una corrida bancaria. A este anuncio se le sumó la intervención del estado en el salvataje de estos bancos con el mismo fin, algo que sucedió en otras ocasiones.
Lejos de tratarse de un hecho aislado, la quiebra de los bancos Silicon Valley y Signature, vinculados a las startups y al mercado de criptomonedas, se presenta como una encrucijada para el gobierno de Estados Unidos y sus socios de Occidente.
El quiebre de estas dos entidades financieras se produjo por la falta de dinero, ocasionada por el aumento de la tasa de interés impulsado por la Reserva Federal de Estados Unidos para hacerle frente a la inflación. Debido a esta medida, los bonos de largo plazo -que conforman la gran reserva de valor de estos bancos- sufrieron una desvalorización. “Perdieron tanto valor que hicieron que los activos de los bancos no puedan hacerle frente a una retirada de efectivo por parte de los ahorristas y de los grupos inversores, entonces se produjo la quiebra” explica en diálogo con PIA Noticias el economista y trabajador del BCRA Rodolfo Treber.
A pesar de la intervención de estas entidades por parte del gobierno estadounidense, con el fin de impedir que se produzca una corrida bancaria que haga caer al sistema financiero, el mayor problema que enfrenta Estados Unidos es la cada vez más endeble fortaleza del dólar. “La decadencia del dólar está directamente relacionada con el quiebre de estos dos bancos, no fue como en 2008 que tuvo que ver con una maniobra netamente especulativa, esta situación es un síntoma de la caída del dólar y la pérdida de su hegemonía a nivel global. Creo que este es un hito más en la decadencia del dólar que va a continuar por varios años” apunta Treber.
La crisis de hegemonía del dólar, hasta hace poco la moneda utilizada para todas las transacciones internacionales, es el gran problema que enfrenta Estados Unidos. “En el plano financiero también hay una tendencia hacia la multipolaridad, entonces está la posibilidad de tomar deuda en otra moneda, de establecer relaciones comerciales con otras monedas, pasa que tiene que existir ese plan y no uno alineado a los intereses norteamericano. Eso es lo que va a estipular si esta crisis es peor que la del 2008”.
En esta ocasión, como sucedió en 2008, la forma de evitar una crisis mayor fue la intervención del estado, que garantizó a los grupos inversores que su dinero estaba a salvo imprimiendo los billetes para asumir la deuda. Según explica Treber, el estado “cuando ve señales de insolvencia va al rescate, interviene, para que no vayan los ahorristas y grupos inversores a querer sacar el dinero. Estaríamos ante una situación parecida a la que ocurrió en 2001 en Argentina”.
La política económica hasta entonces adoptada por la Reserva Federal de aumento de la tasa de interés para contener la inflación fue el impulso que derivó en esta situación, lo cual pone al gobierno de Estados Unidos en una contradicción. “Con ese tipo de medidas lo que se busca es que las empresas insolventes quiebren, como sucedió con el SVB y el Signature Bank. Pero cuando esas mismas entidades financieras quiebran se las sale a rescatar para evitar una corrida bancaria, una crisis financiera y el aumento de la pérdida de confianza en la moneda” plantea el economista.
Lo que desde el gobierno de Estados Unidos se busca hacer pasar como un caso aislado, es en realidad un síntoma. “Hay una posibilidad de que esto se repita porque el respaldo de activos dolarizados de estos dos bancos está perdiendo valor y poder en el mundo” afirma el economista Rodolfo Treber. “Lógicamente van a intentar darle mayor liquidez a los bancos, van a intentar que no se de otra quiebra como estas, en el corto plazo seguramente dejen de aumentar la tasa de reserva” explica el economista.
Sin embargo, la situación más preocupante para Estados Unidos es la desvalorización del dólar. Según explica Treber, en el transcurso de los próximos años el dólar va a seguir perdiendo peso, haciendo que resulte cada vez más inevitable una fuga de inversiones a otros países. Teniendo en cuenta este panorama, el economista hace hincapié en la necesidad de diversificar las monedas de las reservas de los países, principalmente aquellos que tienen sus economías muy dependientes del dólar.
“Los países precisan convertir sus reservas en canastas de monedas y salir del dólar como refugio de valor porque va a dejar de serlo. Quien se mantenga en esa situación va a sufrir grandes pérdidas económicas durante los próximos años. Esto puede traer consecuencias aún peores para aquellos países que, en el transcurso de los próximos años, sigan manteniendo una relación de dependencia muy firme con el dólar” sostiene.
*Ana Laura Dagorret es periodista de política internacional, coautora del Manual breve de Geopolítica y parte del equipo de PIA Global.
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