Nuestra América

¿Qué está pasando en Cuba?

Por Micaela Ovelar *
En días recientes los medios de prensa hegemónicos han difundido imágenes de “marchas ciudadanas” en Cuba, algunos portales digitales han dicho que se tratan de “las primeras protestas contra el régimen cubano en 28 años”

También -entre los ya clásicos de la desinformación y el alarmismo, han exagerado la cantidad de personas que han participado y han enseñado fotos de otros acontecimientos políticos que sí fueron multitudinarios (la primavera árabe, por ejemplo). Por su parte, el gobierno cubano, encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel, ha salido a “rechazar los intentos de desestabilización por parte de grupos contrarrevolucionarios” y, lo que en ese caso es igual, ha “rechazado los planes injerencistas del gobierno de Estados Unidos”.

Para analizar los hechos recientes, es importante primero situarnos en el contexto actual ampliamente conocido: Cuba también ha sido fuertemente golpeada por la crisis económica global y por la pandemia del Coviv19, lo cual no ha impedido que el gobierno cubano lanzara varias vacunas de investigación y desarrollo científico propio y de producción nacional cubana, entre ellas: Abdala (92.28% de efectividad) y Soberana (62%), que ya han comenzado a ser aplicadas en varias naciones de América Latina y el Caribe.

Otro elemento imposible ignorar -vigente a pesar de que no pocos se esfuercen por restarle importancia- es que Cuba viene resistiendo heroicamente un bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos, el cual lleva ya más de 60 años. Muchos de nuestros lectores no habían aun nacido, y tal vez, ni sus padres ni sus abuelos, y la isla ya estaba siendo oprimida por el imperialismo estadounidense. Sobre esto, en el último encuentro de la Asamblea General de la ONU, la Resolución presentada por el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, obtuvo más del 95% de los votos de los países del mundo con 184 a favor, solo dos votos en contra (USA e Israel), y tres abstenciones: Brasil, Colombia y Ucrania, gobiernos totalmente subordinados a la Casa Blanca.

Ahora bien, en el contexto local ¿Qué pasa con el cubano de a pie? Las generaciones más jóvenes tampoco han vivido, por ejemplo, la campaña de alfabetización de 1961, que enseñó a leer y escribir a toda la población cubana, en especial a campesinos empobrecidos por la dictadura pro estadounidense de Fulgencio Batista (1940-1959). Gracias a dicha campaña Cuba fue reconocida por la UNESCO “territorio libre de analfabetismo”, una de las razones, diríamos piedra fundamental, por la que la isla cuenta en la actualidad con una ciudadanía reconocida a nivel mundial por su alta formación académica y consciencia política.

Muchos jóvenes y no tan jóvenes cubanos tampoco han vivido la invasión imperialista de Bahía Cochinos, la crisis de los misiles en plena guerra fría, ni han escuchado en vivo y en directo los emotivos y moralizadores discursos del Comandante Fidel Castro. Es más, ni siquiera han atravesado el “periodo especial”, en la década de 1990, donde la solidaridad del pueblo cubano para con el propio pueblo cubano se puso a prueba ante el desmoronamiento de la Unión Soviética, aliado estratégico y económico de Cuba.

En esos momentos, mientras una parte de la población veía en Miami su único futuro, la mayoría de los cubanos y las cubanas mostró su máxima expresión y resistencia ante las presiones norteamericanas. 

Otro elemento que propició la última manifestación contra el gobierno cubano, que valga aclarar como en todo país democrático las protestas son variadas y recurrentes, comenzó, a finales del mes de junio, se debió por la falta de electricidad en varias provincias de Cuba. Al respecto, el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, expuso que “las principales causas de afectaciones al servicio eléctrico se deben al deterioro del sistema de generación y distribución de electricidad”. Además, anunció que en los próximos días comenzará a reestablecerse el servicio y apuntó a Estados Unidos como responsable de que el gobierno no pueda adquirir las maquinarias necesarias para estabilizar el sistema.

En fin, gran parte de la Cuba de hoy es consciente del valor de la Revolución Cubana, y también ha salido a la calle, pero para defender al gobierno cubano y a su Revolución. Por el contrario, otra parte de la población isleña, minoritaria, pero apoyada por una amplia y distorsionada difusión de las redes sociales, y, también hay que decirlo esta embestida contrarrevolucionaria no está solo conformada por jóvenes, sino por los mayores y sus añoranzas “del sueño americano” y “del estilo de vida americano”, muchos con familiares viviendo en Miami, que claramente apoyaron al gobierno de Donald Trump con sus votos, pues son militantes anti-Castro.  

Ahora es posible ver parte de lo que hay detrás de las recientes manifestaciones en Cuba, por las que el pueblo cubano ha salido a las calles, y también es posible afirmar que la mayoría del pueblo cubano ha tomado las calles, sí, pero para defender su Revolución, el más grande legado de Cuba a los pueblos del mundo que luchan por su emancipación. Las manifestaciones de solidaridad con Cuba han empezado a multiplicarse en América Latina y el Caribe, como ha dicho el presidente de México, López Obrador: “la verdad es que, si realmente se quisiera ayudar a Cuba, lo primero que se debería hacer es suspender el bloqueo a Cuba, como lo están reclamando la mayoría de los países del mundo”.

Eso sí sería un auténtico gesto humanitario. Mientras tanto, no solo para el pueblo cubano, sino para los pueblos del mundo, sepamos que el imperialismo es el mayor enemigo que afronta la humanidad. El imperialismo es el virus y actúa como tal.

Notas:

* Politóloga e internacionalista argentina venezolana.

Fuente: Colaboración

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