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Proyecto Trimarium: la importancia de Trieste en el enfrentamiento entre la OTAN y Rusia

Por Veronica Duranti* –
En la perspectiva de una posible guerra entre los países de la OTAN y la Federación Rusa, los países del Trimarium ocuparían una posición de crucial importancia para la logística de las operaciones militares.

Desde la existencia del Imperio de los Habsburgo, la posición de Trieste siempre se ha considerado estratégica. Con el Tratado de París de 1947 se estableció para Trieste el estatuto de zona franca internacional, pero el gobierno italiano, que según el Memorándum de Londres de 1954 es su administrador, nunca ha aplicado plenamente la extraterritorialidad y, de hecho, nunca la ha hecho accesible a toda la comunidad internacional, como exigiría el tratado de 1947. Tras una serie de acuerdos relativos a la creación del Territorio Libre de Trieste y de su puerto, llegamos al decreto de 2017 del Ministro de Infraestructuras y Transportes que regula la organización administrativa del Puerto Libre de Trieste, atribuyendo un amplio abanico de competencias a la Autoridad del Sistema Portuario.

Geográficamente, Trieste constituye, y siempre ha constituido, un nudo fundamental para la conexión de Mitteleuropa con los países balcánicos y el Mediterráneo y para el control del Alto Adriático. Esta posición hace del puerto franco (y de la ciudad de Trieste) una infraestructura estratégica tanto para la logística comercial como militar. Hay varios países interesados en el acceso y la explotación del puerto de Trieste. Desde el punto de vista comercial, Trieste debería haber sido un eje clave de la Ruta de la Seda china, antes de que Italia se retirara de la participación en el proyecto. Asume la misma centralidad en el proyecto, aún en fase embrionaria, como alternativa a la Ruta de la Seda de la Ruta del Algodón, un corredor comercial que une Europa con la India. Los intereses en juego en el control del puerto de Trieste son, por tanto, múltiples, tanto comerciales como militares, e implican no sólo a los países europeos y a Estados Unidos, sino potencialmente también a nuevos actores globales como Rusia y China y los países BRICS+.

Trieste y el proyecto Trimarium

La Iniciativa de los Tres Mares vio la luz en 2014, por iniciativa del presidente polaco Andrzej Duda y su homóloga croata Kolinda-Grabar Kitarovi? y en ella participan trece países (Austria, Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Grecia) de Europa Central, que se encuentran entre (y, por tanto, conectan) los mares Adriático, Báltico y Negro.

El centro de estudios estadounidense Atlantic Council, en cooperación con el centro de estudios polaco Central Europe Energy Partners, presentó el informe Completing Europe, un estudio sobre el desarrollo de las infraestructuras de transporte, comunicaciones y energía en toda Europa Central, en el que se destaca cómo el corredor Norte-Sur puede desempeñar un papel vital para garantizar el crecimiento económico, la seguridad energética, la conectividad digital y la logística en el marco de la cooperación transatlántica.

Por lo que respecta a la seguridad energética, el proyecto de los Tres Mares adquiere especial importancia en el contexto de la guerra con Rusia y la consiguiente necesidad de encontrar fuentes de energía alternativas a su gas. Entre las infraestructuras más importantes en la zona de los Balcanes y Europa Central figuran la terminal de GNL de ?winouj?cie (Polonia), cerca de la frontera polaco-alemana, y la terminal croata de la isla de Krk. En cuanto a interconexión energética, destacan la BRUA y el Baltic Pipe. El BRUA conecta Bulgaria, Rumanía (que se espera se convierta en el mayor productor europeo de gas natural en 2027), Hungría y Austria y, según el reciente Memorándum de Entendimiento entre Serbia y Rumanía, a partir del año que viene también Belgrado. El Baltic Pipe transporta gas de Noruega a Polonia a través de Dinamarca y ha sido reconocido de interés estratégico por la Unión Europea.

Otra área de cooperación y desarrollo de interés para los doce países es la interconexión digital y la ciberseguridad, un ámbito en el que la región entre los tres mares tendrá, según los analistas, una importancia estratégica en los próximos años. Con este objetivo, la Autopista Digital Trimarium pretende mejorar la transferencia de datos, incluyendo el 5G y la fibra óptica, y potenciar las comunicaciones.

En cuanto a la logística, las dos principales infraestructuras son la Via Carpathia y el Rail-2-Sea. La primera es una red transnacional de autopistas, cuya inauguración está prevista para 2025, que conectará Klaip?da (Lituania) con Tesalónica (Grecia), pasando por Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. El Rail-2-Sea es una infraestructura ferroviaria que unirá el puerto polaco de Gdansk con el rumano de Constanza y tendrá un uso tanto civil como militar.

El proyecto Trimarium, especialmente su componente logístico, fue fuertemente deseado y alentado por Estados Unidos. La guerra de Ucrania y el posterior sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 provocaron un deterioro progresivo de las relaciones entre Europa Occidental y la Federación Rusa y el deslizamiento del nuevo «Telón de Acero» hacia el Este. En este marco puede situarse la importancia estratégica de los países centroeuropeos para Estados Unidos en el mantenimiento de su posición hegemónica en Europa: constituyen un mercado no saturado en términos de tecnología digital y, por tanto, un mercado al que destinar inversiones a través de las cuales reforzar los lazos económicos recíprocos; están situados en una posición geográfica que actúa como amortiguador entre Rusia y Europa Occidental, y su control es también fundamental para expulsar a China de esa zona.

En la perspectiva de una posible guerra entre los países de la OTAN y la Federación Rusa, los países del Trimarium ocuparían una posición de crucial importancia para la logística de las operaciones militares.

En la geopolítica del espacio europeo entre los tres mares, Trieste desempeña un papel clave, con el proyecto del Corredor N3, que consiste en un triángulo que une Gdansk, Trieste y Constanța, concebido por Washington con vistas a reforzar el eje norte-sur de infraestructuras, para poder movilizar fuerzas a lo largo de la frontera longitudinal de la OTAN que va de Gdansk a Constanța y paralela a la línea del istmo europeo que va de Kaliningrado al puerto de Odesa.

Si desde el punto de vista económico y comercial Trieste representa el principal punto de tránsito hacia y desde el corazón industrial de Europa, uniendo el norte de Italia, Alemania, Austria, Suiza y Europa del Este, así como el puerto europeo más adecuado para conectar el Viejo Continente con el Indo-Pacífico, desde el punto de vista militar Trieste, como parte del corredor N3, tendría la función de remanso logístico y punto de tránsito de material bélico, sobre todo es capaz de albergar grandes buques gracias a su profundo fondo marino y tiene una posición de gran utilidad por su proximidad a la base USAF de Aviano.

Trieste en el choque por el multipolarismo: hipótesis de futuro

Trieste en el choque provocado por la crisis del unipolarismo estadounidense podría representar potencialmente un campo de tensión entre Estados Unidos y las potencias que se disputan la hegemonía mundial; la dualidad etnolingüística y los diferentes sentidos de pertenencia nacional, así como la impaciencia con que una parte de la población triestina vive la no realización del Territorio Libre de Trieste y la administración italiana del lugar, sumados a los factores geopolíticos e internacionales, podrían hacer de Trieste un foco de crisis en los próximos años.

Otra hipótesis, que tiene más probabilidades de realizarse, es la consolidación de Trieste dentro de la Alianza Atlántica, un aumento del control estadounidense sobre el puerto (proceso ya en marcha) y su militarización con vistas a un eventual enfrentamiento bélico con la Federación Rusa y el control del territorio balcánico (otro posible terreno para una guerra proxy entre Occidente y la Federación Rusa), convirtiéndolo en un nuevo frente de batalla e implicando directamente a la península italiana. Incluso en la hipótesis de que no se produjera un enfrentamiento directo de los países europeos con la OTAN y la Federación Rusa, la relevancia económica y geopolítica asumida por los países participantes en el proyecto Trimarium, aunque sólo fuera en la perspectiva de una «nueva guerra fría», Trieste y el control y acceso a su puerto asumen una importancia estratégica fundamental para los próximos años, incomparable a la que tuvo en décadas pasadas cuando el centro de los intereses militares y económicos de EEUU en Europa se había desplazado hacia Occidente.

*Veronica Duranti, escribe en lAntidiplomatico.

Artículo publicado originalmente en lAntidiplomatico.

Foto de portada: © Слово и Дело

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