Europa

¿Por qué parece que Viktor Orban ha desafiado a la UE para visitar Moscú?

Por Fyodor Lukyanov* –
El Primer Ministro húngaro decidió claramente que merecía la pena ofender a muchos de sus aliados para centrar la atención en la posibilidad de la paz.

La repentina aparición de Viktor Orban en Moscú esta semana demuestra lo firmemente atrincherados que están todos en sus posiciones. Algo que, en principio, es normal y natural se convierte en una sensación, incluso en un escándalo. La visita personal de un tercero a actores en conflicto, para explorar todas las posibilidades de resolución, es una práctica que no garantiza nada, no significa nada especial y es totalmente normal. Sin embargo, el fervor moralizador del orden internacional liberal considera inaceptable un enfoque tan probado. No se trata de resolver el problema, sino de castigar a los culpables.

El resultado final de la diplomacia itinerante de esta semana fue mucho ruido y pocas nueces, como demostró el resultado de los viajes del primer ministro húngaro.

Orban decidió utilizar su posición formal como jefe de la presidencia rotatoria de la UE para dar a sus visitas un aire de misión de mantenimiento de la paz y no de iniciativa personal. En Budapest se susurra que Orban debe de haber hecho entre bastidores algún trabajo preliminar con figuras clave de la UE. Sin embargo, es muy probable que no haya pasado nada de eso; simplemente se decidió y se puso en marcha.

Cabe señalar que no teme hacer movimientos arbitrarios; no tiene mandato, aunque sería mejor que tales cosas se acordaran de algún modo en el marco de la UE. Pero Orban, viendo lo que está ocurriendo en Europa Occidental (elecciones al Parlamento Europeo, las circunstancias en Francia y Gran Bretaña) y en Estados Unidos (el colapso de la campaña de Biden), aparentemente cree que no corre peligro. Y podría dar sus frutos en determinadas circunstancias. Como animal político curtido que es, intuye que todo ha salido mal y trata de aprovechar la ocasión para reforzar su posición, para intentar algo que nadie más ha sido capaz de hacer, y al diablo con ello.

Probablemente sea un error reducirlo todo a consideraciones egoístas, por si acaso surge algo. Orban lleva mucho tiempo diciendo que Europa está siendo arrastrada ciega e irreflexivamente, y sin comprender las realidades, al vórtice de una gran guerra, y que esto debe detenerse. Y su principal tarea es evitar que su país se vea arrastrado a una crisis peligrosa. Resulta bastante extraño tener que explicar siquiera que se trata de una postura razonable.

En cuanto a los resultados de las negociaciones, el propio Orban los resumió claramente: tras sus viajes a Kiev y Moscú, quedó claro que las posiciones de las partes están muy alejadas. Podría haber evitado viajar para averiguarlo, pero oírlo de boca de los caballos tiene su propio valor.

*Fyodor Lukyanov, redactor jefe de Russia in Global Affairs, presidente del Presidium del Consejo de Política Exterior y de Defensa y director de investigación del Club Internacional de Debate Valdai.

Artículo publicad originalmente en RT.

Foto de portada: El presidente ruso Vladimir Putin estrecha la mano del primer ministro húngaro Viktor Orban durante una reunión en el Kremlin © Sputnik

Dejar Comentario