La semana pasada analizamos cómo en el actual enfrentamiento y guerra por poderes entre la OTAN y Rusia, el bloque liderado por EEUU busca atacar a Moscú desde amplios y diversos flancos. Mencionamos a Kaliningrado, los Balcanes, el Ártico, el Caspio, Armenia y Bielorrusia como puntos de baja tensión, mientras que Rumanía, Moldavia, Transnistria, Georgia, Serbia y Kosovo como puntos de tensión calientes.
La región de Europa oriental o del este es uno de los territorios al cual el bloque otanista se encuentra apostando para crear un escenario de contención del avance ruso y chino en toda Europa pero también en latentes escenarios de desestabilización siendo causa y consecuencia la hipermilitarización de la región.
Moldavia y Transnistria se destacan debido a su importancia geoestratégica actual, por su cercanía al Mar Negro, por compartir frontera con Rumania y Ucrania, pero en especial por su cercanía a la región de Odessa.
Las tensiones entre Moldavia y Transnistria son bien aprovechables por el bloque otanista.
Transnistria se autoproclamó independiente de Moldavia en la década de 1990, durante el fin de la Unión Soviética. Actualmente mantiene buenas relaciones con Rusia que incluye la acogida de la misión rusa para el mantenimiento de la paz en el Dniéster, con más de 1000 cascos azules, además de poseer el estatus de garante y mediador en el proceso de negociación. Transnistria posee un poco más de 460 mil habitantes, de los cuales aproximadamente 220 mil son ciudadanos rusos.
En Moldavia, desde el ingreso de Maia Sandu como presidenta del país, la política ha cambiado de rumbo. Cortó vínculo con Moscú y afianzó la alianza con el bloque otanista mientras busca ingresar a la Unión Europea (UE).
La UE, “apéndice geopolítico de la OTAN”, como la llama el analista internacional Andrew Korybko, ha estado presionando a Moldavia en su búsqueda para unirse a la institución europea. Bruselas le otorgó el estatus de candidato a la UE.
En este sentido, uno de los guiños europeos hacia Moldavia incluyó la declaración de Transnistria como un «territorio de Moldavia ocupado por Rusia» por parte del Consejo de Europa.
Rumania le ha ofrecido a Moldavia la anexión de Chisinau a Bucarest como el camino más rápido y seguro para la incorporación de Moldavia a la UE. No obstante, esto no viene siendo tema de apoyo por parte de los dirigentes moldavos, a pesar de su cercanía y fuertes vínculos con los rumanos, debido a que se encuentran transitando un año electoral clave para Maia Sandu. Quien hace poco anunció que junto a las elecciones presidenciales se desarrollará un referéndum para consultar a los y las ciudadanas moldavas acerca del ingreso de Moldavia a la UE.
Parte de las exigencias de Bruselas a Moldavia incluyen cortar con el suministro energético ruso a través de Transnistria, lo que equivale a un gran porcentaje del consumo moldavo, y un motor económico para Transnistria. Algunos analistas creen que esta sería una forma de presionar a Transnistria para que abandone su “posición separatista” y expulse las tropas rusas. Por este motivo, la UE envió decenas de millones de euros para construir infraestructura y consolidar la conexión moldava a las redes energéticas europeas, construyendo líneas de alta tensión para conectarse con Rumanía, y de esta manera dejar de ‘financiar el separatismo en nuestro país’, dijo el ministro de Energía de Moldavia, Victor Parlicov.
Incluso, la UE envió una misión a Moldavia para “ayudar a contrarrestar la desinformación diseñada para debilitar las ambiciones de Moldavia en la UE”, según POLÍTICO.
Por supuesto, el punto más importante para hacer de Moldavia un punto de tensión y desestabilización es la militarización de la región.
En el caso de Rumanía, miembro pleno de la OTAN, se ha convertido en un país de paso fundamental para el envío de armamento de la OTAN a Ucrania, que incluye el proyecto de la “autopista de Moldavia”.
Las ambiciones de Rumania también se proyectan hacia el futuro, ya que se ha comenzado la construcción de la mayor base militar de la OTAN en suelo rumano, que superará a la Base Aérea de Ramstein, en Alemania. La instalación estará ubicada en el distrito de Constanza, a orillas del mar Negro y se estima que podrá albergar hasta 10.000 militares y sus familias.
En abril, Moldavia acogió el ejercicio militar JCET-2024 que tuvo como objetivo el entrenamiento conjunto e intercambio de experiencias entre las fuerzas especiales moldavas, rumanas y estadounidenses. Esto podría considerarse como un punto de violación al principio de neutralidad que posee Moldavia.
Incluso, Francia, con Macron a la cabeza, quien ya había anunciado su intención y decisión de enviar tropas a Ucrania, ya tiene tropas y tanques en Rumanía e incluso firmó, el 7 de marzo, un acuerdo de cooperación en seguridad y defensa con Moldavia en marzo.
Este acuerdo sucedió una semana después de que el Congreso de los diputados de la República Moldava Pridnestroviana (Transnistria) aprobara una resolución en donde solicitaba a Rusia «implementar medidas para proteger Transnistria en el contexto de la creciente presión por parte de Moldavia». Según el documento, Moldavia lanzó una guerra económica contra Transnistria, creando deliberadamente las condiciones previas para un déficit presupuestario multimillonario», en donde se incluye el bloqueo de suministros de medicamentos y equipos médicos con la “aspiración de destruir el sistema sanitario de Transnistria”.
Un día después del acuerdo entre Francia y Moldavia, el ministro de Defensa británico, Grant Shapps, se reunión con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky en Kiev, para mostrar públicamente su apoyo a Ucrania e informando que el “mayor paquete de ayuda militar hasta la fecha” fue proporcionado por el Reino Unido.
Según Stephen Bryen, ex director de personal del Subcomité de Oriente Próximo del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos y ex subsecretario adjunto de Defensa para Política”, hoy escribe en Asia Times, “Estados Unidos patrocina lo que denomina Diálogo Estratégico Moldavia-Estados Unidos en Chisinau”. Esto incluye cerca de 320 millones de dólares de EEUU en nueva asistencia económica, de seguridad y humanitaria para ayudar a Moldavia en especial en cuestiones como asistencia energética.
Bryen asegura también que “los alemanes están suministrando policías para reforzar la frontera con Ucrania. Alemania se unió a un proyecto patrocinado por la UE para “garantizar la seguridad” de Moldavia.
Sin olvidarnos de las amenazas de Macron de enviar tropas francesas a suelo ucraniano, que tanto revuelo provocó al interior de la OTAN y en Europa, según informes del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, unos 2000 franceses ya se encuentran en Rumania y en Moldavia.
De acuerdo a Stephen Bryen, “Francia también está activando unidades clave de su Legión Extranjera, muchas de las cuales actualmente están sin trabajo después de haber sido expulsadas de algunos países africanos. Según informes de prensa, es probable que 1.500 soldados de la Legión Extranjera Francesa sean desplegados en Ucrania o Moldavia, en mayo o junio”.
Hace pocas semanas el Ministerio de Defensa rumano presentó un proyecto de ley para permitir a las fuerzas armadas desplegarse en el extranjero en defensa de los compatriotas de su país. “Los países vecinos de Moldavia y Ucrania cuentan con minorías rumanas en su interior, algunas de las cuales tienen la ciudadanía rumana, como los 1,3 millones del primero. Partes de ambos constituían también la llamada «Gran Rumanía» durante el periodo de entreguerras”, explica el análisis editorial de Oriental Review.
“Rumania podría anexarse Moldavia con el pretexto de defender a sus compatriotas de las amenazas rusas que emanan de Transnistria, analiza Korybko. De esta manera, Moldavia y Transnistria podrían ser utilizadas como una “punta de lanza de una guerra más amplia”, finaliza el analista destacando que en este escenario es que el Ministerio de Defensa rumano presenta el proyecto.
Según, Drago Bosnic , analista geopolítico y militar independiente, “la OTAN está tratando de extender sus tentáculos a Moldavia, muy probablemente con la esperanza de arrebatarle Transnistria en algún momento. Esto abriría la puerta a una participación más directa en Ucrania, en particular en la estratégicamente importante región de Odessa. Sin embargo, si Moldavia alguna vez se convierte en miembro de la OTAN (ya sea mediante la unificación con Rumania o mediante la adhesión directa), esto pondría a la alianza beligerante directamente en curso de colisión con Rusia”.
Repetimos, Rusia tiene más de 1000 cascos azules y aproximadamente 200000 ciudadanos en Transnistria, por lo que es evidente que Rusia no se quedaría en silencio y quieto en caso de un posible ataque a Transnistria, aunque tampoco se encuentra en condiciones logísticas para llegar tan fácil a Transnistria, aún carece de una llegada directa por tierra hacia esa región. Ese “puente terrestre” que conectaría a las fuerzas armadas rusas con Transnistria es la región de Odessa.
“Sin el control sobre Odesa, la OTAN no puede tener proyección de fuerza en la región del Mar Negro ni esperar resucitar a Ucrania como un puesto avanzado antirruso. Tampoco puede la OTAN avanzar hacia el Transcáucaso y el Caspio (frontera con Irán) y Asia Central sin dominar la región del Mar Negro”, explica Bhadrakumar.
El experto también explica que “por las mismas razones, Rusia tampoco puede permitirse ceder la región del Mar Negro a la OTAN. Odesa es un eslabón vital en cualquier puente terrestre a lo largo de la costa del Mar Negro que conecte el interior de Rusia con su guarnición en Transnistria, Moldavia (que EE.UU. tiene en el punto de mira como posible miembro de la OTAN.) De hecho, la seguridad de Crimea estará en peligro si fuerzas hostiles se establecen en Odesa. (El ataque al puente de Kerch en octubre de 2022 se organizó desde Odesa)”.
Otro punto de importancia de la región de Odessa, además de ser un lugar ideal para atacar barcos en el Mar Negro (e incluso a Crimea), radica en que forma parte escencial en el corredor norte-sur haciendo posible la conexión entre Mar Bálitco (actual lago privado de la OTAN) y el Mar Negro (territorio en disputa).
En abril de 2022, poco después de iniciada la Operación Militar Especial rusa en Ucrania, el Ministerio del Interior de Transnistria informó que drones provenientes de Ucrania sobrevolaron Cobasna y que se realizaron disparos en la zona. Ucrania acusó a Rusia de operación de falsa bandera o incluso a la misma Transnistria.
Cobasna es conocida por albergar un almacén de municiones de origen soviético, considerado uno de los polvorines más importantes de Europa.
No sería el último ataque ni la última acusación cruzada.
El 17 de marzo, el Ministerio de Seguridad del Estado (MGB) de Transnistria informó de un ataque con drones contra una base militar local en la capital, Tiraspol. No hubo víctimas, pero en la base estaban estacionados helicópteros militares de las Fuerzas Armadas de Transnistria. Según el MGB, el dron llegó desde el puente Clover, en la frontera con la región ucraniana de Odessa.
Este ataque se dió días después de la visita del ministro de Defensa británico, Grant Shapps a Kiev, a la que diversos expertos no atribuyen como una mera casualidad.
El último ataque informado por Transnistria fue el 6 de abril contra una unidad militar cercana a la frontera con Ucrania. El objetivo fue una estación de radar, sin víctimas. Y, aunque desde Transnistria no se atribuyó la responsabilidad del ataque a ningún actor, si se puso énfasis en que se trata de un ataque enmarcado en un patrón de provocaciones con el objetivo de crear pánico y tensión en Transnistria.
“Empezar la Tercera Guerra Mundial por Transnistria suena absurdo, por lo que ni Rusia ni la OTAN se arriesgarían a ello, pero cada una podría intentar infligir un daño importante a la reputación de la otra en caso de que Occidente actuara primero autorizando a Moldavia y/o Ucrania, apoyadas por Rumanía, a capturar esa región. La OTAN podría considerar esto como «fruta madura» que podría levantar la moral de Occidente en este difícil momento, mientras que Rusia podría poner a prueba el Artículo 5, como se ha explicado anteriormente, si no espera una represalia directa y abrumadora”, explica Korybko.
De acuerdo a Bryen, “Moldavia por sí sola no tiene ninguna importancia estratégica. Sin embargo, podría ser una zona de reagrupamiento y un punto de partida para una estrategia dirigida a la ciudad meridional ucraniana de Odesa y, tal vez, a Crimea, anexionada por Rusia. Lo que parece estar gestándose en Europa es una especie de Plan B: en esencia, qué hacer si el ejército ucraniano se derrumba. Los especialistas europeos y algunos funcionarios opinan cada vez más que los días de Ucrania como entidad independiente pueden estar llegando a su fin”.
No debemos quitarle el ojo a esta región que involucra un pais desgastado por la guerra (Ucrania); un actor de la OTAN con muchisimas ganas de participar en la misión otanista (Rumania); un país con tensiones históricas internas tanto con Rumania como con Transnistria y Gagaúzia (Moldavia); a Transnistria con una fuerta resistencia soberana y con fuertes vinculos con el principal enemigo de la OTAN (Rusia); ubicado en una zona estratégica (Mar Negro) y en una región sumamente importante en el enfrentamiento actual para todos los actores involucrados (Odessa).
*Micaela Constantini, periodista, parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: mapcreator.io
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