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Polonia: la crisis de los drones expone la disputa estratégica en Europa

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
El derribo de drones en territorio polaco abrió una nueva escalada en Europa. Tusk respondió con consultas a Bruselas y a la OTAN, mientras que Nawrocki buscó encauzar el incidente bajo control nacional y en coordinación directa con Washington, dejando en evidencia las dos orientaciones estratégicas que conviven hoy en Varsovia.

Tras el derribo de los drones, aún a confirmar de propiedad ‘rusa’, por parte del gobierno polaco, el 10 de septiembre, se desató una nueva agitación europea.

En menos de diez días, el bloque belicista de las élites europea y la OTAN construyeron un nuevo despliegue militarista y consolidaron la retórica de que la seguridad de Europa central y los bálticos es inherente a la seguridad de Europa occidental. Pero también volvió a mostrar su rol de subordinado.

Mientras, Polonia persigue sus propios intereses y ambiciones. Incluso desde un gobierno que hace cohabitar a globalistas liberales proUE, con Tusk (Plataforma Cívica) como primer ministro, con conservadores nacionalistas críticos de la UE, con Nawrocki (Partido Ley y Justicia) como presidente, Polonia mantiene el rumbo a convertirse en la potencia militar que lidere Europa central y de la región oriental.

Aún cuando ambos gobiernos comparten una mirada antirusa, las diferencias entre Tusk y Nawrocki radican, entre muchos otros puntos, en que el gobierno globalista liberal se alinea con los intereses de las élites belicistas de Bruselas, esto implica por ejemplo proyectar el envío de tropas polacas a suelo ucraniano o acompañar a la construcción de un ejército europeo; mientras que el gobierno conservador nacionalista de Nawrocki no acata ciegamente las directrices de Bruselas y se enfoca en desarrollar su liderazgo bajo el ala estadounidense. El gobierno de Tusk alineado a la élite globalista de la CE acompaña al proyecto militarista alemán en la región, mientras que el gobierno de Nawrocki disputa el liderazgo con Berlín.

Polonia, ambiciones y poder dual

La crisis de los drones en territorio polaco ha reflejado que Varsovia no es un simple satélite obediente, sino que se trata de un gobierno dual en un país donde dos élites intentan trazar proyectos estratégicos contrapuestos. En Polonia se desarrolla el choque entre la élite globalista-belicista de Bruselas/Alemania y los conservadores nacionalistas.

La primera reacción de Tusk ante la crisis de drones fue exponerla como un ataque “no solo contra Polonia, sino contra Europa en su conjunto”, validando el discurso de Bruselas en donde la seguridad de Europa central y oriental es inseparable a la de Europa occidental, es decir, estableciendo un enemigo común y un territorio continental bajo amenaza que requiere de una seguridad conjunta. Luego organizó maniobras militares en la frontera con Bielorrusia, que sucedían a la par de los ejercicios Zapad entre Bielorrusia y Rusia, y el cierre completo de las fronteras con Minsk y Kaliningrado.

De esta manera, Tusk intentó mostrar la crisis de los drones como un conflicto internacional bajo el discurso de “amenaza a la seguridad europea”, focalizándose en fortalecer el eje de coordinación con Alemania y Francia. Activó el artículo 4 de la OTAN, inició contacto inmediato con la CE y con el Servicio Europeo de Acción Exterior. Utilizó esta crisis para marcar la urgencia de avanzar en proyectos como la Iniciativa de Defensa Aérea Europea, liderada por Alemania. De esta manera, Tusk refuerza el relato de la CE legitimando la militarización a la vez que busca justificar la integración a proyectos de defensa europeos, en donde Polonia no es un actor independiente ya que responde a los proyectos alemanes, pero continúa ubicando a Varsovia como pieza clave del flanco oriental dentro de la UE y la OTAN. Sin embargo, este alineamiento con la integración belicista europea no quita que Tusk también mantenga los buenos vínculos con Washington.

Por su parte, Nawrocki reaccionó ante la crisis de drones como una situación nacional. Convocó al Consejo de Seguridad Nacional focalizándose en una coordinación interna como “una prueba de nuestras capacidades” evitando elevar el incidente a un plano regional o actuar impulsivamente a comprometerse con proyectos externos. Nawrocki siguió la línea antirusa de condena al ataque, al igual que Tusk, pero resistiéndose a que Bruselas capitalice políticamente la crisis para ampliar su control. Nawrocki prioriza un enfoque autónomo en lo que respecta a Bruselas, pero bajo la alianza directa con EEUU.

Mientras Tusk se aferró al grupo belicista europeo avalando y acompañando los proyectos que esta élite tiene sobre Ucrania, incluyendo insistiendo en elevar el conflicto al plano europeo, coordinando con Bruselas y planteando incluso el envío de tropas polacas a Ucrania o la creación de un ejército europeo bajo liderazgo franco-alemán; Nawrocki, aunque comparte la posición antirusa y respalda a Kiev, rechaza comprometer tropas polacas en el frente y prefiere que el país funcione como plataforma logística y defensiva para el paso de armamento hacia Ucrania, priorizando su rol dentro del paraguas de la OTAN y bajo la alianza estratégica con Estados Unidos. Para Nawrocki, Polonia debe construir su propio liderazgo militar regional, sin subordinación automática a Bruselas ni a Zelensky, apoyando a Ucrania solo en la medida en que refuerce la posición polaca en el flanco oriental.

Tusk, en su búsqueda por reforzar el vínculo de Polonia con Bruselas y la OTAN, utiliza esta crisis de drones para ubicarse dentro del proyecto de la arquitectura de defensa europea. Mientras que Nawrocki intenta controlar el rearme polaco articulado en el marco de la OTAN/EEUU, sin Bruselas, por lo que busca consolidar la alianza militar con Washington en lugar de integrarse a proyectos europeo de armamentos.

Tusk busca alinearse con Alemania en los proyectos militaristas europeos, mientras que Nawrocki se opone a una alianza con Alemania que lleve a Polonia a estar a la sombra de Berlín en defensa y energía. Tusk, respondiendo a los intereses globalistas liberales y belicistas se enfoca en ubicar a Polonia como una pieza clave de la arquitectura militar europea bajo el ala alemán. Nawrocki, correspondiente a la política del PiS, también atlantista, sirve a los intereses estratégicos de Trump de disputa contra el globalismo, así busca consolidar a Polonia como potencia líder militar en Europa central con apoyo de Washington. 

En este sentido, en una entrevista exclusiva con LRT, el 10 de septiembre, Nawrocki, respondió sobre la reunión que tuvo con Trump días previos. 

“El presidente Trump también es consciente del importante papel que desempeña Polonia en Europa Central. Contamos con el ejército más fuerte, pero también destinamos la mayor parte —hasta un 4,7 % del PIB— a las fuerzas armadas y su desarrollo. El presidente Trump, durante una conversación pública, afirmó que no hay planes para modificar el potencial de las fuerzas estadounidenses en Polonia, y creo que esta es una buena noticia para toda la región. Nosotros, como polacos, y yo como presidente de Polonia, somos conscientes de nuestra responsabilidad sobre regiones enteras de Europa Central, incluidos los Estados Bálticos y Lituania. Gracias a esta visita y a nuestra cooperación, sentimos que también estamos desarrollando nuestro potencial militar de forma solidaria, con apoyo transoceánico”.

También estableció dos puntos geopolíticos clave que resultan estratégicos para ambos poderes en disputa: el mar Báltico y el corredor suwalki. “Sabemos que parte de la guerra híbrida es la cuenca del mar Báltico. Sabemos que nuestras fronteras también sufren presión migratoria. Al mismo tiempo, somos responsables de la importantísima zona del paso de Suwałki, de la que son responsables polacos y lituanos”, afirmó Nawrocki.

Nawrocki fue elegido en junio y asumió en agosto. Tras ser electo en junio brindó una entrevista a un medio húngaro en donde describió las prioridades de Polonia en Europa Central y Oriental. Afirmó que “Polonia se convertirá en un país ambicioso que definirá su futuro mediante grandes proyectos, como el nuevo aeropuerto central y el centro de transporte”, haciendo referencia también a megaproyectos de larga data como corredores ferroviarios, puertos, redes de autopistas, todos vinculados a la Iniciativa de los Tres Mares (3SI).

La 3SI es un proyecto regional, que indistintamente del gobierno de turno, ha sido proyecto estratégico de Polonia ya que lidera la iniciativa entre todos los Estados de Europa central y oriental. Recordemos que los Tres Mares (Negro, Báltico y Adriático) constituye una región geopolítica de alta conveniencia y utilidad para el eje EEUU/OTAN/Reino Unido frente a sus objetivos de contener el avance y desarrollo del proyecto euroasiático en toda Europa.

Países de la Iniciativa Tres Mares: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Austria, Croacia, Rumanía y Bulgaria. Fuente: Gráficos MKA / Shutterstock.com

Actualmente esta región posee claras tensiones relacionadas a la política de los países respecto a la crisis ucraniana que incluye los vínculos con Moscú. En este sentido, Nawrocki busca revitalizar el Grupo de Visegrado como plataforma de liderazgo regional e integrarlo al marco del B9 (foro formado por los países del flanco oriental de la OTAN), proyectando a Polonia como eje de la defensa colectiva en Europa Central. Sin embargo, este objetivo se ve limitado por las posiciones divergentes de sus socios, Hungría, Eslovaquia y Chequia que no acompañan ciegamente las posturas antirusas de la UE generando tensiones internas que dificultan la agenda polaca.

“El hilo conductor que une estas prioridades es la 3SI, ya que todas están relacionadas con ella de alguna manera: los megaproyectos de conectividad son su razón de ser; los Nueve de Bucarest y el Grupo de Visegrado, dentro de ella, se solapan con la mayoría de los estados de la 3SI; y Ucrania es miembro asociado. Por lo tanto, la principal prioridad de la política exterior de Nawrocki probablemente se centrará en la expansión, el fortalecimiento y la securitización de la 3SI, esto último a través de los proyectos de logística militar dual que optimizarán el  «Schengen militar» de la OTAN”, describió el analista geopolítico Andrew Korybko tras la victoria de Naworocki en junio.

En este sentido, el EEUU de Donald Trump, explica el experto, “no solo busca convertir la 3SI en un bastión regional contra Rusia, sino también agrupar a un grupo de países conservadores-nacionalistas de Europa Central y Oriental que sirvan de contrapeso a los globalistas liberales de Europa Occidental dentro de la UE y que estos países dividan Europa Occidental y Rusia”.

Mientras Alemania comienza a hacerse fuerte avanzando sobre su plan estratégico de convertirse en la potencia militar europea, Polonia ya viene desde hace varios años consolidando este proyecto.

En Alemania, Scholz creó un fondo especial de modernización de la Bundeswehr de 100 mil millones de euros. Merz propuso una reforma constitucional para que el gasto en defensa que supere el 1 % del PIB quede exento de la restricción constitucional alemana que limita el endeudamiento público, con el plan de aumentar progresivamente el gasto militar hasta aclanzar el 3,5%. Merz también anunció la creación de un fondo de 500 mil millones de euros para infraestructura crítica, modernización militar y fortalecimiento de la cadena logística de defensa. 

De hecho, en mayo de este año Alemania inició el primer despliegue militar permanente fuera de sus fronteras desde 1945, con la instalación operativa de la 45.ª Brigada Blindada “Lituania” en la zona de los Bálticos. Así, Merz, busca afirmar su liderazgo militar europeo en el marco de la OTAN planificando una “nueva era” para la Bundeswehr, a la vez que reafirmó su aspiración de convertirla en la principal fuerza militar convencional de Europa.

No obstante, tras el cambio de gobierno estadounidense con Trump y el ingreso de Nawrocki a la presidencia polaca, estos planes comenzaron a dar un giro. Cuando Vance realiza su discurso frente a los europeos y los amenaza con la retirada militar de EEUU de la región, nombra a Polonia como “el aliado modelo en el continente”. 

Merz anunció que su proyecto es convertir a la Bundeswehr en “el ejército convencional más fuerte de Europa”, asumir mayores responsabilidades dentro de la OTAN y “hacer lo necesario” para la defensa europea. Pero, Polonia viene trabajando hace largos años para convertirse en una de las fuerzas militares más importantes de Europa. 

Durante el 2022 Polonia se destacó en Europa debido a su enorme avance estratégico. Desde su liderato en la Iniciativa de los 3 Mares, el lanzamiento del gasoducto Baltic Pipe, el acuerdo para la construcción de tres reactores nucleares, sus estrechos vínculos con Reino Unidos o su enfrentamiento constante contra Alemania, hasta la enorme compra de armamentos a Corea del Sur

En 2022 las Fuerzas Armadas polacas dieron un salto histórico con la Ley de Defensa de la Patria, que elevó el gasto militar al 3% del PBI, creó un fondo de apoyo adicional y proyectó un Ejército de 300.000 soldados. A la par, la presencia de más de 10.000 efectivos estadounidenses convirtió a Polonia en tener las primeras fuerzas estadounidenses estacionadas permanentemente en el flanco oriental de la OTAN, con despliegues permanentes, brigadas blindadas, baterías Patriot y cazas F-15. Varsovia firmó acuerdos estratégicos con Washington, incluida la compra de más de 350 tanques Abrams, avanzó con la instalación del sistema antimisiles Aegis Ashore y selló un mega-contrato con Corea del Sur para tanques K2, obuses K9 y aviones FA-50, consolidando tanto la modernización de sus fuerzas como la expansión de su industria militar.

De hecho, los datos de la OTAN en 2024 ubican a Polonia como el tercer ejército más grande de la OTAN, y el más grande de la alianza en Europa. 

De acuerdo a la RAND Corporation, “se estima que, en 2025, Polonia destinará aproximadamente el 4,7 % de su producto interior bruto a la defensa nacional, una parte considerable de la cual se destinará a Estados Unidos en contratos de armamento. A finales de 2024, las Fuerzas Armadas polacas contaban con 205.000 soldados; aún está por verse si los esfuerzos acelerados de reclutamiento de Polonia pueden generar un aumento de casi el 50 por ciento en el personal para llegar a 300.000 en 2035.

En el informe de 2024 del Ministerio de Defensa Nacional polaco se describió al Programa Nacional de Disuasión y Defensa, más conocido como “Escudo oriental” o “Escudo del este”, como el “el programa más grande e innovador para la defensa de las fronteras orientales”, integrando “las fortificaciones polacas con los esfuerzos de defensa de los Estados Bálticos, formando una línea de defensa báltica”. Es decir, fortificando las fronteras con Bielorrusia y el territorio ruso Kaliningrado.

En enero de este año, una declaración conjunta entre EEUU y Polonia, destaca que basándose en una inversión de miles de millones de dólares, Varsovia se ha consolidado como el pilar estratégico de la OTAN en Europa Oriental y el principal destino de la exportación de defensa estadounidense en la región. Este esfuerzo de modernización, valorado en más de 20.000 millones de dólares solo en contratos intergubernamentales activos (FMS), incluye la adquisición de sistemas clave como los cazas furtivos F-35A, los tanques M1A2 Abrams, los lanzacohetes HIMARS y una solicitud formal de 96 helicópteros de ataque AH-64E Apache por un valor superior a 7.000 millones de dólares, lo que convertiría a Polonia en la segunda flota de Apaches más grande del mundo. 

Complementando estas compras masivas, Estados Unidos ha autorizado adicionalmente más de 1.200 millones de dólares en ventas comerciales directas (DCS) y ha destinado 288 millones en financiamiento militar exterior (FMF) específicamente para fortalecer las capacidades defensivas polacas y apoyar su rol crucial en la asistencia a Ucrania, todo ello en respuesta directa a la política antirusa. Esta asociación se refuerza con una inversión continua en interoperabilidad y formación, con 34 millones de dólares en asistencia para seguridad y 1,76 millones en programas de educación militar (IMET), cementando una alianza militar integral y sin precedentes.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el viceprimer ministro polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, brindaron una conferencia de prensa conjunta en febrero de 2025, en donde el polaco aseguró: “queremos ser un centro de servicio que se utilice para el equipo estadounidense que utilizan nuestros aliados a lo largo de la frontera oriental de la OTAN”.

Hegseth reiteró: “vemos a Polonia como un aliado modelo en el continente, dispuesto a invertir no solo en su defensa, sino también en la nuestra y la del continente. Polonia, un socio estratégico de primera línea en el flanco oriental de la OTAN. Polonia, un aliado fiel de EEUU. Polonia lidera con el ejemplo en muchos aspectos, incluyendo el gasto en defensa y el fortalecimiento de la preparación militar polaca”.

UE y EEUU

Tal como lo hemos mencionado anteriormente, la crisis de los drones a servido al grupo belicista globalista europeo, para validar, legitimar y avanzar sobre la militarización hacia el este europeo y el aumento del gasto militar; reafirmar la narrativa antirusa del enemigo común europeo; y como nuevo argumento para socavar el avance de las negociaciones entre EEUU y Rusia por Ucrania. 

El mismo día que Polonia derriba los drones y acusa a Rusia, la presidenta de la CE, Úrsula von der Leyen declaró a los legisladores europeos en su discurso sobre el Estado de la Unión: “no cabe duda: el flanco oriental de Europa mantiene a toda Europa segura, desde el mar Báltico hasta el mar Negro. Por eso debemos invertir en apoyarlo mediante una Vigilancia del Flanco Oriental”.


“Esto significa dotar a Europa de capacidades estratégicas independientes. Debemos invertir en vigilancia espacial en tiempo real para que ningún movimiento de fuerzas pase desapercibido. Debemos atender el llamamiento de nuestros amigos bálticos y construir un muro antidrones”, añadió von der Leyen.


Incluso, días previos a su discurso sobre el Estado de la Unión, von der Leyen realizó una gira visitando Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia y Polonia.

Otra respuesta rápida de von der Leyen ante la crisis de drones en Polonia fue el anunció de que la UE entrará en la llamada Alianza de Drones con Ucrania y adelantará 6.000 millones de euros de la Aceleración Extraordinaria de Ingresos (ERA) liderada por el G7. 

Por su parte, dos días después del derribo de drones en suelo polaco, la OTAN anunció la puesta en marcha de una nueva iniciativa de defensa denominada Eastern Sentry (Centinela del Este), cuyo objetivo sería reforzar la seguridad del flanco oriental de Europa. Países como Alemania, Dinamarca, España, Francia y Reino Unido se han apresurado a sumarse a esta iniciativa.

Mientras tanto, Trump tuvo una respuesta ambigua y sin tanto interés ante la crisis de los drones, pero fue muy claro el 15 de septiembre cuando presionó y chantajeó a los europeos asegurando que estaba dispuesto a imponer sanciones contra Rusia, pero sólo con la condición de que Europa deje de comprarle petróleo a Rusia. Imposición a la que se le sumó otra condición de la introducción de aranceles de importación del 50 al 100 % a China. Supuestamente, Trump quiere castigar el apoyo económico de Pekín a Moscú, aunque lo que más se evidencia es el trato de EEUU hacia Europa, un trato de amo a subordinado. 

De hecho, la CE postergó el décimo noveno paquete de sanciones contra Rusia para intentar presionar a Eslovaquia y Hungría para que “reduzcan su dependencia del petróleo ruso”.

Parte de las medidas adoptadas por Tusk tras la crisis de drones, mencionamos el cierre de la frontera con Minsk que fue interpretado por algunos analistas como una suerte de imposición de aranceles moderados.

El periodista Dante Barontini informó que Piotr Krawczyk, exdirector de la Agencia de Inteligencia Exterior de Polonia, aseguró que “Washington está más que contento de ver las rutas cerradas, al menos temporalmente, porque presionaron a la Unión Europea para que impusiera aranceles adicionales a China debido a las exportaciones rusas de petróleo y gas a ese país”. “También estoy bastante seguro de que los estadounidenses sonríen y apoyan al gobierno polaco para que no se apresure a reabrirlas, al menos no a corto plazo”.

Korybko explicó que TVP, medio poloco financiado con fondos públicos, informó que “el cierre de la frontera de Polonia con Bielorrusia descarrila una ruta de exportación china de 25 000 millones de euros”, que, según estimaciones, representa el 3,7 % del comercio bilateral. El crecimiento del 1,6 % con respecto al año pasado se debió a las exportaciones chinas a la UE a través del comercio electrónico, gracias a la reducción de los tiempos de envío en comparación con el transporte marítimo. Por lo tanto, el aumento de los costes asociados a esta medida, tanto en términos de coste como de tiempo, tendrá un impacto mínimo en el comercio, pero podría ser perceptible en ese sector si la frontera permanece cerrada.

Dado que no se espera que Europa cumpla con la propuesta de Trump debido a su efecto contraproducente desde el punto de vista económico, el cierre de la frontera bielorrusa por parte de Polonia representa solo una barrera no arancelaria insignificante para una fracción del comercio entre China y la UE. Lo máximo que Polonia podría ganar es mantener la buena disposición de Estados Unidos con la esperanza de que al menos mantenga sus tropas allí en lugar de reducirlas, como algunos han  informado  que podría hacer. Sin embargo, la contrapartida es que Polonia podría perder aún más la buena disposición de la UE y, por lo tanto, profundizar las divisiones internas del bloque”, concluye Korybko.

Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: El primer ministro polaco, Donald Tusk (izquierda), y el presidente de Polonia, Karol Nawrocki (derecha), en una reunión a finales de agosto de este año.Kacper Pempel/REUTERS

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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