Análisis del equipo de PIA Global Europa

Persiste el intento del ‘maidán georgiano’

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
Georgia es otro punto de tensión y desestabilización europea, otro país que paga el precio del guerrerismo del globalismo atlantista que viene perdiendo terreno y que ve peligrar su posición actual de poder en la región.

No es la primera vez que el país caucásico se encuentra en proceso de desestabilización ni tampoco es la primera vez que demuestra una audaz resistencia. Hace muchos años que la posición geopolítica y geoestratégica de Georgia lo ubica en el punto de mira del bloque occidental.

El globalismo atlantista se sostiene principalmente a partir de la guerra en Ucrania como foco activo, por lo que la victoria de Trump y un posible proceso de negociación hace temblar a las estructuras de este grupo arraigado en la región europea, en especial en las instituciones de la Unión Europea. 

El globalismo atlantista europeo está centrado en la alianza entre EEUU y Europa a partir de la OTAN, por lo que su principal eje de interés es la defensa y seguridad frente a quienes considera sus enemigos. Todo gira alrededor de los intereses estadounidenses en este proyecto, enfocados en la seguridad, libre mercado y el discurso del orden basado en normas y valores occidentales. Este es un punto esencial al momento de entender los eventos en Georgia.

El principal discurso opositor georgiano se enfoca en asegurar que el interés del país es perseguir el camino euroatlántico acusando al gobierno de ser proruso, un discurso que se repite exactamente igual en otras partes de Europa. En el caso de Georgia, el actual gobierno, reelegido en octubre, es acusado de proruso por parte de la oposición por su negativa de acatar las órdenes de Bruselas para sancionar a Rusia y por la propuesta y aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros.

El globalismo atlantista ha logrado imponer el discurso rusófobo que le ha servido para justificar las principales decisiones para cumplir su objetivo de cortar los vínculos eurorusos y euroasiáticos, como las sanciones contra Rusia, el aumento en el gasto de defensa, la hipermilitarización de la región, la expansión de la OTAN, incluso las propias consecuencias que llevaron a Europa a las múltiples crisis que atraviesa. Es probable que ante la victoria de Trump, esta rusofobia sea alentada por el bloque atlantista utilizando discursos como que Rusia desea continuar invadiendo otros países europeos.

Hace mucho que Georgia es escenario de tensiones y este año se han acentuado a partir de la Ley de Agentes Extranjeros y más recientemente por los resultados de las elecciones parlamentarias en octubre en donde Sueño Georgiano logró su reelección. Pero además, teniendo en cuenta que este 14 de diciembre se estará eligiendo al nuevo/a presidente.

De hecho, vale la pena recordar que las elecciones de octubre fueron las primeras celebradas luego de la reforma constitucional de 2017, una reforma impulsada y requerida dentro de lo exigido por la Unión Europea y que Georgia logró como parte del proceso de adhesión a la Comunidad.

En dicha reforma se estableció que el presidente ya no será elegido mediante el voto directo de la población sino que será a partir del colegio electoral mediante votación abierta y sin debate. El Colegio electoral cuenta con 300 miembros que incluirán a los miembros de los máximos órganos representativos del Parlamento de las repúblicas autónomas de Georgia, Abjasia y Adjara, así como a los miembros de los órganos representativos de los gobiernos autónomos locales, que serán nominados por los partidos políticos en de acuerdo con los escaños determinados por la Comisión Electoral Central con base en la ley orgánica.

La actual presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, quien en su rol ceremonial y representativo, por Constitución debe mantener un papel imparcial como Jefe de Estado, representando los intereses de la nación en su conjunto y no de un partido político o grupo específico, es una de las principales agitadoras e incentivadoras de las protestas de la oposición. En esta ocasión y en las anteriores. Recordemos que cuando se estaba votando la Ley de Agentes Extranjeros en el Parlamento georgiano en 2023, Zurabishvili llamaba a las movilizaciones directo desde New York con la estatua de la libertad de fondo.

Tras las elecciones de octubre, es casi seguro que la presidenta no sea reelegida, por lo que Zurabishvili, quien no reconoce el resultado, ya anunció que no dejará su puesto como presidenta. “Sigo siendo su Presidente: no hay un parlamento legítimo y, por lo tanto, no hay elecciones ni inauguraciones legítimas. Mi mandato continúa”, twitteó y aseguró en varias entrevistas.

Incluso, Zurabishvili había presentado una demanda ante el Tribunal Constitucional solicitando que se declararan inconstitucionales los resultados finales de las elecciones parlamentarias. No obstante, el Tribunal Constitucional de Georgia rechazó las demandas presentadas por la presidenta y representantes de los partidos de oposición nacional. La sentencia es definitiva y no puede ser apelada ni revisada.

La nueva escalada de protestas comenzó cuando el primer ministro, perteneciente a Sueños Georgiano, Irakli Kobajidze, anunció el 28 de noviembre que no incluirán “en el orden del día la cuestión de la apertura de negociaciones con la Unión Europea hasta finales de 2028. Además, hasta finales de 2028 rechazamos cualquier subvención presupuestaria de la Unión Europea”. Esto se difundió por parte de la oposición, las ONGs y los grandes medios de comunicación locales y regionales como la suspensión de las negociaciones. 

Por supuesto que esta difusión no fue un error de comprensión, sino más bien una decisión intencional para instigar a las protestas y seguir profundizando el argumento de que Sueño Georgiano y su primer ministro son proruso.

Sin embargo, Kobajidze, jamás anunció la suspensión o cancelación de las negociaciones, de hecho aclaró en reiteradas oportunidades que continúa y confirma “nuestro compromiso con los valores europeos tradicionales y el rumbo europeo de Georgia. Además, confirmamos una vez más nuestra disposición a cumplir más del 90 por ciento de las obligaciones estipuladas en la Agenda de Asociación y el Tratado de Libre Comercio hasta 2028. El cumplimiento de las obligaciones mencionadas es el camino hacia la plena integración de Georgia en la Unión Europea. Ayer confirmamos una vez más al público que para 2030 Georgia estará más preparada que todos los países candidatos para unirse a la Unión Europea”.

La decisión del primer ministro de no incluir en el orden del día la cuestión de la apertura de negociaciones con la Unión Europea hasta finales de 2028 y el rechazo a las subvenciones se dió como respuesta a la decisión del Parlamento Europeo de declarar inválidas las elecciones parlamentarias de octubre, alegando que «no representan de manera fiable la voluntad del pueblo georgiano», y solicitó que se celebren nuevas elecciones dentro de un año, bajo supervisión internacional. 

Además, se debe sumar que la UE ya había decidido congelar el proceso de solicitud de membresía de Georgia en junio después de la aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros por parte del Parlamento georgiano.

El primer ministro de Georgia argumentó contundentemente que “la apertura de negociaciones se utiliza como herramienta para chantajear a nuestro país y dividir a la sociedad”.

“Teniendo esto en cuenta, eliminar temporalmente la cuestión de la apertura de negociaciones de nuestra agenda tendrá el único resultado práctico: nadie utilizará esta cuestión para chantajear al país y dividir a la sociedad”, explicó Kobakhidze en una rueda de prensa el 29 de noviembre.

“Lo mismo se aplica a la denegación de subvenciones presupuestarias. Las subvenciones del presupuesto de la UE, que representan alrededor del 0,2 por ciento del presupuesto del país, se han utilizado recientemente activamente para chantajear a nuestro país. De cara a las elecciones parlamentarias de 2024, el tema de la financiación también se utilizó para intentar influir en los resultados electorales. En este contexto, la denegación de subvenciones presupuestarias tendrá el único resultado práctico: nadie podrá utilizar esta cuestión para chantajear al país y dividir a la sociedad”, explicó el mandatario.

Al día siguiente, y con las protestas aún en las calles, Kobakhidze volvió a brindar una rueda de prensa en donde recordó que su decisión es la de continuar por el camino de la integración europea, pero que no va a permitir la “ucranización de Georgia” que intentan “los burócratas europeos” con la utilización del estatus de candidato buscando “la polarización en Georgia y utilizando a la sociedad como una población artificial”.

Ayer todos volvieron a estar convencidos de que «Natsmaidan» no puede celebrarse en Georgia.

Irakli Kobajidze, Primer Ministro de Georgia.

“Los radicales y sus patrocinadores extranjeros siempre están tratando de inventar una excusa para intentar perturbar el país y ucranizar Georgia. Todavía no se han dado cuenta de que, a diferencia de Ucrania en 2013, Georgia es un Estado independiente con instituciones fuertes y, lo más importante, gente experimentada y sabia, cuya fuerza nadie puede sacudir. El escenario «Maidna» no se puede implementar en Georgia. Georgia es un Estado y el Estado georgiano no lo permitirá”, aseguró el primer ministro.

Además indicó que las manifestaciones violentas no son una protesta política sino que forman parte de los acontecimientos de acuerdo “al famoso informe del Instituto McCain”, en donde “el primer paso fue declarar amañadas las elecciones democráticas, sin que se presentara prueba alguna”. “La violencia que tuvo lugar en Tbilisi ayer y anteayer fue la continuación lógica de este proceso”, dijo el mandatario.

Las ONGs y actores no gubernamentales jugaron un papel clave en la historia reciente de Georgia. No detallaré los eventos históricos, pero sí es fundamental entender que tuvieron un rol importante, por ejemplo, en la denominada ‘revolución de las rosas’ de 2003 que acabó por ubicar a Mijail Saakashvili en el poder, un actor prooccidente y atlantista que luego de ser presidente huyó del país y estuvo ejerciendo funciones en Ucrania, hoy preso en Georgia desde 2021 por abuso de poder. Incluso varios políticos de todo el espectro partidario que hoy están cumpliendo funciones, hicieron carrera en ONGs.

De acuerdo al informe especial desde Tiflis de George Trenin, periodista y politólogo ruso “desde que obtuvo su independencia en 1991, Georgia se ha convertido en un importante receptor de ayuda estadounidense. En la década de 1990, el país recibía un promedio de $96 millones al año, en la década de 2000, antes de la breve guerra de 2008, $135 millones al año, y luego del conflicto militar, se incrementó el monto de la asistencia. En los años fiscales 2008-2009, Georgia recibió asistencia estadounidense en varias áreas por un monto de $1.04 mil millones. De 2010 a 2016, Georgia recibió hasta $77 millones anuales, desde 2017, hasta $123 millones en promedio. Para 2020, se planeó proporcionar a Tbilisi $120 millones a través del Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)”.

Según cálculos de la politóloga Beka Chedia, sólo la Fundación Soros invirtió más de 10 millones de dólares en el tercer sector georgiano en cuatro años (de 2003 a 2006). La Fundación Nacional para la Democracia, vinculada a la CIA, según sus propios informes, distribuyó 1,2 millones de dólares en subvenciones en 2013 entre tres docenas de proyectos de ONG georgianas. Las principales áreas de su trabajo fueron los programas de educación cívica, el apoyo a los medios de comunicación, incluido el periodismo de investigación, la supervisión de elecciones y el control civil de las actividades del poder legislativo ejecutivo, entre otros”, explica Trenin.

Actualmente, las ONGs siguen cumpliendo un rol fundamental en el acontecer político interno de Georgia, motivadas por los intereses externos que presionan a Georgia a ser satélite estadounidense y otanista, y si no se logra serán las encargadas de guiar los procesos de desestabilización y caos en el país.

En este sentido, el primer ministro georgiano aseguró que “los políticos o líderes de organizaciones no gubernamentales nacionales, que habían organizado la violencia en las manifestaciones de protesta en la ciudad capital de Tbilisi, no podían eludir la responsabilidad por los acontecimientos que se habían desarrollado en los últimos días”.

“Tenemos información de que una serie de actividades, incluida la compra de equipos especiales, fueron financiadas por organizaciones no gubernamentales adineradas. Los líderes de la oposición y los líderes de sus organizaciones no gubernamentales se escondieron en sus oficinas durante estos días, pero la responsabilidad es responsabilidad y, por supuesto, esta responsabilidad debe establecerse de acuerdo con la Constitución y la ley”, dijo el primer ministro.

Por otro lado, de la misma manera que Kobakhidze aseguró que el camino europeo de Georgia sigue formando parte de los objetivos, también mencionó que si bien “algunos representantes de la administración saliente de Estados Unidos están tratando de dejar un legado complejo a la administración entrante en relación con Georgia y la región [del Cáucaso Sur] en general”, el gobierno georgiano está esperando con “ansias la toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos” para reiniciar las relaciones con EEUU.

“Haremos todos los esfuerzos posibles para revitalizar las relaciones entre Georgia y Estados Unidos. Esto es una prioridad para nosotros y haremos todo lo posible para lograrlo”, concluyó el primer ministro.

Importancia geopolítica de Georgia

Georgia se encuentra ubicada en la región del Cáucaso y comparte frontera con Armenia, Azerbaiyán, Turquía y Rusia. Es uno de los seis países que posee salida al Mar Negro. 

De acuerdo a Andrey Petrov, Director General Adjunto en Vestnik Kavkaza, durante el gobierno de Sueño Georgiano, “como única ruta Este-Oeste abierta en el Cáucaso Sur en medio del conflicto armenio-azerbaiyano y dadas las tensas relaciones entre Teherán y Bakú, Georgia se aseguró su participación en proyectos económicos globales como el Corredor Meridional de Gas, que ayuda a la UE a importar gas azerbaiyano (11,5 bcm en 2022), y el ferrocarril Bakú-Tbilisi-Kars BTK (432 mil toneladas de carga transportadas por él en 2022).

El BTK se convirtió en el billete de entrada de Georgia a los proyectos de transporte interregional de China (Un Cinturón, Una Ruta y el Corredor del Medio) debido a la posibilidad de transportar cargas por ferrocarril desde Bakú a puertos tanto turcos como georgianos. Tiflis entró en la turbulenta década de 2020 como un Estado regional de éxito centrado en los intereses nacionales y en la cooperación mutuamente beneficiosa con todos”.

Georgia, al igual que otros países del este europeo y ex territorio de la Unión Soviética, se encuentra entre el avance guerrerista de EEUU/OTAN contra Rusia. 

Mientras que las instituciones euroatlánticas extorsionan y castigan a Georgia, (por ejemplo cuando Tiflis no impuso sanciones contra Rusia, y la Comisión Europea dijo que no iba a recomendar que se le otorgara el estatus de candidato pero sí una lista de 12 puntos obligatorios en los que debía trabajar), las relaciones entre Georgia y Rusia se intensificaron.

“La cifra de negocios del comercio ruso-georgiano en 2022 aumentó un 50% interanual, alcanzando los 2.500 millones de dólares, un nuevo récord para el comercio bilateral. Este enero, Rusia encabezó por primera vez la lista de socios comerciales de Georgia, superando a Turquía; y su cuota en las exportaciones-importaciones georgianas alcanzó el 18% (263,6 millones USD)”, replicó Petrov.

Mientras el bloque otanista busca utilizar como títere a Georgia en su guerra contra Rusia, como otro punto de desestabilización en la frontera rusa, como un nuevo frente que, incluso como dijo un periodista, “salve las apariencias en Ucrania”; mientras el bloque otanista utiliza su arsenal guerrerista y financia desestabilización sobre los países de Europa del Este también para frenar el avance chino en Europa, China se encuentra en la plena construcción de un puerto en Anaklia, Georgia, en la costa del Mar Negro, ubicando al país caucásico como parte esencial en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El puerto de Anaklia es un componente clave para el «Corredor Medio», una ruta de transporte que conecta China y Europa a través de Asia Central, el Mar Caspio y el Cáucaso.

La inversión china cubrirá inicialmente alrededor de $600 millones y se estima que el puerto podría manejar hasta 600,000 contenedores al año, beneficiando a la economía local a través de la creación de empleos y el desarrollo de infraestructura logística.

Para el analista, Petrov, puede ser que Georgia pueda cambiar su rumbo euroatlántico por un futuro fortalecimiento de la relaciones regionales en donde “el desarrollo del Corredor Medio de China y el centro de gas turco, que incluirá gas azerbaiyano y turkmeno además del ruso, el papel de Georgia como Estado de tránsito de mercancías y suministros energéticos irá en aumento. Esto significa que la imposibilidad de entrar en la UE dejará de importar a Tiflis en algún momento, y entonces será muy posible una revisión de la estrategia de política exterior de Georgia”.

Mientras tanto, el bloque otanista busca desestabilizar al país y colocar un gobierno servil a sus intereses, que esté dispuesto a servir como nuevo frente de guerra contra Rusia, que frene el avance chino en la región, también asegurándose una zona estratégica del comercio euroasiático.

Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: EFE.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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