Asia Slider

Pacto de defensa Papúa Nueva Guinea-Australia, mas presión contra China

Por PIA Global*- Papúa Nueva Guinea (PNG), un país habitualmente ignorado en los grandes análisis geopolíticos, se ha convertido en protagonista de un movimiento con implicaciones estratégicas profundas.

El gabinete del primer ministro James Marape aprobó un tratado bilateral de defensa con Australia, que será firmado próximamente y que muchos ven como una pieza clave en la arquitectura de seguridad regional frente al avance de la influencia china en el Pacífico.

Australia solo mantiene un tratado de defensa mutua de este tipo: el Tratado ANZUS firmado en 1951 con Estados Unidos y Nueva Zelanda. Que ahora haya aceptado firmar uno similar con Papúa Nueva Guinea, a petición de este último, refleja el nivel de confianza y la importancia creciente de Port Moresby en los cálculos estratégicos regionales.

El pacto reconoce que un ataque armado contra Australia o Papúa Nueva Guinea sería considerado una amenaza para ambos países, estableciendo así un paraguas de seguridad compartido. Además, permitirá que por primera vez los ciudadanos de PNG puedan servir en las Fuerzas de Defensa de Australia, lo que abriría una puerta a la ciudadanía australiana y ayudaría a cubrir el déficit crónico de personal militar en Canberra.

Para James Marape, este paso representa “la profundidad de la confianza, la historia y el futuro compartido” con Australia, antigua potencia colonial de PNG hasta su independencia en 1975.

El Pacífico como nuevo tablero de disputa

El acuerdo se inscribe en un contexto de creciente rivalidad entre Occidente y China en el Pacífico Sur. Desde que Pekín firmó en 2022 un acuerdo de seguridad con las Islas Salomón, que abrió la posibilidad de una base naval china en la región, Estados Unidos y Australia han intensificado su diplomacia militar y económica para reforzar alianzas con las islas del Pacífico.

Papúa Nueva Guinea, con sus 10 millones de habitantes y una posición geográfica clave, se ha convertido en el socio más estratégico después de las Islas Salomón. El nuevo tratado busca precisamente evitar que Pekín logre avances similares en Port Moresby, blindando la seguridad regional con un compromiso formal de defensa mutua.

La reacción china y el difícil equilibrio de Marape

La embajada de China en Port Moresby criticó abiertamente el pacto, afirmando que “no debería ser exclusivo ni impedir que un país soberano coopere con terceros”. Detrás de esta declaración se encuentra la preocupación de Pekín de que el acuerdo consolide un bloque de seguridad en su contra en el Pacífico.

Papúa Nueva Guinea, sin embargo, se encuentra en un acto de equilibrio delicado: mientras avanza hacia una mayor integración en materia de seguridad con Australia y sus aliados occidentales, también busca fortalecer la cooperación económica con China, que es uno de sus principales socios comerciales.

Según Oliver Nobetau, del Lowy Institute, esta dualidad es intencional: “El gobierno de PNG ha demarcado cómo ve las relaciones bilaterales: en el espacio de seguridad, se alinea con los aliados tradicionales de Occidente, mientras que en lo económico apuesta por estrechar lazos con China”.

El nuevo rol de Papúa Nueva Guinea

Aunque rara vez aparece en titulares globales, Papúa Nueva Guinea es el país más poblado del Pacífico insular y posee una ubicación geográfica crucial para las rutas marítimas y la seguridad de la región. Su decisión de dar este paso hacia un tratado de defensa mutua eleva su perfil internacional y lo posiciona como un actor central en la pugna entre China y Occidente por la influencia en el Pacífico.

Además, el hecho de que PNG pueda aportar soldados al ejército australiano, con la posibilidad de obtener ciudadanía, refuerza aún más los lazos humanos y políticos entre ambas naciones, mientras envía un mensaje claro: Port Moresby ya no es un espectador, sino un jugador activo en la redefinición del equilibrio regional.

El pacto Australia-Papúa Nueva Guinea marca un hito histórico en la seguridad del Pacífico, pero también abre interrogantes. ¿Podrá PNG sostener su doble juego entre el paraguas militar occidental y la cooperación económica con China sin sufrir presiones externas insostenibles? ¿O se verá obligada a tomar partido en una rivalidad cada vez más aguda?

Lo que está claro es que este pequeño país insular, tradicionalmente relegado en los análisis, se ha colocado en el centro de una disputa global, demostrando que incluso los actores menos visibles pueden tener un papel decisivo en el tablero multipolar que se está configurando.

*Foto de la portada: AFP

Dejar Comentario