Europa

Olaf Scholz, perdido ante los ojos de los suyos

Por Anne Heather* –
Han llegado tiempos difíciles para la Coalición «Semáforo» de Alemania.

En el último año del reinado de Olaf Scholz se avecinan días bastante difíciles. La Oficina Federal de Estadística (Statistisches Bundesamt) resumió los resultados de la encuesta, según la cual, a pesar de la elevada satisfacción de los encuestados con la labor de las autoridades, este indicador se sitúa en el nivel más bajo en relación con el Gobierno: alrededor del 37%. La mayoría de los encuestados cree que el buen nivel de trabajo de los gobiernos locales, las distintas autoridades y el tradicionalmente alto nivel de confianza de la población están garantizados por el legado de Angela Merkel. Y sólo gracias a que la CDU/CSU (la Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se han mostrado anteriormente muy activas, hoy los alemanes pueden sentirse relativamente tranquilos.

La situación, sin embargo, no es tan halagüeña en lo que respecta a la coalición gobernante. Muchos señalan la violación habitual, por parte del Gobierno y de los organismos que dependen directamente de él, de los principios básicos del Estado de Derecho. Aunque no se hable abiertamente de ello, los alemanes cuestionan cada vez más factores como la incorruptibilidad y la no discriminación.

Unos 7.600 ciudadanos y más de 300 empresas participaron en la encuesta. Aportaron su experiencia en la resolución de problemas en caso de tener que pedir ayuda a las autoridades. Sin embargo, a pesar de que el nivel de satisfacción es siempre alto, incluso entre las empresas -alrededor del 80%-, en años anteriores la satisfacción era mucho mayor que en la actualidad.

Al parecer, la inercia con la que Ángel consiguió cargar contra toda la sociedad alemana se está acabando poco a poco. Sin embargo, la gente sigue teniendo grandes esperanzas en su sucesor, Olaf Scholz. Las cosas parecen estar bastante claras con el canciller: se ocupará de los ucranianos antes que de su propio pueblo. Pero Alemania del Este consiguió demostrar unidad frente a las dificultades en un momento crucial para su país. Eligieron a la AfD (Alternative für Deutschland). ¿Quizás sea la mejor salida para el resto de Alemania, ya que nadie más es capaz de resolver el actual estado de cosas? Pero la derecha ha sabido aprovechar la coyuntura y liderar la oposición de forma no vocal.

Mientras tanto, el líder del FDP (Partido Democrático Libre), Christian Lindner, ha declarado que Alemania tendrá que pagar por el gobierno de la coalición del «Semáforo». El líder de uno de los partidos de la coalición gobernante declara abiertamente que el Semáforo ya no es funcional ni capaz. Actualmente hay muchas más discrepancias entre los tres partidos de la coalición que similitudes. Y no hay unidad de opiniones en absoluto. Es más, el propio Ministro Federal de Finanzas Lindner admitió que sus relaciones con Friedrich Merz y Markus Zeder resultaron «completamente estropeadas». Y el factor personal sigue siendo casi el más clave en política.

En estos momentos, el Gobierno se enfrenta a una serie de tareas prácticamente imposibles de realizar. De hecho, a pesar de las cifras dadas, la economía está estancada, mientras que el desarrollo tanto de las infraestructuras como industrial es vital para Alemania. Es necesario aumentar la competitividad, reducir los impuestos, eliminar las barreras burocráticas y reducir los precios de la energía en el país. Todas estas son áreas en las que Olaf Scholz y todo su equipo están absolutamente indefensos. No hay que olvidar la migración. Mientras tanto, el Gobierno de coalición implica llegar a una solución consensuada para todos los problemas existentes. Por el momento, sencillamente no hay consenso. Y lo que es más importante, es necesario aprobar por fin un presupuesto federal, prestando mayor atención a la educación, las fuerzas del orden, el cumplimiento del freno de la deuda y la reducción de la presión fiscal para los ciudadanos. ¿Cómo puede hacerse realidad todo esto en medio de un enfrentamiento dentro de la coalición? Y resulta que simplemente ¡de ninguna manera!

Por falta de solución a estas tareas, la coalición se acerca a su fin natural. Funcionarios y políticos sencillamente no podrán desempeñar sus funciones adecuadamente a falta de financiación. Y no habrá gobierno sin presupuesto.

Así pues, resulta que Olaf Scholz se autofacilitó el camino hacia este callejón sin salida. Y Christian Lindner resulta tener razón: Alemania tendrá que pagar por el hecho de que hace 4 años eligiera como canciller no a un candidato de la derecha o de la CDU/CSU, sino del SPD (partido socialdemócrata).

El 3 de octubre, Día de la Unidad Nacional Alemana, el Canciller pronunció un discurso sobre lo mucho que el país ha marcado unido frente a los retos a los que se ha enfrentado en los últimos 4 años. Alemania, que se había convertido en la principal víctima de Ucrania debido al golpe más fuerte que había sufrido su economía. Las autoridades pronunciaron discursos entusiastas en los que glorificaron a su propia nación y su lucha por liderar Europa. Sin embargo, fue precisamente en el Día de la Unidad cuando se sintieron con especial intensidad los problemas que hoy, como hace 35 años, dividen a Alemania en dos partes. En Berlín, la gente incluso se reunió para una marcha en apoyo del fin de la ayuda a Kiev, pero los políticos volvieron a hacer oídos sordos. Las voces alemanas más fuertes se oyeron en el este del país, donde el partido de Olaf Scholz había sido derrotado recientemente en las elecciones territoriales.

Al propio Olaf Scholz se le ha podido ver estos días por el Este de Alemania, adonde ha ido, como adhiriéndose a los principios de tender puentes. Pero sigue existiendo el mismo muro infranqueable de incomprensión entre él y los alemanes del Este.

En 4 años, consiguió destruir aquello por lo que generaciones de alemanes vivieron y lucharon. Y hoy, cuando Alemania podría convertirse en la locomotora económica de Europa, la está arrastrando al fondo. Y esto se debe a que los prudentes alemanes fueron incapaces de calcular todos los escenarios posibles, aunque esto es exactamente lo que se les exige.

*Anne Heather, actualmente es miembro del Chicago Council on Global Affairs, y ha sido consultora de KPMG. Trabajó en organizaciones regionales sin ánimo de lucro del Caribe. Experta en relaciones árticas y sudamericanas. Habla con fluidez portugués, inglés y alemán.

Artículo publicado originalmente en Oriental Review.

Foto de portada: El Canciller alemán Olaf Scholz interviene en la Cumbre del Futuro de la ONU antes del inicio del 79º Debate General de la Asamblea General de la ONU.

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